Piloto

21 2 0
                                    


La noche era demasiado oscura como para ver por donde corría, la luz carmesí de la luna junto con la sombra de las ramas hacia que todo fuera mas confuso a la vista, fácilmente podría haber estado corriendo en círculos de no ser por la distancia que había entre las torres del internado que apenas podía distinguir cuando reunía el coraje de voltear atrás para ver si había logrado perderlos pero no, esos malditos ojos verdes me perseguían en la oscuridad como si estuviéramos corriendo en un sendero totalmente iluminado para ellos.

Gritar por ayuda no era una opción, no había nadie cerca para ayudarme, yo lo sabía, ellos lo habían planeado así,  habían planeado todo desde el comienzo y la única opción  que me quedaba era correr hasta perderlos o que me desangrara por las heridas que ellos habían logrado hacerme. La luna parecía ponerse mas roja con cada minuto de persecución,  intentando escapar de esos chicos o en mejores palabras, de esos monstruos.

En este punto había sido un milagro que no me estrellara con un árbol o algún animal pero entonces lo inevitable paso, gracias a un árbol me caí al suelo, inmediatamente intente levantarme y correr de nuevo pero había sido demasiado tarde, algo termino clavado en mi espalda y atravesándome el pecho,  al principio no me atreví  a mirar, quería pensar que todo era un mal sueño,  pero el profundo dolor que sentí cuando lo sacaron de mi pecho me decía lo contrario.

Solo pude rodar en el suelo para poder ver a esos monstruos por ultima vez, por un segundo pensé que tal vez no eran ellos, que me había equivocado pero sus caras no tenían un solo rastro de remordimiento o dolor, esto me hiso caer en cuenta que esto era verdad .Lo único que pudo reconfortarme fue la hermosa vista de la luna pintándose de un tono carmesí a través de los arboles, una vista hermosa para disfrutar en mi ultimo aliento de vida.

- Buen trabajo chicos... ya saben que hacer -  dijo el mas alto de las 5 figuras con unos preciosos ojos verdes que se podían comparar con 2 esmeraldas brillantes. Fue el primero en atreverse a hablar después de que el brillo de los ojos de  la pobre Ana se escapara en unos segundos dejando solo a la luna y a sus cómplices como testigos.

- de nuevo vas a dejar que nos encarguemos solos del cuerpo? - exclamo una voz femenina claramente disgustada mientras la silueta del hombre se alejaba de la escena del crimen - ¿que esperabas E? ya sabes como es el señor J - exclamo una voz masculina tratando de calmar a la chica y convencerla de ayudar con el cuerpo que ya estaban llevando hacía una cueva donde harían creer que lobos habían devorado a la pobre chica, ya que se encargarían  de comerse cualquier evidencia podría incriminar a las misteriosas siluetas.

- Supongo que tendremos que esperar otros 50 años...

Luz de Luna Roja: Desvelando el Misterio de la Luna CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora