Es el primer viernes de septiembre. Después de un verano muy divertido y con muchas anécdotas junto a sus amigos María y Esteban, Javier ha empezado su segundo año de marketing. Ha pasado una semana desde que empezó de nuevo la universidad. Javier ve a todos sus compañeros de clases muy ilusionados por la "vuelta al cole" como le gusta llamarlo a él. Sin embargo él no lo está, aunque quiere estarlo. Le ha costado mucho esfuerzo poder entrar en esta carrera y quiere disfrutarlo, no sabe porque no llega a ilusionarse y se fuerza a sentirse así. Todo esto lo tiene desconcentrado, él piensa que será por la vuelta de las vacaciones, el calor...
–Si, lo más seguro es que sea el calor –Murmura en alto, mientras anda en dirección recta –Odio el calor, no me gusta nada, siempre he preferido el invierno. Bueno tampoco nos pasemos el frío tampoco me gusta. ¿Hay algo que me guste? Javier pero qué te pasa, céntrate –Piensa en voz alta y continua hablando consigo mismo –¿Y si...? No, no y no. Cómo puedes pensar eso después de lo que nos ha costado llegar hasta aquí –Sigue murmurando.
Javier se queda quieto mirando el suelo. Mientras a lo lejos una persona se acerca –A todo esto, ¿hoy es viernes verdad? –vuelve a murmurar. Cuándo de repente ve una sombra que se acerca al suelo y alguien le da un toque en la espalda.
–¡Joder María que susto! –exclama Javier.
–Pero qué haces, no ves que te estoy llamando desde lo lejos.
–Perdona, estaba... estaba distraído.
–15 minutos llevo esperando –murmura María mosqueada –Este calor no es normal y menos normal es tenerme aquí derritiéndome mientras espero. Se supone que tener un chofer propio tiene que tener sus ventajas –comenta mientras se ríe.
–Ja ja –responde Javier con un tono sarcástico. –Eso mismo pienso yo, entre el precio de la gasolina y lo poco que me pagas por llevarte en coche no me alcanza ni para un paquete de pipas.
–Y menos que te voy a pagar. Quiero aplicar el descuento del cien por cien por calor inhumano y tiempo de espera sobrepasado.
–¡Perfecto! ¡Ese descuento incluye ir hasta el pueblo en patineta! –Javier mira a su alrededor y le ofrece con los brazos una amplia cantidad de patinetes eléctricos –Sírvete.
–Pensándolo bien... el descuento está caducado. Vaya que mala suerte –dice María mientras se ríe.
Javier se queda callado mirándola fijamente. María se percata que Javier lleva en las manos las llaves del coche y sin que le dé tiempo a reaccionar se las quita, sale corriendo hacía el coche intentando abrirlo con el mando a distancia, lo consigue y se monta de copiloto.
–¡YA ESTOY DENTRO, NO ME PUEDES ECHAR! – grita María desde lo lejos.
–Nunca podré aburrirme de esta chica –dice Javier con una sonrisa en la cara. –¡Eh! Oye suelta las llaves ¡No lo arranques! –grita mientras corre hacia el coche.
De camino a casa el móvil de María empieza a sonar. María busca su móvil en los bolsillos del pantalón pero no lo encuentra y empieza a rebuscar en su mochila. Javier mira de reojo a María y se pone nerviosa.
–¡Aquí está! No lo había perdido chulo.
–Cualquier día perderás la cabeza –resopla Javier.
–Que sepas que lo tenía bien escondido para no distraerme en clases. Solo que había olvidado dónde lo guarde –dice María mientras que se le escapa una carcajada.
–María...
–Dime.
–El teléfono –responde Javier sin apartar la mirada de la carretera.

ESTÁS LEYENDO
Me obligaste a querer
Novela JuvenilJavier no se esperaba conocer a Alejandro en la verbena de su pueblo. Es la primera vez que siente algo tan fuerte por alguien. ¿Pero para él qué es el amor? Javier aprenderá lo que es querer y sobre todo a quererse. Esta historia está llena de sen...