Minho subio de par en par cada escalón como venía haciendo desde hace tiempo, un camino que ya conocía bastante bien, de hecho hace años ya era familiar recorrer esos pasillos, pero las últimas veces lo hacía con emociones completamente diferentes a cuando venía a visitar a Chris.
Cada paso resonaba como un secreto, donde las paredes eran las únicas en ser testigo de lo que se estaba creando. El nerviosismo de ser descubiertos se mezclaba con la emoción de volver a reunirse.
Él lo sabía, estaba completamente consiente de que se adentraba en un territorio donde las fronteras entre la amistad y algo más, estaban en conflicto en las sombras de un vínculo que se construía discretamente, escalón a escalón.
Pero no podía importarle menos cuando lo tenía entre sus brazos y todo lo demás no importaba.
Se detuvo en la entrada de la habitación al ver a Jeongin, quien se encontraba frente al espejo, dando los últimos detalles a su sutil maquillaje, ajustando cada detalle. El reflejo de luz del atardecer, daba justo contra su rostro, perfilando sus delicadas facciones.
Minho podría describir que estaba frente a un ángel, pero era algo contradictorio, porque Jeongin claramente no lo era.
Un silencio cómplice había estado llenando la habitación, que lo rompe la risita del menor, aún viendolo parado a la entrada, como si quisiera quedarse por siempre siendo espectador de su belleza.
Era un tira y afloja, como siempre lo había sido, sus miradas se encontraron y él sabía perfectamente leer a Jeongin, quería que fuera hacía el, así que se situó detras de el y rodeó su cintura en un abrazo cálido, escondiendo su rostro en la curva de su cuello y el hombro, repartiéndole varios besos cortos.
La complicidad entre ambos era fuerte, como si el tacto pudiera expresar mucho más lo que las miradas y palabras no podían decir.
—Para ti. —Minho rompe el silencio, entregándole una bolsa llena de gansitos, sus favoritos.
Jeongin quien aún esta de espaldas, se gira para recibirla, pero al instante que quiere arrebatarla, Minho la esconde tras el.
—Son muchos, no es para que te los comas todos de un viaje.
—Lo sé, sabí que no soy capaz de comerme más de dos.
—Porque te conozco te lo estoy diciendo. —Jeongin indignado, porque aparentemente si lo conoce, lo abraza, rodeando su cintura, tratando de quitarle la bolsa.
—No, no hay beso, no hay gansitos.Jeongin como saludo y agradecimiento lo besó, cortito pero lo suficientemente suave para transmitirle cariño. Minho solo pudo rendirse y entregarle su regalo.
—Tirémonos un ratito —Jeongin no espera respuesta y lo empuja hacía su cama, acomodándose sobre el mayor.
—No vamos a tirar —por inercia y porque no sabe mantener las manos quietas, es que las deja fijas en los muslos contrarios.
—Pesao, ya sé, pero tu aceptaste regalonear, no entiendo por que te haces de rogar.
—Me encanta cuando flojeamos toda una tarde, pero de verdad quiero que salgamos —Jeongin acepta esta vez porque es una realidad que no han salido hace bastante.
—Te extrañé caleta estos días ¿tú lo hiciste?
—Nos vimos hace dos días.
—Pero es tiempo suficiente para extrañarme, además no es lo mismo, viniste por Chris. —susurró con un atisbo de tristeza
Esta vez esas palabras venían con un tono distinto al que solía ser, juguetón, bromeando sobre su situación.
Era la primera vez que Jeongin le respondía triste respecto a ese tema, Minho al ver sus ojos percibe un poco de vulnerabilidad rara en el.Y no le gusta para nada.
—Si lo hice.
A pesar del latido compartido de sus corazones, una espinita se clava en Minho e inmediatamente le comienza a molestar, le deja un gusto agridulce y sabe que tiene que hacerse cargo de lo que él empezó.
𓇼
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cruel summer ! jeongho
FanfictionEn el vibrante verano de sus emociones, su romance se ve amenazado por el temor de que todo se arruine. Sin embargo, ignorar que sus encuentros, para todos, es un secreto a voces en medio de un cruel verano; quizás no tan cruel... - mini au - au twi...