- ¿Escogí bien? – Dijo para sí misma la aruji, en la soledad de su oficina mientras recordaba ese día en que el gobierno del tiempo le dio aquel regalo por su buen desempeño en el campo de batalla junto a sus amados touken danshi
- Escoge una katana y llévala a tu ciudadela para aumentar tu ejército – dijo un hombre mayor, parte del gobierno del tiempo, mientras llevaba a la saniwa por un largo pasillo que tenía a sus lados katanas acomodadas como si estuvieran exhibidas en un museo
Pero no eran katanas lo que la saniwa veía, sino las figuras casi holográficas de jóvenes hombres junto a cada katana. Después de tres años en su puesto como Saniwa, su poder había crecido hasta ser capaz de ver el alma que reside en cada katana, antes de manifestarse en su forma humana
Aquellos jóvenes la miraban, susurrando entre ellos sobre quién sería el elegido. Ella los miraba, fingiendo que no estaban ahí, dejar al magistrado del gobierno del tiempo enterarse de aquel extraño poder podría terminar siendo perjudicial.
De pronto, la saniwa vio algo que le llamó la atención: al final del pasillo había una wakizashi, y el alma de esta; un joven de pelo rosado, que yacía en el piso, sintiéndose vencido, miserable.
"Hanjin - wakizashi" estaba escrito en un letrero frente a la katana.
Al leer el nombre la saniwa recordó la promesa que le había hecho a uno de sus touken danshi, una Yari, Juumonji.
- ¿Hay alguien especial en que pienses? – preguntó la saniwa
- Para ser sincero, sí. Un joven que también perteneció a Sanada, su nombre es Hanjin – respondió Juumonji
- Algún día, cuando sea posible, lo traeré a casa. Solo dame algo de paciencia" dijo la saniwa en su usual tono dulce y tranquilo.
Bien era sabido que la saniwa se desvivía por hacer que sus Touken Danshi estuvieran reunidos con aquellos importantes para ellos, como cuando ella había arriesgado su propia vida para conseguir a los Gou, para que Matsui no se sintiera solo.
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- Quiero ese – dijo la saniwa al magistrado, refiriéndose a Hanjin.
- Aruji-san, si me lo permite, yo no le recomendaría esa katana. El gobierno del tiempo lo considero para ser un inspector, pero al poco tiempo de darle forma humana, intento arrebatarse la vida. Por ello el gobierno del tiempo decidió regresarlo a su estado original; como una katana. Hay muchas otras katanas que podría usted considerar – dijo el anciano en un intento de disuadir de su decisión a la saniwa. Fue en vano.
Tras unos momentos, pensando, ella dijo:
- Mi decisión sigue siendo la misma, quiero ese.
No había marcha atrás. El magistrado, sacando sus llaves abrió la vitrina y tomó la wakizashi, y la entrego a la saniwa, quien la recibió amablemente entre sus manos.
Una mirada, la primera. Hanjin miró a quien desde ahora sería su aruji.
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La saniwa llego a la ciudadela, siendo calurosamente recibida por sus amados touken danshi. Poniéndose su atuendo ceremonial, procedió a hacer el ritual que le daría vida a su nueva wakizashi, mientras todos sus touken danshi se reunían para ver el acontecimiento.
Tras un destello de luz, el nuevo touken danshi se hizo presente.
- Yo soy Hanjin, una wakizashi de Sanada Saemon-no-suke Nobushige. Junto con Oochidori Juumonji Yari estaremos en el campo de batalla como posesiones de Sanada. – dijo Hanjin, presentándose
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Un momento efímero
FanfictionUna historia en que dos personas entienden el valor inigualable de los momentos efímeros, que aunque cortos se quedan en los corazones como tesoros de gran valor. Después de que un deprimido Hanjin llegara a la ciudadela, la saniwa hará lo que sea q...