Jujutsu Kaisen (Gay) Collection

4: hung up on you

Autor: dalyeau

Pareja: Sukuna x Megumi

Palabras: 5191

Advertencias: Ninguna

Original: https://archiveofourown.org/works/28768065

Resumen
Química a raudales, fuegos artificiales por doquier, tócame otra vez y te parto por la mitad... Sukuna ya no quiere sólo una paja, quiere el número de teléfono de este tipo y, con un poco de suerte, una follada de cinco horas en la cama en lugar de un rapidito de cinco minutos borracho en un baño público (a eso tampoco diría que no, pero tiene prioridades).

En primer lugar, tiene que conseguir su nombre

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Uraume le tira de la manga. "¿No es ese Mahito?"

"Por favor, dime que sólo me estás tomando el pelo."

"Date la vuelta."

Lo hace.

Por supuesto, es como la suerte de Sukuna toparse con su maldito ex la primera vez que va -ilegalmente- de discoteca al barrio gay, sinceramente, no debería haber esperado menos de esta puta vida que no le da un respiro. En realidad, se suponía que esta noche iba a ser su descanso, y ahora se ha arruinado -estropeado, quemado, jodidamente arrasado- porque sí, ese es Mahito en persona girando en la pista de baile al ritmo de un mix de Madonna como una especie de araña siniestra. Su pelo largo y grasiento vuela por todas partes y todo el mundo se mantiene a dos metros de distancia, que es lo que Sukuna debería haber hecho desde el principio antes de involucrarse con el pequeño psicópata.

"Estoy considerando si darte las gracias por el aviso o matarte por arruinarme el humor", le dice Sukuna a Uraume con el cansancio de un alma en pena milenaria en el cuerpo de un adolescente tatuado de diecisiete años.

"No la tomes con el mensajero". Uraume ni pestañea, inmune a sus amenazas, dando sorbos a su vodka. "Haz como si no estuviera aquí".

"Me importa una mierda que esté, lo que no quiero es que sepa que estoy yo", dice Sukuna con una mueca, dando la espalda a la pista de baile y conteniendo las ganas de gritar.

Sinceramente, de todas las discotecas de la ciudad. Las probabilidades son tan astronómicas que siente náuseas al pensar en la cifra; odia las matemáticas y no las va a hacer, así que lo dejará en un puto número ridículo.

"Me quedaré en el bar, avísame cuando vaya a drogarse al baño". Mahito siempre acaba desmayándose abrazado al retrete el resto de la noche cuando se saca el LSD, pregúntale cómo lo sabe.

Dejar el club por completo es tentador, pero eso implicaría admitir la derrota y él no es 1) un marica, muchas gracias, 2) va a dejar este lugar sin al menos una paja cuestionable de un extraño sexy, un rito de paso rumoreado bien conocido en Babylon y el 70% de la razón por la que vino aquí en primer lugar, 3) a punto de dejar Uraume aquí solo por su cuenta cuando ni siquiera quería venir, pero sólo lo hizo porque Sukuna pidió por favor bonito. Sukuna puede ser un imbécil certificado, pero no es un desagradecido, y Uraume se pega a él con la lealtad de un perro. Abandonarlos aquí sería una cagada y no de la forma en que Sukuna suele disfrutar aprovechándose.

Además, no hay forma de que se vaya después de todos los problemas que tuvo para entrar.

En primer lugar, conseguir ese carné falso fue un engorro de dos semanas de trámites y, en segundo lugar, dicho carné falso era tan sospechosamente barato que Sukuna ahora entiende perfectamente el dicho de que obtienes lo que pagas. Su foto está mal recortada, la tinta pixelada de una forma que grita "photoshopeado", y cuando le dio la tarjeta a uno de los porteros, el tipo levantó una ceja y dijo "¿1952? Tiene muy buena pinta, abuelo". Sólo pudo entrar porque el otro portero es amigo íntimo de Yuji y le dijo que lo dejaría pasar una vez, y sólo una vez. Todou ha pasado de ser "uno de los amigos descerebrados de mi gemelo" a "un tipo bastante bueno", pero Sukuna tendrá que conseguir otra identificación no tan falsa, pero todavía falsa, si quiere volver en el futuro (cosa que de momento no hará, a menos que la paja de ese hipotético desconocido sea lo suficientemente alucinante como para eclipsar el hecho de que el maldito Mahito esté aquí).