Era una tarde lluviosa en el pequeño pueblo de King County, ya eran finales de marzo y las nubes estaban grises llegando casi a rozar el negro, las horas pasaban rápidamente pero la lluvia no se detenía, parecía de esos días donde la tormenta seguiría hasta el día siguiente. La gente corría de un lado a otro buscando un lugar para refugiarse, entrando a locales o a sus propias casas. A los límites de esta pequeña ciudad, llegando casi a sus campos verdes, y oculta a la vista de las personas, se encontraba ubicada una pequeña casa algo deteriorada pero no lo suficiente como para no resistir la lluvia, aunque demostraba lo abandonada que estaba por sus feas paredes exteriores.
O eso se cree.
En una de las habitaciones de la vivienda, en el fondo y en la esquina. Estaban justamente dos mujeres, ninguna de las dos supera los 18 años. Una de ellas se encontraba recostado sobre una sábana para evitar que el sucio piso la tocara directamente, mientras se retorcía y mordía entre sus dientes un paño ahogando así sus gritos. Su rostro se veía pálido y bañado en sudor, el cual se fue deslizando hasta su cuello y pecho por cada segundo que pasaba a la vez que pegaba su cabello a sus mejillas y a las partes húmedas, mantenía sus ojos fuertemente cerrados, deseando con todo su ser que el dolor terminara de una vez.
A sus pies estaba la otra mujer, y esta le sujetaba fuertemente las rodillas con sus manos, previniendo así que ella cerrara las piernas y las mantuviera abiertas. Llevaban aproximadamente tres horas en ese lugar manteniéndose en esa misma posición mientras la lluvia caía a cántaros, y una que otra gota de agua terminaba por filtrarse a través del techo humedeciendo cada vez más el cuarto mugriento. Provocando que poco a poco la paciencia de la joven se esté agotando y un malhumor la embargue, admitía que se sentía también preocupada por su amiga moribunda, pero... ¡los benditos calambres de sus rodillas ya la están sacando de quicio!, siendo sincera no sabía cómo habían llegado hasta este punto... pero ahí se encontraban, en una casa abandonada y asquerosa que se ubicaba en un pueblo bastante alejado, incluyendo a la lista de su mala suerte que están en otro país, lejos de su tierra natal (de ambas), solas y en medio de una tormenta... "¡Sí, claro! ¡Perfecto para unas vacaciones! ¡¿A quién quería engañar?!" pensó sarcástica y molesta la joven mientras miraba con el ceño fruncido a la chica acostada con sentimientos muy oscuros. En esos momentos donde en realidad deberían estar es en Atlanta, ¡disfrutando del departamento que los padres de las dos se esforzaron por pagar para que no estuvieran a la deriva en un país que casi ni conocen! ¡Yendo de compras o cuadrando para ir a la playa! Pero no... no estaban haciendo "ninguna" de esas cosas... ¡¿Cómo rayos terminaron en esta casa tan deplorable que hasta ella ya podía distinguir las miradas curiosas de las ratas que se ocultaban por las esquinas?! Un escalofrió recorrió su espalda al ver la sombra de una pasar casi por su lado, sino fuera porque estaba concentrada en su "tarea" ya hubiera dado un salto y gritando asqueada. "Esto... es una horrible pesadilla" la muchacha luego del pensamiento hizo una mueca de desagrado y suspiro cansada, lamentablemente no podía hacer nada, pero se aseguraría... de regañar hasta el amanecer a su mejor amiga por la gran idiotez que hizo, así es. Asintiendo consigo misma bajo sus ojos verdes hacia la vagina de la chica y espero, observando cómo terminaba de dilatarse.
Sus ojos a los siguientes segundos se agrandaron sorprendidos al ver como la entrada de su amiga... comenzaba abrirse. Al verlo rápidamente le gritó.
—¡Ya casi... puedo ver su cabeza! ¡Empieza a pujar! —ordeno y se concentró en quien ya venía, podía ver claramente que en su parte intima se mostraba una cabecita ya coronando, algo que llegó a asombrarla.
Velozmente y teniendo cuidado de que no se cerrarán las piernas, tomó con una de sus manos una bolsa que ya estaba abierta a su lado y saco sin demora unos guantes de nitrilo y un tapabocas para evitar mancharse, se los colocó deprisa para cubrir su piel y se subió las mangas de su suéter negro, se inclinó un poco y se preparó. La muchacha al escuchar a su amiga se animó de inmediato e hizo lo que le ordenó. Empujo con todas sus fuerzas, haciendo que también salieron chillidos de sus labios aunque se escuchaban apagados por el paño en su boca, hasta que lo sintió... como algo salía de su interior.
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¡¿Reencarne En The Walking Dead?! ¡Pero Sobreviviré!
FanfictionMorir... es algo que no le deseo a nadie, yo morí ese día al matar al primer humano en mi vida. Las lágrimas caían de mis ojos al ver lo que hice... sintiéndome el peor monstruo que podría existir, el arma en mi mano temblaba a cada segundo mientras...