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Un pequeño chico de un peculiar color de pelo jugaba con su avión de juguete. Iba corriendo, simulando explosiones y siendo muy ruidoso. El niño al no saber por donde sus piernas lo dirigían, se tropezó con algo. Su cara estaba manchada y roja por el golpe directo que se dio, algunas lágrimas se aproximaban hasta que se dio cuenta de que había otra persona allí.

Por otro lado, un azabache estaba leyendo un cuento en medio de un lugar desolado. Parecía concentrado, hasta que sintió como alguien en frente de el se caía por su pie. Miro y en efecto, la persona se había caído y ensuciado.

"¿Estas bien?"

"Yo... ¡Sí! No fue nada, estoy acostumbrado a estas caídas."

El de ojos verdes lo miro con una ceja levantada, hace unos segundos parecía que estaba por llorar.

"Ajá, me lo creeré."

"¡Oye! Te digo la verdad, aparte, tu fuiste el que me hizo caer"

"Tu solo te caíste, no es mi culpa que seas ciego"

El niño lo miro ofendido, iba a reclamar hasta que vio el pequeño libro que llevaba en las manos el otro.

"¿Eso es un cuento? ¿Ya sabes leer? ¡Qué inteligente! Yo todavía me trabo..."

"... Gracias"

De cierta forma, el chico se sintió halagado. Nadie le había dicho eso en su corto periodo de vida.

"Soy Bokuto Koutaro, un gusto..."

"Akaashi Keiji"

"¡Un gusto Akaashi!"

Los niños se hicieron amigos después de eso, siempre se reunían en el mismo lugar. Bokuto empezó a notar pequeños moretones y que casi siempre llevaba la misma ropa, en su inocencia, le preguntó directamente cuando vio la muñeca morada de su amigo.

"Agaashe... ¿Qué es eso en tu muñeca?"

El mencionado, ocultó su mano atrás de su espalda.

"No es nada."

"Pero lo pude ver, dale, ¡Dime que es!"

"Basta, si sigues insistiendo yo..."

Koutaro lo miro espectante, esperando que siga.

"¡Voy a dejar de ser tu amigo, Bokuto-san!"

En ese preciso momento, el azabache se arrepintió de haber dicho eso. El del pelo gris empezó a sacar pequeñas lágrimas de sus ojos, lo miro con un mohín de tristeza.

"¡No quiero dejar de ser amigo de Agaasheee!"

"¡Calma! Era broma, no quería decir eso"

"Pero.. Pero lo dijiste muy molesto, no quería molestar a Akaashi"

El chico suspiró, acercándose y abrazando al contrario, el cual no dudó de corresponder la acción.

"Es porque.. Tengo miedo de decirlo, no es tu culpa, perdón"

"Entonces... ¿No estás molesto conmigo?"

"No, no lo estoy"

Después de un rato de estar abrazados, volvieron a la normalidad.
Más tarde, el pequeño Bokuto se encontraba con su madre y padre, tiendo la cena y contando su día.

"Mamá, papá, tengo un amigo en el parque que se llama Akaashi"

"Oh, ¿Es el chico de pelo negro que vi la otra vez contigo?"

Asintió, dándole la razón a su mamá con una sonrisa.

"Aunque... Hoy casi deja de ser mi amigo, se molesto mucho conmigo"

Comió una porción de su carne con una cara de tristeza.

"Oh... ¿Por qué?"

"Porque Akaashi tenía morada la muñeca, y casi siempre viene con moretones. Quise hacer que me dijera porque tenía eso, pero insistió que no era nada"

Los mayores se vieron con preocupación.

"Y eh... ¿Qué tal si mañana yo y papá vamos a preguntarle algunas cosas? Para ayudar a tu amigo"

"¿Por qué?"

"Porque tu amigo.. Debe de sentir dolor, mucho dolor y capaz puede estar en peligro"

"En ese caso, ayúdenme a ayudar a Agashe!"

Al día siguiente, los padres de Koutaro fueron a hablar con el amigo de su hijo, a la tarde, la mamá se había quedado con los niños después de recibir una llamada de su esposo.

"¿Por qué no puedo ir a mi casa, mamá de Bokuto?"

"Cariño, ahora el papá de Kou y algunos oficiales... Están hablando con tu madre, así que nos pidieron quedarnos contigo hasta el momento"

"Si, Agashe, no tienes que preocuparte, mi papi te va a ayudar!"

Bokuto se dirigió hacia su amigo y lo abrazó, este le correspondió. Los tres estaban en la casa de la familia, así que el búho guió a el azabache a su habitación para jugar.

Policías se encontraban en la casa de los de pelo grises. Dándole un informe a los mayores sobre la situación, queriendo ver al pequeño. Los chicos bajaron, Akaashi estaba asustado así que Koutaro le agarró su mano para que tuviera menos miedo. Le hicieron algunas preguntas con el otro niño al lado (debido a que los dos se negaban a alejarse del otro), los oficiales hicieron un trato con la familia, más por la salud mental del ahora huérfano. Simplemente hasta que encontraran a algún familiar para hacerse cargo del chico, este se iba a quedar con ellos. Algo que hizo saltar de felicidad a los niños.

Enchanted // BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora