Capítulo 11: Poder

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A NINGÚN HOMBRE


Después de tres días Karina veía cómo se llevaban a Park tras las rejas.

—¡Te vas a morir, Yoo Jimin! —gritó mientras era jalado por varios hombres.

Sólo Dios puede juzgarme —habló serenamente cuando se lo habían llevado por completo.

Salió felizmente de la sala del juzgado encontrándose afuera con Yizhuo y sus pequeños hijos, lanzándose hacia ambos al suelo jalandola también a ella para abrazarlos.

—Mami por fin será feliz —comentó la pequeña niña con inocencia pura, haciendo reír a ambas adultas.

Karina soltó un par de lágrimas y asintió con emoción.

Karina finalmente era feliz, pero por dentro estaba tatuada por Park, y eso era algo con lo que cargaría por el resto de su vida.

Pero Yizhuo y sus dos pequeños ángeles le darían el poder necesario para que ningún hombre le vuelva a dictar su sentencia ni marcar su destino.


Fin.





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El mal querer || NingRinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora