Flechazo

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Inspirado en el prompt "Primer flechazo" de la PrimerasVecesWeek parte de las multiweeks de Marzo  2024

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Para nadie era un secreto como Jack Spicer amaba e idolatraba al señor de la guerra. Desde niño, cuando estudiaba papiros antiguos que su padre le compraba, con tal de que lo dejara en paz, había quedado impresionado de las hazañas siniestras y las conquistas implacables de aquel villano de pesadilla. Fue su modelo a seguir desde que tenía memoria. Así que cuando lo conoció en persona, no le sorprendió en lo absoluto que fuera amor a primera vista, un amor; instantáneo, fácil y contrastante con todo su mentiroso y tramposo ser, sincero.

Chase Young no solo era malvado, inteligente y poderoso, también era atractivo como el carajo, nunca en toda su corta vida había visto a alguien con el cabello tan negro y sedoso, la mirada reptiliana de oro líquido y la figura de un dios griego hecho carne. Tampoco ayudo caer contra él y escuchar la voz sedosa presentándose con elegancia. Era el destino, literalmente, tirándolo a sus brazos.

"¡Te amo Chase, llámame!"

Jack le había arrojado sus sentimientos a la cara desde el primer día; sin pudor, sin barreras, sin piedad... y Chase, Chase se había enojado a tal grado que casi hace que sus sirvientes-guerrero-felinos se lo comieran vivo antes de echarlo a patadas de su ciudadela. La sangre le hervía y en cuanto el pequeño "genio maligno" quedó fuera de su vista, había estampado su ira en forma de puño contra uno de sus pilares de granito, destrozando la suntuosa pieza en cuestión de un parpadeo, pero... ¿Por qué estaba tan molesto?

Bastante simple, Jack se había comportado ante él como si fuera tuviera un flechazo adolescente que rozaba la obsesión enfermiza y colegial, cuando él, ¡Él había estado amándolo por siglos!

¿Cómo es que no lo recordaba? ¿Cómo después de casi una eternidad esperandolo, Jack se atrevía a tratarlo como si fuera la primera vez que se conocian?

—Quizá es parte de la reencarnación maestro— Uno de sus guerreros, atrevidamente transformado en humano, intentó consolarle.

—Es posible que solo le tome un tiempo recordarlo mi señor— agregó uno más, una guerrera que había transformado en pantera hace más de quinientos años, luego de conquistar su reino y dejarlo vivir.

Chase enterró las uñas de su mano, ahora convertidas en filosas garras en la piedra del pilar, para luego arrancarlo a trozos y arrojar uno de ellos contra las fieles criaturas.

—¡Largo! —ordenó. No deseaba su consuelo, deseaba a Jack y deseaba que Jack lo recordara.

Paso un siglos desde la primera vez, cuando no era más que un monje insípido encadenado al lado del bien y el más llamativo, brillante, casi blasfemo color rojo se cruzo por su vista.

Había quedado anonadado en su lugar. Luego de regresar de enfrentar a las fuerzas del mal junto con Guang y Dashi, sin poder respirar, observando a ¿La chica?, no, era un chico delicado, de piel extremadamente blanca, como porcelana fina, pero que curiosamente no lucia enfermo. Tenía el cabello rojo brillante, no suave y dulce como el atardecer, sino como la sangre, la sangre recién derramada de sus enemigos.

—¡Ey, ey! ¿Hay alguien ahí? ¡Despierta! —Los chasquidos en su cara y la voz de Dashi lo regresaron a la realidad —¿Qué tanto miras? — preguntó curioso virando su atención hacia el chico objeto de sus atenciones — ¿Al jardinero? —

—¿Jardinero? ¿Desde cuánto tenemos jardinero? — indagó de inmediato, sin dejar de verlo, estaba caminando por el templo con un montón de flores en las manos, ¿Cómo es que no lo había visto antes? Siendo tan llamativo.

—Se llama Jack— Se acercó Guang junto a ellos —El maestro lo acogió en nuestro templo porque suelen molestarlo en el pueblo, como puedes ver es bastante... diferente— agregó explicando el porqué de su presencia.

—¡Oh! ¡Monjes! ¿Saben dónde puedo poner esto? — El muchacho se les había acercado con un montón de herramientas extrañas en las manos y Chase pudo ver sus ojos. Su boca quedó ligeramente abierta por la impresión, no solo era su cabello, sino también su mirada, resplandecientes y brillantes rubíes, luciéndose extravagantes y hermosos.

Chase quedo prendado desde el primer instante y no había podido dejar de observarlo ni siquiera luego de que Guang se fue con él para ayudarlo a guardar esas cosas.

—Con qué Spicer —Chase abrió los ojos nuevamente, recordando el nuevo apellido del joven, dejando aquel recuerdo en su pasado. Si Jack se había atrevido a olvidarlo, entonces se encargaría de castigarlo hasta que lo recordara.


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