Casualidad

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Tenía buena resistencia gracias a su arduo entrenamiento, pero nunca se imaginó que correría tanta distancia y tan rápido. Su zona de patrullaje estaba algo retirada de dónde Kyojuro le había dicho tenía su misión, según el rubio estaría en una zona poblada donde se habían reportado varias desapariciones, cerca de una línea de trenes.

Según Kansaburo esa misma noche el alfa partió sobre el tren a investigar el dichoso transporte; pero el presentimiento de que algo estaba mal lo carcomía, había corrido mucho y en poco tiempo, el sol pronto saldría y se encontraba siguiendo las vías, a lo lejos se avistaba una gran pared de polvo y el tren completamente descarrilado alcanzó a acostar a Tanjiro sentado en el suelo, olía a sangre y a algún demonio que había sido asesinado hacía poco tiempo.

Cuando la nube se dispersó un poco vio a su pareja, estaba de espaldas algo encorvado, respirando agitado y vio algunas gotas de sangre caer a sus pies, apretó aún más el paso, no le importaba si se rompía las piernas en el proceso; también avistó a otro demonio de aura muy fuerte, era una luna superior, no sabía exactamente qué rango pero era una de las 12 lunas.

— Kansaburo, ve por los kakushis y avísale a Shinobu— el cuervo tomó dirección contraria al chico.

...

—¡mensaje, mensaje Giyuu!—  Kansaburo le aviso que otro cuervo llegaba; la eficiencia de los Kasugai era sublime, el chico extendió su brazo para que el pájaro aterrizará en él y él quitó con cuidado la nota que llevaba atada en la pata. Se detuvo a leer unos segundos.

— El joven Rengoku está vivo— le dijo a su cuervo mientras esbozaba una leve sonrisa. — dice que si cenamos en tres días—

— Enamorado— soltó el cuervo de la nada.
— !¿QUE?! Yo!?, Claro que no— arrugó el papel y empezó a caminar, era su forma de huir de los problemas o temas incómodos, caminaba lejos.
– En mis años contigo, nunca, Kansaburo escuchó que hablaras tanto con alguien— comenzó a seguirlo a vuelo lento hasta posarse en el cabello negro del omega.

Era verdad, esa noche que hablaron, le pudo contar cosas que solo Shinobu sabía, como lo que pasó con su hermana o su experiencia en la selección final. Se sentía cómodo con el chico.

— ¿ Debería decirle que sí?— preguntó al pájaro,  quien asintió.
— Dile que lo veré en tres días en la sede—  y el viejo cuervo partió a dar esa información.

...

— El ojo izquierdo destrozado, y el daño a tus órganos internos no sanará con el tiempo; si te conviertes en demonio esas heridas no serán más que cicatrices— el demonio hablaba al joven pilar de la flama que se concentraba en bloquear la hemorragia interna y controlar el dolor que sentía.

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⏰ Última actualización: May 09 ⏰

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