Un secreto

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Una pequeña niña de cabellos castaños, ojos color violeta, con un hermoso vestido de color morado junto con una diadema de orejitas de gato, se encontraba paciente sentada en una silla, puesto a qué se madre estaba charlando con los doctores, se encontraba jugando con su peluche de gato favorito, este estaba algo desgastado, y con algunas suturas, era de un color lila, junto con un ojo negro y otro de botón, la pequeña jugaba a qué el peluche era un superhéroe.

-¡Pum!, soy el mejor gato del mundo.

La pequeña elevaba el juguete a su frente, para demostrar que aquel gato estaba volando, pero fijo la vista en su hermano mayor, Diego.

Con mucha delicadeza, decide dar pequeños pasos, acercándose poco a poco al lugar en dónde se encontraba su hermano.

Estaba algo confundida, porque estaba así, su hermano siempre ha estado en forma, y es muy saludable.

-¿Porque mi hermanito está así?, ¿Se convertira en un esperimento?-pregunto curiosa la pequeña.

Pues, a Mictia le extrañaba que su hermano estuviera conectado a tantos cables.

De un momento para otro, pudo también observar el rostro del castaño, se le notaba algo adolorido, pero no mostraba reacción alguna, pues estaba inconsciente y anestesiado.

-Espero que te recuperes pronto hermanito-susurro la pequeña recostando su cabeza a la camilla.

De repente, Mictia pudo sentir como si alguien le tocase el hombro, como intentando calmarla de aquella preocupación.

-El estará bien.

Rápidamente, la castaña se voltea para ver quién era, pero en cambio, encontró la nada, nadie estaba allí.

Mictia simplemente salió de la habitación de su hermano, pudo observar a varias personas como su hermano, otras que no se encontraban muy bien que digamos, y muchas personas llorando.

-¿Po que todos están tan triste?-pregunto la infante para accidentalmente chocar con uno de los doctores.

-Oh, lo siento mucho pequeña, ¿Dónde está tu mamá?-pregunto con gentileza el doctor.

A la pequeña siempre le habían dejado en claro de no hablar con extraños, a si que simplemente salió corriendo lejos de aquel doctor.

-¡Espera!-exclamo este persiguiendo a la castaña.

Mictia tenía una ventaja, como era pequeña, siempre podría escabullirse por cualquier lado, y perder de vista al doctor.

-¡lo perdí!-exclamo, pero, se dió cuenta que se encontraba sola, llegó a un lugar en dónde ni estaba nadie, ni doctores, ni pacientes, nadie.

-¿P-po que este lugar está vacío?-pregunto con la voz temblorosa.

Claramente estaba perdida, y muy asustada, abrazo a su peluche lo más que pudo aferrándose a el.

-Tengo miedo señor gato-aferrándose mucho más a él pequeño animal de felpa.

De repente, una figura misteriosa se le acerca a la pequeña.

-¡Hola niñita!-exclamo la figura de un hombre con capucha.

-¿Quieres un dulce?, tengo muuuchos afuera-hablo el hombre.

Mictia, se encontraba más asustada, y sin más intento volver a huir, pero el hombre no se lo permitió.

-Ven, no tengas miedo, yo seré tu nueva familia-agarro a la pequeña del brazo.

-¡Suéltame!-le pego un golpe al hombre-¡Usted es malo!

El hombre no respondió muy bien a esto, y agarro con mas fuerza a Mictia.

¡Chico fantasma!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora