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Cuando Minho estaba por llegar a la entrada del museo, su mente estaba segura que su cita ya se encontraría allí.

Sus manos sudaban levemente; no estaba nervioso, sino más bien, ansioso. No sabía qué pasaría ese día. ¿Hablarían del tema que quedó en el olvido? ¿Sería una solo cita y ya? ¿Se besarían?

Porque el mayor quería, quería besar a Jisung. Estaba seguro de ello.

Suspiró despejando sus pensamientos observando el museo que estaba justo a la vista de sus ojos, además, de un chico peli negro que tenía su cabeza gacha mientras jugaba con sus pies.

Era tierno, muy lindo para ser real.

El chico estaba usando un hoddy negro con una cartera de color blanca cruzada. En sus piernas usaba un buzo de color gris, dando el contraste bastante tierno al ser ropa suelta, finalizando con unas zapatillas casuales. La vista de Minho volvió al rostro del chico, que ahora estaba mirando a unos lados del lugar, se fijó en el pequeño gorro negro que usaba en su cabeza, además de los auriculares que estaban en su cuello.

Sonrió inconscientemente, Jisung era hermoso, de pies a cabeza. No podía describir lo que sentía es este mismo instante con tan solo verlo.

Miró cortamente su propio hoddy que era de color champagne y sus pantalones que eran unos jeans oscuros. Sonrío tontamente, de alguna manera, se complementaba con Han.

Decido que era momento para que finalmente se acercara al chico que lo traía tan confundido, empezó a caminar hacía él tratando de recordar respirar con normalidad.

Jisung lo vió casi de inmediato, sus manos saliendo de sus bolsillos con una sonrisa — ¡Minho! — saludó una vez estaba a su lado.

— Jisung, hola — respondió con una sonrisa en sus labios, inevitablemente sonreía cuando se trataba del contrario.

Para sorpresa del menor, o más bien, de ambos. Las manos de Minho fueron inevitablemente a las mejillas del contrario, al mismo tiempo que ladeaba su rostro y daba un suave beso al contrario. No pudo detenerse ni pensar antes de actuar, amaba la sensación de besar sus adictivos labios.

Jisung sonrío aún más ante ello, aceptando el beso que no era más que un choque de labios.

No duró más de un minuto, antes que Minho se alejara un tanto avergonzado y con sus propias mejillas rojas.

Que me vuelva a besar pensó Jisung, con una sonrisa dulce.

Antes que Minho pudiese disculparse por simplemente besar a Jisung, este tomó de su mano y lo jaló a la entrada del museo — ¡Vamos! Tenemos que saber por que este museo es tan popular.

El rubio asintió, olvidando sus tontas disculpas y dejándose llevar por el contrario. ¿Qué más importaba? Le encantaba Jisung, podía ser libre estando junto a él.

— 🎯 —

El museo era realmente hermoso, habían cuadros ciertamente famosos y con una historia que podía intrigarlo lo suficiente si fuese un fanático. Minho no lo era, pero apreciaba el arte como corresponde.

El rubio no era fanático de lo cliché, una ex-novia que tuvo hace ya bastante tiempo le dijo que era aburrido y muy esperado. La entendía; rosas, chocolates, cartas de amor, palabras tontas. Tampoco era amante de esas cosas, esos detalles donde —en este caso— él, por ser el hombre, haría un papel meloso como en las películas. No vio el atractivo; no, hasta que conoció a Jisung.

app gay ⌯ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora