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"CAEN LAS ESTRELLAS Y NO ESTÁS"

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"CAEN LAS ESTRELLAS Y NO ESTÁS"

𓆰𓆪

Me desperté a las casi 1 de la mañana y Hernan no estaba a mi lado, pensé que iba a estar en la cocina o en el baño pero cuando pasaron más de 30 minutos me levanté.

Salí de la pieza y fui a la cocina, no estaba ahí. Fui a el baño y tampoco estaba, así que salí al patio para buscarlo pero tampoco estaba. Me metí a mi pieza para ponerme una campera y las zapatillas.

Fui a la pieza de Cochi y despacio entre para agarrar su fierro, así como entre, salí y Cochi ni cuenta se dió de lo dormido que estaba.

𓆰𓆪

Hernan:

Iba para la casa del Freddy ese, su familia de mierda me seguía para todos lados y encima se la daban de superiores "que los Tevez esto que los Tevez lo otro" ¿Quien carajo se creían? No valían ni dos pesos su apellido de mierda. Me tenían re podrido y quería hacerlos cagar, nadie iba y se me hacía el agrandado.

–¿Quien es? – Preguntó la doña cuando toque la puerta

– ¿No tenes una ropita que te sobre? – Dije con mi voz más de vieja que pude.

– No, no – Respondió ella – No tenemos nada

Cuando ella terminó de hablar le metí una patada a la puerta y entre, los pendejos y la doña empezaron a gritar así que la apunte con mi arma para que se quede callada.

El pendejito empezó a gritar para que ese viejo de mierda lo escuché así que también lo apunte.

– Cállate pendejo de mierda, cállate – Yo lo apunte y él se quedó callado.

Sentí un golpe en la cabeza, no se con que carajo me pegaron pero me dieron lo suficientemente fuerte como para caer desmayado por unos segundos. Cuando me desperté tenía la cabeza llena de sangre, me pare y salí corriendo de la casa.

El viejo y ese tan Chito me empezaron a tirar tiros pero por suerte no me pegaron ni uno porque yo corría más rápido que los dos juntos.

Llegué a una calle y me puse a cargar el arma, estaba re nervioso y alterado, me temblaban las manos y mi corazón estaba acelerado.

– Te dije mil veces que– Me di la vuelta y por impulso apreté el gatillo, le di en el abdomen a una mujer embarazada, me sentí como una mierda en ese momento.

– No... No, no, no – Repetía al ver a la señora en el piso tirada – Perdóneme, yo no quería, yo no quería, perdóneme – Seguí repitiendo entre sollozos y me fui corriendo.

-Turra- Hernán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora