🔥 III - Desastre 🔥

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«Lose your mind, lose it twice

Endless wind and lying eyes

Reveal yourself and run your face against the wall

I will not fail, I will no silently give in»

Snake Tongued Beast
Saybia

El trayecto ha sido cualquier cosa menos agradable

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El trayecto ha sido cualquier cosa menos agradable.

Después de que Itachi tuviera la mala idea de rebatirle a Deidara sobre la belleza de sus famosas explosiones, el silencio se volvió más tenso, más incómodo e indeseable de lo que era antes.

Itachi daría lo que fuera por estar de vuelta en la guarida leyendo un libro o, incluso, hubiera preferido tener que compartir todas estas horas con Hidan o con Tobi, pero no con el niño loco con el que Pain tuvo el descaro de emparejarlo. El rubio tiene la expresión cargada de desprecio e ira. No ha dejado de observarlo con desdén desde aquella conversación fallida y el Uchiha cree que a cada segundo lo odia más.

No es que le moleste demasiado los sentimientos que Deidara pueda albergar hacia su persona, pero sí que le molesta esa mirada odiosa y persistente que no le quita de encima, incluso cuando lo ha mirado con el sharingan ardiendo y amenazando con dejarlo encerrado en un genjutsu para toda la eternidad.

Para desgracia de Itachi, el artista sabe que no puede hacer eso, que debe aguantárselo porque es su compañero y necesita de él en esta misión, aunque Itachi está perfectamente seguro de que puede cumplir con este simple cometido por sí solo. Sin embargo, no puede dejarlo inútil o matarlo.

Es una regla e Itachi suele cumplir las reglas la mayoría de las veces. Al menos cuando involucran algo que le importe lo suficiente (como Sasuke), así que se limita a ignorarlo lo mejor que puede.

Ya han caminado bastante.

Tienen suerte de que la guarida no esté demasiado lejos del País del Rayo porque si no les llevaría una buena cantidad de días llegar a la aldea.

Itachi ya se ha dado cuenta de que están cerca de las murallas y, aunque no tiene demasiados deseos de dirigirle la palabra a Deidara, sabe que el rubio es estúpido y que probablemente no ha caído en cuenta de lo cerca que están del objetivo. Si los cálculos no le fallan, están a apenas un kilómetro del acceso principal a Kumogakure.

Hay rocas por doquier, montañas gigantes e Itachi se pregunta si es que la fortaleza está construida con ese material. De ser el caso, duda que las explosiones del rubio sean capaces de hacer estallar un mineral de esa envergadura.

—Ya estamos cerca —murmura Itachi y Deidara lo mira con una ceja alzada.

—¿Estás seguro? —inquiere el otro y el azabache le responde con un simple asentimiento de cabeza.

Arte | ItaDeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora