𝑴𝒊𝒔𝒕𝒆𝒓𝒚 𝒐𝒇 𝑳𝒐𝒗𝒆

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«Quizá, la primera vez que me besaste»

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El amor que Bennett sentía en su corazón era tan puro como las camelias, aquellas que únicamente brotaban a en la frontera con Espinadragon, al alba de la madrugada.

Y si, en parte sabía que el destino había jugado a su favor por una única vez ¡Pero estaba seguro de que no era únicamente por eso!

Él, realmente, estaba enamorado y nunca había intentado ocultarlo, ni siquiera cuando su supuesto orgullo de Alfa se hacía presente. A la corta edad de doce años había sido bendecido por los cuatro vientos de Mondstadt, permitiéndole conocer a la hermosa alma que estaba entrelazada con la suya desde el inicio del tiempo, y ahora, diez años después, seguía siendo encandilado por los preciosos rubíes que su destinado poseía, suspirando cada vez con total libertad. Acción que a Fischl no podía molestarle más.

La forma tan poco decorosa en tu comportamiento denota tu obvio desespero, dándote un aire impropio de aquellos con tu mismo linaje ¡Su majestad te ordena que detengas tu patético actuar!

La señorita quiere decir que te ves ridículo —Oz, aquel huraño cuervo que se manifestaba como energía pura era su fiel traductor y, el motivo por el cual Bennett podía hablar con su amiga sin morir en el intento.

Ya lo sé —. Sonreía, quizá como un idiota enamorado, pero en el fondo sabía que lo era, por eso mismo no le molestaba tal comparativa.

Aún es sorprendente que oses en hacerme esperar por tan ínfimo ser, aun cuando tiendo a prestar mi misericordia existen un límite de cuanto puedes despreciar a la princesa del juicio ¡Es inaceptable mantenernos en tan grotesco lugar!

—La señorita quiere decir que es la segunda vez esta semana que venimos a verlo y aun así no está, quiere ir a otra parte.

Fischl, una de las mejores investigadoras del gremio de aventureros, y también mejor amiga del infortunado aventurero, estaba empezando a perder la paciencia. Ella sabía que no era buena idea oponerse a la voluntad de los dioses, pero, a sus ojos, el caso de su compañero era ridículo.

Cada día, de cada semana, de cada mes... ¡De cada año! Bennett iba al reino de los lobos desde hace 10 años, con la esperanza de ver a aquel joven de extraño comportamiento y grisácea cabellera.

La princesa del juicio lo solía acompañarle de vez en cuando, pero no lograba entender tal dedicación, cuando lo encontraban era testigo de una nerviosa y adorable conversación entre la destinada pareja, o la entrega de diversos regalos que el joven aventurero preparaba con antelación y, cuando dicho encuentro no era posible, veía al de verdes orbes recoger ganchos de lobo para futuros regalos a su amado.

Y todo eso sería perfecto, sería completamente hermoso y no sería un problema ¡Si tan solo sus sentimientos fueran correspondidos!

Sin duda eso era lo que le molestaba a la rubia, al ser también una Alfa, creía que el orgullo de su amigo estaba siendo herido y que, aquel infame Omega, solo se estaba burlando de sus inocentes sentimientos. Sabía que, si no fuera por Oz, seguramente se habría enfrentado al joven lobo varios años atrás en más de una ocasión.

—Su debilidad te enternece, más esa fachada es algo que debería aventajar tu característico sentir, particularmente, ante la condición de su naturaleza, mi leal ayudante

✧ 8 𝕷𝖊𝖙𝖙𝖊𝖗𝖘 ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora