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b i e n v e n i d a

Habian pasado horas desde que el vuelo hacia China había despegado, era prácticamente un vuelo vespertino así que la chica llegaría a su destino en la madrugada.

La castaña de cabello rizado continuaba revisando el folder que le habían hecho llegar hace solo unas semanas con la poca información que se tenía registrada hasta el momento del caso.

No era algo de lo que no estuviese acostumbrada o sorprendida, muchas veces le llegaban llamadas y mensajes aclamando de casos paranormales genuinos para que al final fueran solo eventos planeados o mal entendidos provocados por razones más simples de las que se creían, aunque le ganaba la curiosidad por los detalles que los informes apenas bien traducidos al inglés ofrecian

>"Hemos estado recibiendo quejas de una de las zonas abandonadas del cementerio, muchos visitantes afirman que un olor fuerte a quemado siempre está presente, pero afirman que cuando se intenta llegar al lugar donde sospechan que emana el olor, el ambiente se vuelve más pesado junto con el olor a quemado. 

Hemos intentado localizar la fuente del olor quemado, pero no hemos tenido éxito, las ultimas exploraciones mucha de la gente local y personal que nos acompañó no terminó aguantando el olor o simplemente se desmayaban después de verse tan...aterrados sin razón aparente.

Algunos de los miembros más viejos creen que se trata de alguna entidad que está vagando por ahí sin descanso, y nadie de los que conocen del tema aceptan entrar al bosque.
Pedimos de su asistencia inmediata, entre más rápido nos aseguremos que esto no es realmente un peligro para todos nos aseguraremos de tomar cartas en el asunto"<

-Hmm... ¿Peligro para todos? Esta gente debería mejor llamar a la policía o a los bomberos...- Pensó la castaña mientras le daba un sorbo a su café y fruncia el ceño, en el resto de los documentos nunca mencionaron sobre llamar a las autoridades, intuía que probablemente las autoridades estaban muy lejos de aquel cementerio sin nombre localizado en uno de los bosques más remotos del país.

-Bueno, no tome un vuelo hasta el otro extremo del mundo para nada, si esta gente se tomó la molestia de pagar los costos del viaje y hospedaje entonces...esto debe ser muy serio- La castaña no sabía en que pensar, eran muy contadas las veces cuando ella encontraba un caso real sobre actividad paranormal, pero al final alguien más experimentado era enviado a hacer el trabajo sucio, y en esta ocasión, era la primera vez que la enviaban sola a uno de estos casos "genuinos", así que ella iba estudiando la poca información que se le había dado para ir armando todo.

Ciertamente le aterraba la idea de pensar que se estaba enfrentando a algo fuera de su conocimiento, después de todo, su trabajo siempre fue ese, probar si genuinamente era algo fuera del alcance humano o se podía resolver de una.

Era una tarde que poco a poco se volvía una noche con una fuerte tormenta avecinándose, los rayos iluminaban la cabina del avión mientras que los truenos y la fuerte lluvia retumbaban el silencio de los pasajeros, a muchos no les parecía importarles, a otros les generaba algo de inseguridad, pero continuaban con lo suyo. La chica de cabello castaño siguió estudiando los documentos con cuidado, muy de repente siendo interrumpida por alguna pequeña turbulencia o un trueno cercano, todo un ambiente para oír historias de terror, pero en el caso de Dyan, solo la inquietaban un poco.

-Ugh, vaya forma amigable de ser recibida...odiaría que el clima sea igual o peor en las expediciones al bosque- Pensó de nuevo Dyan para sus adentros mientras le daba otro sorbo a su café, ella hubiera estado emocionada de no ser por el hecho que ahora tendría menos tiempo para investigar todo y dar un veredicto de la situación. Después de unos minutos hojeando los documentos y las fotografías del bosque y las tumbas que habían enviado junto con los reportes guardo el folder y se recostó en el asiento recargando suavemente su cabeza a la ventanilla, no podía apreciar mucho del paisaje por las amenazantes nubes de tormenta y los ocasionales rayos que caían cerca.

....

Ella ya se estaba empezando a quedar dormida cuando de repente el piloto advirtió por el comunicador que una turbulencia más fuerte se avecinaba, la pantalla que indicaba el abrocharse los cinturones empezó a parpadear su luz mientras soltaba un pitido para alertar a todos, el ambiente se llenó de miedo y con pánico todos se abrocharon los cinturones.

Dyan estaba confundida, pero se abrocho rápido los cinturones de seguridad mientras aseguraba los folders para que ninguno de los documentos se perdiese para que al final se aferrara a su asiento con pánico.

La cabina cada vez se llenaba de murmullos y gritos aterrados mientras el clima empeoraba, Dyan rezaba desde sus adentros que no ocurriera lo peor. Mientras ella estaba aferrada al asiento viendo por la ventana del avión, notó...algo afuera de la ventana, ella no sabía en ese momento si se trataba de su paranoia por lo que estaba pasando en ese momento, pero...acaso... ¿Había algo ahí afuera que la estaba observando fijamente con una mirada como un presagio de muerte?