6: La química entre nosotros podría destruir este lugar

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Si creen que antes eran adictos con sólo besarse, se equivocan (oh se equivocan). Él está a punto de salir para la conferencia de prensa y ella está en el escritorio de Kiba discutiendo algo con él y Naruto cuando vislumbran al otro y las ansias, la necesidad, el deseo crecen más fuerte que antes. Esta adicción es más ardiente y mucho más grande que una inundación. Es un tifón. Una tormenta tan fuerte y poderosa y sus reacciones son tan instantáneas que tardan en recuperar el aliento.

"Sakura-chan, ¿estás bien? Te ves un poco sonrojada".

Ella ve a Sasuke desaparecer tras las puertas del ascensor y se traga un gran nudo en su garganta seca y reseca, balbuceando "Estoy bien", e intenta concentrarse en lo que estaban hablando y no en el recuerdo de él tocándola y besándola y-. 

Se inquieta y suelta un suspiro. Concéntrate Sakura.  

Va a ser un día largo.

Después de la conferencia, se siente agotado y le cuesta concentrarse en los papeles que tiene delante. Tiene treinta minutos antes de su próxima reunión y sólo ha tenido una cosa en mente desde que la vio antes, así que se dirige a su laboratorio, diciendo educadamente a Kotetsu e Izumo que necesita hablar de algo con ella en privado. Cuando se asegura de que se han ido, la coge de la muñeca y la lleva al armario.

"Sa-Sasuke, ¿qué...?"

No hay lugar para quejarse o hacer preguntas cuando la besa así, con lengua, pasión y hambre. Su cuerpo se enciende y él la coloca con cuidado encima de una superficie plana, pero cuando ella intenta cogerle el cinturón, él se limita a canturrear y apartarle las manos. Todos los pensamientos se esfuman cuando él le sube la falda y le baja las bragas y, mierda, le levanta las piernas para que descanse sobre sus hombros y ella palpita y se estremece y puede que se haya desmayado durante una fracción de segundo.

Inhala su excitación, sintiéndose inmediatamente menos agotado, y hunde lentamente la lengua entre sus pliegues, probando y saboreando. Ella suelta un gemido estrangulado y sus muslos se aprietan un poco alrededor de su cuello, y nota la sonrisa de satisfacción en su rostro antes de que él le introduzca la lengua y, joder, su visión empieza a nublarse mientras la penetra con su lengua. Intenta mantenerse callada y tiene que llevarse la mano a la boca para ahogar el maullido que suelta cuando él pasa la lengua por su capullo hinchado.

Ella palpita y él mueve su lengua caliente cada vez más deprisa y luego le chupa ligeramente el capullo y ella emite un grito ahogado, rechinando contra su boca mientras un éxtasis eléctrico recorre su cuerpo y sus nervios. Una vez pasado el clímax, su lengua se desliza sobre ella, absorbiendo sus jugos, y él le abre las piernas con cuidado, estudiándola mientras ella jadea y está tan jodidamente hermosa, sonrojada y recuperándose de su euforia. La ayuda a arreglarse la ropa y la besa una vez más antes de dejarla sola en su laboratorio, en una neblina de placer y... y qué coño.

Tarda unos instantes en pensar correctamente y sus mejillas permanecen encendidas durante la siguiente hora (o dos o tres).

Cuando llega la hora de comer, quiere devolverle el favor. Sinceramente, fue bastante grosero por su parte presentarse sin avisar y, bueno, no se queja porque su lengua es mágica, pero necesita un poco más de él. Sus persianas siguen cerradas desde ayer, lo que le da más coraje para seguir adelante, y ella tararea una melodía suave, mirando con cautela a su alrededor en busca de oficiales extraviados y en silencio cierra la puerta, cerrándola con llave. 

Él está sentado en su escritorio y la mirada de ella y el contoneo de sus caderas cuando se acerca a él bastan para endurecerlo. Sus dedos se afanan en desabrocharle el cinturón y el botón, y su manzana de Adán se sacude cuando ella se arrodilla ante él, se lame la palma de la mano, la pone firme y palpitante, y luego sus labios rojos y carnosos rodean la punta y él... él... joder, no puede pensar con claridad. La boca de ella moviéndose sobre su polla hizo que él empujara sus caderas hacia delante, echando la cabeza hacia atrás en la silla, intentando no hacer ningún ruido fuerte. No creía que nada pudiera compararse a lo que sentía dentro de ella, pero... -sus dedos se clavan en su pelo y no puede evitar soltar un gemido gutural-, pero esto está cerca.

Famosa - SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora