✧ Capitulo 4 !

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Kunikuzushi se levantó después de una pequeña siesta que duro hasta la mañana siguiente, se sentía más tranquilo y relajado.

Vio como Kazuha entraba a su habitación sigilosamente, pero cuando el albino noto que ya se había despertado una calida sonrisa se dibujo en su cara.

-Buenos días kuni.- Se acerco lentamente hasta el mencionado, al estar lo suficientemente cerca, coloco su mano suavemente en la frente de este, tomando su temperatura.

-Veo que ya no tienes fiebre, eso es bueno, ¿Como te sientes?- Se sento en la cama mirando espectante al contrario.

-Me siento bien, gracias por preocuparte.- Un suave rubor aparecio en sus mejillas, mientras aparta la mirada del contrario.

El albino solo ríe, levantándose de la cama.

-El desayuno ya está listo, ven al comedor.- Dice con una voz suave y dulce, alejándose de la cama, y yéndose de la habitación.

Kunikuzushi solo se queda mirando a la nada, desde cuando todo estaba de cabeza?

Desde que empezó a sentir más que una amistad por kazuha.... Se sentía extremadamente bien, quería hacer cosas más seguido con el, estar a solas con el, y tener relaciones...

Rápidamente un sonrojo fuerte atacó las mejillas del índigo, y sacudió un par de veces su cabeza para borrar ese pensamiento.

Se paro de su cama y se dirigió con lentitud hasta el comedor viendo el desayuno en la pequeña mesa y al albino con su celular mientras comía tranquilamente.

El mayor al notar la presencia del índigo le dedico una sonrisa mientras guardaba su celular, el contrario solo se pudo poner nervioso por la sonrisa tan encantadora del otro.

Comieron en un silencio cómodo, solo eran ellos dos solos, y eso les agradaba. La sensación se les hacía familiar, y acogedora, pero no sabían el porque de ese sentimiento tan extraño.

-Kuni, ¿hasta cuando tienes que estar en reposo?- Pregunto el albino rompiendo el silencio que se había formado.

-Dos o tres días.- Respondió el índigo restándole importancia.

-Ya veo... Será difícil sobrevivir sin molestarte durante esos días.- Suspiro algo desanimado, pues en unos minutos más, tenía que irse a su universidad.

-Vamos, puedes sobrevivir molestando a alguien más, como a.. Heizou.- Respondió seco apartando la mirada.

Kazuha creyó entender el comportamiento del menor, estaba celoso, sonrió maliciosamente, molestarlo un poco no afectaría en nada, verdad?

-Si, supongo que tienes razón, estaré junto a Heizou mientras estás en reposo, tú solo descansa aquí, sin que nadie te moleste.- Se encogió de hombros apartando la vista fingiendo ser indiferente.

Kunikuzushi volvió a posar su mirada en el albino, pero este tenía su celular en la mano ignorando al contrario, rápidamente el índigo cambió su expresión a una molesta.

-Si pues, entonces, ya te tienes que ir, se te hará tarde, vete ya.- Se levantó de la silla en la que estaba sentado para ir hacia el albino tomándolo del brazo y dirigirse a la entrada de su departamento.

El índigo tenía en mente sacar al albino en ese mismo momento, pero, no contó que el albino se reiría y lo jalaría hacia el, dándole un abrazo antes de que lo botara del departamento.

-Estoy bromeando, eres muy celoso, sabes?- Se burlo mirando el pequeño puchero que hizo el menor. -Ah... Eres muy adorable, desearía comerte a besos..- Solto sin pensarlo el albino.

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⏰ Última actualización: Mar 17 ⏰

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