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Sana tocó un par de veces más la puerta de su vecina, hasta que esta se abrió abruptamente dando una vista completa de la mujer quien sostenía al felino por la nuca y una mano posada en el trasero del animal

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Sana tocó un par de veces más la puerta de su vecina, hasta que esta se abrió abruptamente dando una vista completa de la mujer quien sostenía al felino por la nuca y una mano posada en el trasero del animal. Su cara no era muy amigable y eso le hizo tragar fuerte a Sana, quién sonrió vagamente y agitó su mano en un saludo.

"Gracias Batman, ahora nos van a colgar a ambos" ── pensó la japonesa.

──¡Hola vecina! Veo que encontró a Batman ─señaló a su mascota. ── ¿Me lo puede dar, por favor? No le gusta cuando lo agarran así. ──dijo preocupada estirando sus manos para que la taiwanesa le entregará al animal, quien no respondió pero le puso al gatito quien al caer en brazos de su dueña comenzó a ronronear. ──eres travieso, muy travieso~ ──le canturreaba al felino mientras le repartía caricias en su cuerpo.

Tzuyu solo bufó con fastidio y se cruzó de brazos.

──Tu animal estuvo vandalizando mis plantas... Otra vez. ──comenzó a dirigirse a la japonesa quien la observó algo apenada y dejó de juguetear con su mascota. ──compré unas flores muy caras y tu animal las ha tumbado. ¿Vas a responder a ello? ──fue directa mientras apuntaba acusativa al felino, a lo que Sana lo apapachó más contra su pecho.

──Entiendo que esas plantas-

──Gardenias. ──interrumpió la más alta.

──Sí... Lo que sea. ──susurró la mayor. ──lo que quiero decir es que no es para tanto, además, Batman es un gato y está en su naturaleza explorar y ser... Curiosos.

Tzuyu frunció el ceño rápidamente y dejó caer sus labios en una curva disgustada. ¿Había escuchado bien?

¿Que no era para tanto? ¡Sus flores de casi veinticinco dólares habían sido masticadas y de por sí tumbadas al suelo! Y su macetero también fue víctima de las garras del gato, quebrándose en el proceso.

──¡Oye, esas plantas no son para nada baratas! Curiosear no es igual a hacer destrozos e irrumpir en mi casa cada que la distraída de su dueña se olvida que tiene un demonio como mascota. ¡Oh! Y un dato... ¡Eso pasa todos los días! ──exclamó la menor alzando sus manos con frustración.

Sana abrió su boca ofendida. Tzuyu no estaba para nada contenta y la japonesa podía entender su coraje, su gatito desde que comenzó la pubertad se fue transformando en un pequeño travieso y escurridizo; la primera vez que Batman salió de casa sin siquiera haber emitido un solo ruido, Sana había entrado en pánico y lloró por casi veinte minutos en lugar de buscar a su mascota, cosa que luego de desahogarse inútilmente comenzó a buscar por toda su casa. Entonces, cuando un llamado a su puerta la había despertado de su burbuja, por su mente pasó la idea de que Batman podría ser el aue estuviera allí afuera. ¿Pero cómo podría un animal pararse en dos patas y tocar con tanta fuerza y odio a su entrada?

Ah sí, Batman había regresado, pero en las manos de su enojada vecina Chou Tzuyu y acusándolo de haberse devorado sus cuatro cactus, además de escalar por su pared de plantas trepadoras y arrancarlas accidentalmente.

cat next door | satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora