"Deseos Prohibidos"

14- Un lugar especial

En la noche a penas puedo pegar un ojo y los días restantes son un lío, cada vez que veo a Levi de lejos y me debato internamente si contarle sobre las amenazas. No sé ni que hacer. Tampoco he querido compartirlo con mis amigos.

Quizás solo sea alguien intentando asustarme y según pasan los días, y no llega más ningún mensaje me comienzo a relajar. Definitivamente fue una broma de mal gusto o alguien que desea jugar con mis nervios.

Kleyton es el que pretende reventar mi móvil con mensajes cursis que me sacan una sonrisa y hacen que mis tripas se revuelvan con mariposas, en mi caso serían dragones y no sé si es del hambre de estar todo el día en una clase tras otra.

No veo la hora de tener vacaciones nuevamente, pero sé lo que eso significaría y es que Adiós Instituto.

Adiós Levi

Admirarlo y suspirar de lejos.

No es lo correcto, pero no dejos de tener ganas por él en todos los sentidos y creo que no soy la única porque todas las chicas del instituto se derriten en sus clases, su forma de hablar, todo. Y hay veces que me dan ganas de gritar "y yo sé lo que hay debajo de esa ropa señoritas" jjj. Ese es mi lado diabólico, sobre todo cuando se le acercan Diana y las porristas, las cuales he visto muy cerca de él últimamente.

- ¿Qué haces Perra?- chilla Kevin en mi oído en pleno comedor sacándome de mis pensamientos mientras remuevo el puré que me sirvieron.

- Sigo pensando que esto es asqueroso- se queja Chabeli sentándose a mi lado mientras mi amigo se situa delante de mí y lo fulminó con la mirada.

- Vuelve a hacer eso y te triruro las bolas - hago señas de tijeras con mis dedos y mi amigo se señala el pecho.

- Me hieres perra, siempre supe que te encantaba mis bolas, pero son para mister Ibers -

- ¿Ahora quien carajos es ese?- interviene Chaveli ante los ojos de corazón de Kev y yo también lo miro intrigada.

- El rubio sexy de las carreras-

- ¡No me digas !- suelta mi amiga y yo niego con la cabeza.

- Es un delincuente Kev- protesto y el rueda los ojos.

- Por favor, no te hagas que a tí te gusta Kleyton y para tú información son mejores amigos, lo que significa - hace señales de parejas con sus dedos y le tiró el pan suelto de mi bandeja

- ¡Basta eres imposible!- pongo los ojos en blanco y el ríe.

Justo en ese momento me llega un mensaje de Kleyton que tapo para que no vean y me levanto despidiendome de mis amigos, entre sus quejas y mis excusas de que voy a la biblioteca cuando en realidad salgo hacia lo más lejos del parqueo evitando a los guardias de seguridad del instituto y sintiendo la adrenalina recorriendome.

La verdad nunca había pensado escaparme, nunca, pero qué puede pasar es mi último año,  y por más que me recorre el temblorcillo de que me pillen, sigo con ese sentimiento que me recorre cada extremidad y me hace sentir viva.

Y ahí lo veo, mi calabaza en moto con su perfecta pose de chico malo apoyado en su moto, lleva siempre los mismos oufits, botas, pantalones de cuero y pullover que enseña sus músculos y unos tatuajes algunos nuevos que a penas puedo detallar centrandome en su cara divertida.

- ¿Lista para tú paseo niña?- es lo primero que dice cuando estamos frente a frente y sonrió también, porque tenemos algo que no puedo definir en palabras.

Una conexión que nos hace abrirnos cada vez que chateamos y se siente bien. Electrizante, reconfortante, no sé si darle otra palabra.

- Ya habíamos superado lo de niña, cumple tú trato y hola para tí también - me acerco y depósito un beso en su mejilla poniéndome de puntitas por lo alto que es, pero cuando gira la cara termina en su comisura y lo golpeó en el hombro sacándole una carcajada.

- Tramposo- declaro quitándole el casco y no lo niega. Simplemente se sube y lo imitó abrazándolo con el corazón a mil.

Arranca la moto y casi sufro un ataque cardíaco cuando la voz de un guardia de seguridad nos grita.

Pero ya es demasiado tarde porque estamos lejos y me salto todo el periodo de la tarde, teniendo cuatro horas antes de que me recojan en el Instituto.

- ¿A dónde vamos?- pregunto por encima del viento y el sonido del tráfico.

- Mi lugar especial - es todo lo que dice y continuamos avanzando entre la ruidosa ciudad hasta llegar a una zona de paisajes.

Y colinas, nos detenemos en el medio de la nada con el sonido de los pájaros y me bajo confundida.

- ¿Qué es esto? Me trajiste aquí para matarme y enterrar mi cadáver sin que nadie te vea, aunque también me violaras supongo- me protejo haciendo que suelte una carcajada y se doble de la risa.

- ¿Me ves cara de asesino?- se señala engreído.

Y no se que decir porque su cara es perfecta y él lo sabe ya que tiene un ego por las nubes que no pienso seguir inflandole.

- Idiota- pongo los ojos en blanco y me quito el casco entregandoselo, me acomodo la falda del uniforme que por suerte traigo un chort de bajo, si no hubiera sido imposible montar en la moto.

Y Kleyton me guía por un Trillo, pidiendo que confíe, aunque me lo como a preguntas según avanzamos y los mosquitos hacen de las suyas, pero mis palabras mueren ante el lugar que se asoma frente a mí.

Una cascada cristalina que parece salida de una película en 3D, que cae directamente en un claro, dónde el agua es azulita, combinado perfectamente con las plantas a su alrededor.

Es tan hermoso que me quedo sin saber que decir.

- ¿Te gusta?- su voz me atrae hacia sus ojos y asiento embelesada.

- Es hermoso. ¿Cómo lo descubriste?- no puedo evitar preguntar mientras avanzo hacia la orilla del agua tranquila para ver más de cerca.

- Solía venir con alguien especial- su respuesta no debería importarme pero aún así me hace sentir una punzada.

Era lo que menos me esperaba, pensé que sería la primera chica que traía aquí.

¿Claro Amaya ni que fueras la reina de Roma?- me reprocha mi conciencia.

No sé si puede leer mi expresión o como aclaro mi garganta que vuelve a hablar.

- Mi hermano.