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𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐬𝐚𝐧𝐝𝐫𝐚
Llegamos a aquel barrio del cual no recuerdo bien el nombre, estuve todo el camino durmiendo y no me enteré de nada hasta que escuché a mi madre llamarme porque ya habíamos llegado.
— Cassandra cariño agarra tu maleta — me dijo mi madre despertándome
— Ya voy mamá — le contesté levantándome del asiento
Agarré la maleta para dirigirme a nuestra nueva casa, realmente no estaba nada mal, el problema es que yo estaba acostumbrada a mi casa de españa o de Italia. Mi padre me enseñó cual sería mi habitación así que entré y me puse a deshacer las maletas, la habitación era bastante espaciosa y ya estaba amueblada así que solo tenía que poner mis cosas en su sitio. Terminé de deshacer las maletas y ordenarlo todo mas rápido de lo que me esperaba así que bajé al comedor a preguntarle algo a mi padre.
— Papà, posso fare una passeggiata? (Papá, puedo ir a dar un paseo) —
— Sì, ma fai attenzione (Si, pero ve con cuidado) — me contestó mientras seguía recogiendo
Me cambié de ropa, me cepillé el pelo un poco y agarré mi movil (ya se que se supone que en esa época no hay móviles pero me da igual 😽)para a continuación salir de la casa. Andé durante unos minutos hasta que encontré una cancha de fútbol, había gente dentro y estaban jugando así que decidí entrar para verlos jugar, total, no tenía nada mejor que hacer.
𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨
Estábamos jugando hasta que me fijé que entró una chica, era nueva, nunca la había visto antes, estaba seguro de que no era argentina pero tampoco sabía de donde podía ser.
— ¿Uru que pasó? — dijo Carlos viendo que me había desconcentrado por un momento
— ¿Nada, viste esa chica? No la había visto nunca acá en el Fuerte. — le dije yo
— Es cierto, pero no parece que sea argentina. — dijo el de rulos confundido
— Obvio que no es de acá pelotudo ¿No la viste? Parece española o algo, no se. —
— Y a mi me parece mas Italiana — me contestó Carlos
— Pará, si tiene un poco cara de Italiana, después del partido le preguntamo' —
𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞
El partido continuó y Danilo y Carlos ganaron como de costumbre. A Cassandra le encantaba mirar el futbol tanto si jugaban profesionales como si jugaban simples adolescentes sin ningún profesionalismo, así que disfrutó estar allí viendo aquel partido. Cuando terminaron de jugar Cassandra se levantó dispuesta a volver a casa ya que se estaba haciéndose de noche cuando alguien la frenó poniéndole la mano en el hombro.
