02 ;; Thoughts

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     Rafael parpadeó, contando nuevamente las grietas en el techo.

No era capaz de pegar el ojo, no tenía sueño, estaba muy ocupado pensando como para dormir. Pasó saliva, moviéndose en su cama y sentándose.

Se sentía cansado, adolorido. Se encorvó, con la mirada perdida en punto fijo en su oscura habitación; un pequeño rayo de luz se filtraba por debajo de la puerta, sabía que ya era de día, probablemente de tarde, pero no se sentía con ánimos de salir.

No tenía hambre, ni ganas de ir al baño o de siquiera hacer algo de su rutina diaria, solo quería estar ahí, acostado, pensando. Suspiró, llevando de manera inconsciente su mano hacia la parte trasera de sus muslos y sintió un sabor amargo en su boca.

Empezó a sentir calor, sintiendo el fogaje de llamaradas de fuego. Retuvo el aliento, admirando con temor como su habitación se convertía en la bodega de la noche anterior, vio a las llamas avanzar con avives y lo vio a él.

—Leo —su voz se quebró, su pecho oprimiéndose y sintiendo como se le iba todo el aire.

Leonardo estaba ahí, tal cual y como la noche anterior, con su ceño fruncido y siseándole. Sintió su piel erizarse, viendo una vez más la nueva y monstruosa apariencia de su hermano mayor, un sollozó se ahogó en la parte superior de su garganta.

—Leonardo —llamó, extendiendo sus brazos y sintiendo las lágrimas picar en el borde de sus ojos, pero él no se inmutó. Rafael jadeó, con las lágrimas ya cayendo de sus ojos. —Hermano.

—Rafa —lo escuchó murmurar, su voz sonando distorsionada y como si las palabras le pesaran en la boca.

Sollozó, avanzando con rapidez y lanzándose sobre su hermano mayor, queriendo abrazarlo, queriendo sentirlo una vez más.

Sus ojos se abrieron de golpe cuando cayó en cuenta de que se estaba abrazando a sí mismo. Rafael parpadeó, las lágrimas deslizándose por sus mejillas, al levantar la mirada notó que no estaba en la bodega, estaba en su habitación y lo peor de todo, estaba solo.

Leonardo no estaba ahí.

Recordó con amargura nuevamente todo lo ocurrido. Gimió, llevándose las manos al rostro y dejando que los sollozos sacudieran su cuerpo. Calló de rodillas, acostándose de lado en el frio suelo de su habitación, permitiendo que la soledad fuera la única en verlo en ese estado.

[ . . . ]

—Retromutágeno, tengo que hacer retromutágeno, mucho retromutágeno.

Sus manos se movían hábilmente, moviendo los papeles en su escritorio. Sus ojos se movían con desesperación, su respiración temblorosa y cuidando sus pensamientos.

Se dio la vuelta, corriendo hacia una estantería.

Su laboratorio era un genuino desastre a comparación de otros días. Donatello se veía tenso y estresado, y era muy seguro que si tuviera cabello ya se lo estaría arrancando o lleno de canas.

Nunca antes se había sentido tan desesperado, tan impaciente y tan inútil al mismo tiempo. Su hermano mayor, Leonardo, estaba afuera, solo, desprotegido, confundido, viviendo en un cuerpo ajeno al suyo; tenía que ayudarlo, solo él podía hacerlo, solo él podía hacer el retromutágeno, solo él podía lograr que Leonardo volviera a ser Leonardo.

Gruñó, moviéndose con desesperación por su laboratorio en busca de todo lo que iba a necesitar. Todo dependía de él, tenía que hacerlo, tenía que devolver a Leonardo a la normalidad, así las cosas, volverían a ser las de siempre, volverían a ser un equipo, una familia, todo, todo iba a volver como antes, iban a volver a estar juntos, iban a hacer como si nada de la noche anterior hubiera ocurrido.

Todo iba a estar bien, lo que había pasado solo sería un mal recuerdo, todo quedaría en el pasado y solo iban a ser ellos y Splinter, serian lo eran antes.

Ellos iban, iban-

—¡Donnie! ¿Qué fue eso? ¿Qué paso, estas bien?

... Ellos iban a volver a estar unidos, Leonardo volvería a casa-

—¡Este lugar está hecho un completo desastre!

... Leonardo iba a volver a la normalidad, él lo haría, y cuando eso pasara, todo valdría la pena, todo estaría bien.

—Donnie, ¡Donnie, te estoy hablando!

Y entonces-... Entonces-

Se rió sin gracia, llevándose las manos a su cabeza, lagrimas deslizándose por sus mejillas. Se abrazó a sí mismo, las risas siendo transformadas en sollozos rápidamente.

Y entonces... Entonces se dio cuenta de que estaba perdido; estaba arrodillado en el suelo de su laboratorio, con un preocupado Miguel Ángel sosteniéndolo de los hombros y una Karai poniendo todo nuevamente en su lugar.

—Ven, necesitas un descanso —la voz de su hermano de bandana naranja se quebró, viéndose claramente afectado por su estado actual.

Sollozó, permitiendo que Miguel Ángel lo ayudara a levantarse del suelo y lo llevara fuera del laboratorio.

Todo estaba mal, todo lo que estaba pasando estaba mal. Leonardo era quien debería estar con ellos, no Karai.

El-... El solo quería a su hermano mayor de regreso.

𝐒𝐚𝐩𝐩𝐡𝐢𝐫𝐞 𝐁𝐥𝐮𝐞 | TMNTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora