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𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞
— Gracias Dani — dijo sonriendo— Tu estás muy guapo también —
— Gracia' — respondió él embobado —
— Te estaba diciendo que si me ayudabas a ponerme el collar —
— A, si, claro — dijo y se acercó a ella —
Danilo se acercó a ella, agarró el collar que quería ponerse y puso sus manos alrededor de su cuello, Cassandra estaba nerviosa por los suaves roces de las manos de Danilo en su cuello pero lo disimuló bastante bien.
— Listo, ya está — dijo Danilo pasando sus dedos levemente por tu cuello —
— Gracias — agradeció mientras se giraba a mirarlo —
Estuvieron unos segundo haciendo contacto visual, ninguno apartaba la mirada pero el chico no pudo evitarlo, desvió su mirada de manera rápida y poco duradera a el escote de Cassandra para a continuación soltar un leve suspiro, esta al darse cuenta rio levemente de forma sarcástica.
— Bueno — carraspeó nervioso — ¿Ya está' lista? —
— Si, ya estoy —
— Pues ya nos podemo' ir —
— Hay que salir por la ventana, si salimos por la puerta nos van a escuchar —
— Está bien, bajo yo primero y luego te AGARRO — dijo remarcando la última palabra recordando la última vez que Cassandra salió por la ventana —
— Vale, me AGARRAS — remarcó ella también mientras reía —
El chico saltó por la ventana y luego agarró a Cassandra cuando saltó.
— ¿Está muy lejos? — preguntó la chica —
— No, es acá a do' cuadras — dijo señalando una esquina y a continuación pasando su brazo por los hombros de la chica —
El camino fue corto y tranquilo y en la puerta de la casa en la que sería la fiesta estaban Carlos y Mariela esperándolos.
— Por fin llegan — se quejó Carlos — Los esperamo' una hora —
— Bue, dejá de quejarte y vamo' a entrar — resopló Danilo
Los cuatro amigos entraron a la fiesta y estuvieron pasándolo muy bien, Cassandra y Mariela bailaban juntas mientras Carlos y Danilo las miraban a pocos metros de distancia, Danilo miraba a Cassandra fijándose en cada detalle de su cuerpo, en como la ropa que llevaba resaltaba perfectamente su figura, cada movimiento de la italiana era hipnotizante para Danilo.
— Cerrá la boca que se te cae la baba — rió Carlos con ironía —
— Vo' cerrá el orto que te pego una trompada — dijo él, riendo también —
