Espiral de cementerio

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Hola, gente bonita SwanQueen Lovers, no es usual que actualice en viernes, pero estaré ocupada sábado y domingo, y como intento no quedarles mal a quienes siguen mis historias, pues me apuré a escribir este capítulo, que honestamente, me encantó 😊

Espero sea de su agrado 😉

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Emma: Regina, ¿Dónde estás? – Buscaba frenéticamente y se acercó a un barranco con miedo de que su esposa haya caído- Regina- Cuando se giró vio a Daniel, este golpeó su estómago haciéndola caer al suelo y su arma se fue por el barranco.

Daniel sacó su propia arma y le apuntó, estaba a punto de dispararle cuando un zumbido en su cabeza lo hizo trastabillar, escuchaba un balón rebotar y la voz de Henry narrando un juego.

Emma aprovechó para levantarse, le dio un puñetazo en la cara y comenzaron una pelea que terminó con la rubia inconsciente siendo arrastrada por Daniel que quería arrojarla por el barranco.

Emma logró tomar conciencia y lo pateó dando inicio a otra pelea, Daniel empujó a Emma al barranco y esta logró sostenerse del borde, miró hacia abajo y aunque la altura no era mucha, una mala caída podría romperle el cráneo.

Emma: ¿Dónde está mi esposa, maldito psicópata?

Daniel: Ah, sí, la doctora Mills, una morena muy caliente, tendría que follarla por detrás ya que no tiene coño, ¿Qué opinas, detective? – Se pasó la lengua por los labios.

Emma: Primero te mato antes de que le pongas a mi esposa una de tus asquerosas manos encima- Le ladró sin importarle su situación.

Daniel estaba a punto de pisarle las manos, pero los golpes del balón contra el concreto resonaban en la cabeza junto con la voz de Henry que repetía, una y otra vez, "Última oportunidad".

Daniel: ¡BASTA! – Se tapó las orejas.

Emma: Tuviste un llamado, ¿Cierto? – Sus manos estaban cansadas de sostener su peso y tenía que calmar su rabia por las depravadas intenciones del hombre con su esposa, su prioridad era salir viva y encontrar a su morena.

Daniel: ¿Dónde está tu sobrino? – Se agachó un poco con las manos en sus rodillas.

Emma: No tiene nada que ver con él.

Daniel: Él es mi última oportunidad- Gruñó.

Emma: No, tú eres tu última oportunidad- Daniel piso sus manos, aunque sin mucha fuerza- Se trata de ti y de tus elecciones- Gimió por el esfuerzo.

Daniel: ¿Dónde está? – Aumentó la presión sobre las manos de la rubia, pero esta no respondió- Como quieras- Se agachó y empujó a la rubia por los hombros haciéndola gritar mientras caía.

Daniel se guardó el arma y se fue, necesitaba encontrar al chico.


El balón rodó con Henry detrás de él, se detuvo cerca de la camioneta de su mamá y el niño frunció el ceño al ver un neumático ponchado.

Caminó un poco por la propiedad y vio la puerta del abandonado garaje que decía con letras rojas: E.T. VETE A CASA.

Poco después, la policía ya había llegado.

Mujer policía: Copia de mi reporte- Le entregó a Belle.

Belle: Gracias, odiaría que algo así pasara de nuevo, bueno, ni siquiera sé cómo supieron que estamos aquí.

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