Capitulo 2. Desdén.

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El joven también se cruzó se brazos mientras la miraba algo molesto por su audacia y reto, no creía que esa niña lo hubiera desafiado, era demasiado imprudente a su parecer.

Le bufo en la cara cuando está no retrocedió y también lo miro a el sin titubear, pero con una sonrisa socarrona le regreso el bufido mientras rompía el silencio.

—¿Es que acaso no conoces tu propia casa?— Preguntó la castaña mientras su actitud era más burlesca y desmesurada hasta cierto punto.

—Eres una irrespetuosa...— Dijo manteniendo una expresión algo fría y desdeñosa a ella mientras la miraba. —Ni si quiera te has presentado, no has dicho nada y estás burlandote de mí en mí casa...— Murmuró mientras la veía de cabeza a pies con algo de repelencia y se daba vuelta, ordenando secamente.
—Vas a seguirme ahora sí tanto insistes que yo te muestre el lugar...— Exigió en un tono que no dejaba dudas de que era una orden que debía acatar.

La castaña suspiro con resignación y asintió bajando la cabeza mientras se paraba detrás de él, apretando los puños mientras lo seguía, mirando el lugar y en especial los espacios grandes y verdes que habían cada que pasaban por los pasillos de fuera.

Cuando llegaron a la parte del patio, la ojiazul por fin pronunció palabra después de su discusión. —Me llamo Sasha... Sasha Nakano...— Dice mientras se sienta y mira el lugar amplio y verde.

—Ya lo sabía... Pero, realmente eres muy impertinente... No te presentas y tratas de hablar conmigo como si nada...— Afirma el pelinegro mientras suspira profundamente. —Mi nombre es Michikatsu...— Dice haciendo una reverencia, a lo que Sasha se ruboriza de vergüenza y también hace una.

Los minutos pasaron mientras Michikatsu con un tono gélido explicaba y guiaba por la gran mansión a la ojiazul quien suspiro algo aburrida pues ni siquiera podían mantener una conversación.

—Supongo que es todo... Presentarnos, ver la finca... ¿O que más podemos hacer?— Pregunto sin más la niña, mientras le daba una pequeña sonrisa y luego volvía a ver el cielo y los árboles, dando un par de pasos hacia atrás.

—Nos queda tiempo antes que mi padre quiera hablar contigo... Tal ve-...— Michikatsu no pudo hablar más cuando al mirar por el rabillo del ojo ella ya no estaba, se volteo y busco, no podia creer que se hubiera ido y tampoco a dónde. —Mocosa...— Dijo Michikatsu mientras apretaba los puños ante la rebeldía de la ojiazul, suspiro profundamente antes de calmarse y empezó a buscarla.

Cuando se alejó por la esquina del pasillo, la ojiazul debajo de la base de madera salió mientras se limpiaba de los rastros de polvo y tierra, y empezó a caminar por su cuenta alejándose a paso algo rápido pero tranquilo mientras miraba todo con gran fascinación, los grandes árboles, arbustos, y el pequeño rio que atravesaba la parte de enfrente en la casa y llegaba hasta la parte de atrás, a lo que metió sus manos mientras sonreía y tocaba el frío del agua que en un principio le dió escalofríos sentir.

Cerro los ojos un momento antes de echarse un poco de agua al rostro, pero al abrir los ojos después de bajar la cabeza al ver su reflejo en el agua noto algo, uno de sus mechones castaños estaba al descubierto, a lo que intento ocultarlo, no debía mostrar su cabello castaño a nadie por el momento, lo oculto entre las orquillas y suspiro, antes de oír una voz detras suyo que le hizo levantarse rápido e irse. Sonrió ante la sensación de ser buscada y la adrenalina de ser encontrada aunque fueran a regañarla no estaba pensando en las consecuencias.

Miro el cielo unos segundos antes de chocar con alguien, al casi caer sintió que la sostuvieron, por el sol entrecerró los ojos sin ver bien y luego oyó la voz de Michikatsu.

—¿Estás bien?— pregunto sin verle el rostro en tu totalidad por el reflejo del sol y la luz.

—S-sí, gracias...— Susurro la ojiazul mientras se ponía de pie bien, pero al oír la voz Michikatsu la reconoció.

—Si eres tú, estás bien...— Afirmo despreocupado soltandola, indispuesto a sostenerla debido a quién era ella y sus actitudes de antes.

Sasha se tambaleó antes de mantenerse en pie correctamente y murmurar.

—Eres un...— Refunfuñó soltando un bufido largo y cruzándose de brazos.

Michikatsu se acercó más a ella, al ser más alto la tomo de la mandíbula y lo hizo mirarlo, mientras con voz algo sería y molesta replicó.

—¿Un que?— Dijo mientras mantenía contacto visual con ella, quien solo se limito y fruncir el ceño ante la similitud que encontraba con su padre en ese momento.

Sin poder soportarlo se soltó como pudo y se alejo bajando la mirada mientras no decía nada, a lo que Michikatsu se acercó, la tomo del brazo algo fuerte al principio, aunque la sostuvo solo con firmeza a lo que Sasha abrió los ojos sintiendo dolor cuando tomo el mismo brazo lastimado por culpa de su padre.

—S-sueltame, Michikatsu... Por favor...— pidió mientras unas lágrimas se le asomaban a lo que al notarlo la soltó de inmediato

El nombrado la miro, olvidando por un momento lo que había echo se acercó a ella y miro su brazo, notando la marca roja donde el también había tocado, trago saliva nervioso creyendo que la había lastimado. Parecía arrepentido al creer que el lo hizo, no podía hablar correcto debido a cómo la marca se veía.

—N-no fue tu culpa... No lo hiciste tu...—  Explica la ojiazul nerviosa mientras baja la manga de su kimono para cubrirlo a lo que Michikatsu la ve unos segundos y pregunta.

—¿Quien te lo hizo?— pregunto aunque mostraba una ligera (casi nula) preocupación trato de ocultarla.

—Nadie... Yo me me golpee el brazo por accidente...— Intenta justificar la ojiazul, aunque no era la mejor para mentir.

Aunque no había convencido al pelinegro  ni nadie, este solo asintió mientras evitaba hablar más sobre eso solo murmuró algo frío.

—Ya vámonos... Mi padre desea hablar contigo...— Afirmo el mayor mientras la guiaba a la habitación donde estaba su padre.

La ojiazul bajo la cabeza y asintió, bajando más la manga de su kimono, suspiro profundamente y no noto cuando llegaron, solo choco contra la espalda de Michikatsu y este volteo a verla, dándole una mirada algo molesta y dando un leve gruñido de disgusto. A lo que esta se alejo un par de pasos rápidamente susurrando.

— Lo siento...— Susurro algo apenada mientras bajaba la cabeza, por alguna razón volvía a sentirse como en casa y eso la deprimia profundamente, dándole unas profundas ganas de dormir y no hace nada.

Sasha suspiro, en eso Michikatsu la miro, cruzándose de brazos y con un tono algo desdeñoso al no era reaccionar se hizo un par de pasos a la izquierda antes de decirle.

—¿No piensas entrar o esperas que te lleve de la mano? — Pregunto serio mirándola con aquellos ojos rojos tan profundos que parecían quemar su alma.

La menor no respondió, solo asintió y deslizó lentamente la puerta shoji, entrando y cerrando de regreso, dejando afuera a Michikatsu, miro al padre de este ahí, sentado en el tatami de aquella gran habitación mientras la esperaba, hizo un ademán para que se sentará cerca, enfrente de él.



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Bueno, bueno, fue un poco más corto, pero tengo algo mejor planeado para después. :3

Una y Otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora