Quackity [OneShots]

Admiración [Missackity]

MissaSinfonia x Quackity, BL, Gay Quackity

Aunque al principio fue algo platónico Alex lo admiraba y lo veía hacía arriba con una admiración que desconocía, era más que eso. Todo había empezado cuando se conocieron. Ese chico de gorro se veía queriendo ser como ese otro chico mayor que él. Pero rápidamente hubieron cosas que no encajaban con dicho sentimiento de admiración.

Cuando lo veía sonriendo y riendo a un lado de aquella fémina sentía que se le podría el alma. Le ponía de mal humor porque sabía que no le alcanzaba ni a los talones. Sabía que no importaba lo que hiciera, no iba a cambiar nada.

"¡Missael,para ya!" Reía Mafer tratando de separar al chico de cabellera larga, mismo que la abrazaba y la sacudía en forma de broma.

"¡No!" Le respondía Missa sin dejar de cargarla como saco de papas moviéndola cuidadosamente procurando no soltarla.

Alexis pensó que no fue buena idea ir a verle. Porque ahora debía verlos jugar a ser una parejita amorosa mientras se encontraba sentado en la mesa del comedor comiendo lo que Mafer le había preparado hace unos pocos minutos.

"Missael,está Alexis aquí. Compórtate." Le volvía a insistir la chica con cierta pizca de vergüenza y timidez.

"Ta bueno,pues." Se quejó el chico soltándola para mirar al chico de gorro. "¿Jugamos unas partidas de Gang Beast o qué?"

El tener su atención de vuelta lo hizo sonreír otra vez. "Claro." Se levantó y no dudó en dejar su comida atrás para ir tras Missa.

Cuando entraron a la sala de videojuegos del mayor se sentó para esperar a que conectara todo lo que debía contactar y así comenzar a jugar. Le gustaba pasar tiempo con él pero le gustaba más cuando ese tiempo juntos eran solo ellos y exclusivamente ellos.

Se quedaron un gran rato jugando y riendo a la vez que bromeaban con gritos y demás. En algún momento Mafer tuvo que salir un momento para hacer un mandado, Alex sintió felicidad ante esto, por fin iba a tener un momento a solas con su amigo.

"¡No me tires,wey!" Gritaba Missa mientras apretaba miles de botones en su control para ganar.

"¡Quítese,vieja zorra!" Le gritaba de regreso el menor entre risas.

"¡No,no,no!"

Las risas eran demasiado fuertes y escandalosas y eran los que principalmente provocaban aún más risas. Missa se sentía feliz de tener a su amigo en su hogar. Siempre le cayó muy bien el chico de gorro y lo admiraba por todos sus grandes logros en su servidor de Minecraft y demás. Tenerlo allí para él significaba diversión y un buen rato. Aunque no era del todo así para el menor.

Missa desconocía de los sentimientos de Alex hacía él, para él solo era un muy buen amigo que bromeaba a celarlo a veces. Aunque era todo lo contrarío y verlo reír de esas acciones le hería al pelinegro menor.

"Ya me cansé de perder,¿qué otro juego quieres jugar?" Preguntó el mayor levantándose del sofá para buscar sus otros videojuegos en su estantería.

"Cualquiera que quieras jugar.." le dijo el de gorro mirándolo con una sonrisa.

"¿Qué te parece—" no importaba lo que decía, no le estaba escuchando. El menor miraba sus labios pensando en qué se sentía besarlos. Miraba como sus ojos leían las portadas de los juegos, como sus manos acariciaban cada estuche en su estantería y como tiraba de estos con su dedo índice para sacarlos del estrecho espacio donde se encontraban.

Alex se levantó del sofá y se acercó a él sin pensarlo mucho. Su corazón latía en sus orejas y no lograba escuchar nada de lo que decía. Cuando Missa se volteó levemente para mostrarle el juego que traía en su mano Alex tomó ese mismo bajándolo para tomar su nuca con su otra mano bajándole y lanzándose por el beso.

Lo besó. Lo besó y con todas sus ganas acumuladas. Alexis no sentía admiración por su amigo y mucho menos nada platónico, él lo amaba. Estaba enamorado de él y no podía resistirse por más tiempo.

Cuando Alexis se separó lo miró en silencio con sus mejillas todas rojas y con los nervios más fuertes que nunca antes había tenido. Missa lo miraba en silencio con sus ojos abiertos como platos. Estaba tan sorprendido que no sabía que decir o hacer.

"¿Acabas de besarme?" Fue lo que logró salir de su garganta.

"Yo..sí.." murmuró Alexis con nervios y timidez mientras le saltaba lentamente. Hasta sonaba inseguro de si mismo.

"¿Porqué?" Susurró muy confundido y hasta perturbado por aquel beso que no lo esperaba en lo absoluto.

"Missa, ¿enserio no te has dado cuenta de nada?" La cara del chico se lo decía todo. No tenía ni idea de los sentimientos románticos que tenía Alex hacía él.

"¿Hay...algo de lo que debería darme cuenta?" El corazón de pollo del menor se detuvo. "Deberías..ir a tu casa." Se sintió como si le hubiera apuñalado directamente al corazón.

"Pero yo—"

"Mira,Alex,no me gusta que te enterares así pero— Yo..." suspiró profundamente tomándolo de las mejillas. "Me voy a casar con Mafer." Le soltó. "Estamos comprometidos desde hace unas semanas y no mucha gente lo sabe."

Alexis sintió que se caía el mundo. Sintió que su corazón se rompía. Sintió que quería llorar y sintió que nada importaba. Se alejó a pasos lentos de Missa sin creer lo que le acababa de decir. ¿Él y Mafer se iban a casar? Eso era— imposible. Él lo amaba incluso más de lo que ella lo amaba.

"Yo voy a...Creo que debo irme ya." Murmuró con una voz muy temblorosa.

"Sí,debes irte." Fue la respuesta de el mayor.

El de gorro retrocedió y dió la vuelta tomando su celular para finalmente irse de la casa queriendo llorar con todas sus fuerzas. Al mayor también le dolió sabiendo que su amistad con el pelinegro no iba a volver a ser la misma. Era demasiado para procesar y no creía poder superarlo tan rápido. No sabía si debía decírselo a Mafer. Tanto ella como él confiaban en Alex y que fuera a besarle así como así era algo que impactaba demasiado.

Lo peor era que mintió para poder liberarse de esa situación. Mafer y Missa no se iban a casar, ni siquiera tenían esos planes en sus vidas.