❛ no te vistas, no te hagas el nunca visto ❜

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❝ Raramente desespero por
tenerte aquí a mi lado,

Y eso no significa que
tenga un significado,

Si pensás que amor yo
siento, por favor no hagas
pamento,

No comentes con tu gente,
sobre nuestro asunto❞

Enamorado Tuyo - Cuarteto de Nos

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Mordía sus labios con fuerza para evitar soltar cualquier sonido que le hiciera saber al rubio lo mucho que disfrutaba tener sus dedos dentro suyo. Adán respiraba con dificultad mientras sus puños se cerraban en las sábanas rojo carmín de la cama del rey del infierno, odiándose a sí mismo por haber permitido que Lucifer lo sedujera.

Lucifer observó al hombre debajo suyo, la manera en la que temblaba y mordía su labio tan fuerte que en cualquier momento se sacaría sangre. ──¿Te gusta? Sé que sí. ──susurró en su oído mientras dejaba besos y mordidas en su cuello.

El rubio movía sus dedos dentro del ángel cuidadosamente, conocía su cuerpo a la perfección, por lo que no pasó mucho tiempo hasta que encontró su próstata, finalmente sacándole un gemido que sólo hizo que su paciencia se vaya agotando cada vez más. ──Hijo de puta, apúrate- ¡Mh! ──soltó Adán, cubriendo su boca con vergüenza al ser interrumpido por el gemido que salió de sus labios.

Los labios de Lucifer se curvaron en una sonrisa y continuó tocando con la punta de sus dedos aquél punto en su interior que lo convertía en un manojo de gemidos y murmullos sin sentido. ──Paciencia, princesa. ──dijo mientras resumía los besos, yendo desde su pecho hasta su cuello, dirigiéndose a sus labios para besarlo, pero fue detenido por la mano del castaño.

──N-Ni se te ocurra, maldito. ──escupió con enojo el castaño, pero Lucifer no podía tomarlo en serio con sus mejillas rojas, su cabello desordenado y sus ojos nublados de placer.

El ángel caído soltó una risa seca mientras se quitaba de su agarre y llevaba su mano libre al mentón de Adán, obligándolo a mirarlo a los ojos. ──¿Hm, por qué? ¿Acaso te parece que esto será diferente una vez que te bese?

Adán lo miró con una mezcla de fastidio y deseo, retorciéndose debajo suyo. ──Vete a la mierda, no soy tu puto juguete. ──contestó desafiante, mordiendo nuevamente su labio inferior mientras desviaba su mirada.

El rey del infierno frunció el ceño ante sus palabras, sacando los dedos de su interior, sacándole un gemido ante la sensación de vacío. ──¿Juguete? ¿En serio así piensas que te veo? ──habló mientras lubricaba su miembro y le daba unas cuantas caricias, dándole una vista al ángel que lo hacía derretirse. Finalmente, Lucifer se posicionó en la entrada del castaño, frotando su erección contra el anillo de músculos sin entrar aún, disfrutando la forma en la que Adán se removía impacientemente debajo suyo. ──Los juguetes no tienen voluntad, pero tú sí, así que dime, ¿qué quieres, Adán? ¿Quieres que te la meta o no? ──cuestionó mirándolo a los ojos.

──Ya hazlo, mierda. ──pidió casi sin aliento, su respiración era pesada y sus manos apretaban las sábanas de seda debajo suyo. Se movió un poco para incitar al rubio, pero éste ni se inmutó ante su intento.

꒰ enamorado tuyo﹔hazbin hotel ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora