Dónde la historia comienza para nuestro pequeño hijo de hades o el chico muerte.
Nico Di Angelo es llevado por un abogado junto con su hermana Bianca a la escuela militar westover hall dónde creerían estar a salvó o al menos eso creyeron pero al ser...
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★ ★ ★ Narrador omnisciente ★ ★ ★
Habían pasado varios meses después de la desaparición de Nico, los únicos que sabían que Nico era hijo de hades eran Percy Jackson, Annabeth y Grover, además de los dioses que veían todo cuando les convenía y para ellos si que les convenía saber sobre aquel hijo de hades que ahora mismo se encontraba en lo más bajo del Inframundo.
Había encontrado a minos o el lo había encontrado a el, ya que Nico tenía la habilidad de poder ver a los fantasmas además de otras habilidades que surgieron con el tiempo, había forjado una espada cerca del río Estigio por lo que su espada era completamente negra hecha totalmente de hierro Estigio.
Aun se encontraba en el río Estigio pero ahora estaba desechando todo aquello que le hacía inútil e infantil. Los cromos de aquel juego que amaba y admiraba, ahora solo eran basura y recuerdos que quería borrar con mucha fuerza.
- Estúpido - susurro mientras tirabauno de sus cromos.
Y aunque no lo sintiera así muy en el fondo, su rencor y dolor eran más grandes y no sabía que más hacer que culpar a todo lo que le rodeaba por los sucesos de su vida.
- Un juego infantil, amo - concordó aquel fantasma que acompañaba al azabache
- Fracasé - suspiró aún tirando con odio aquellos cromos que tan pronto acabaron en cenizas quería recuperarlos en su interior - Ya no hay forma de recuperarla
Se quedó esperando una respuesta de su única compañía o eso creía el pues en una de las orillas del río a sus espaldas un mensaje iris mostraba a cierto ojiverde hijo de Poseidón que escuchaba atento a la conversación.
- ¿O si la hay?, Habla - ordenó algo indeciso, pues sabía que cualquier cosa era posible pero había precios por pagar.
- Nunca se ha hecho, pero tal vez haya un modo
- Dime cómo - Demando más decidido y con una mirada bastante penetrante.
- Un intercambio, un alma por otra alma
- ¡Yo me ofrezco! - salto rápidamente el menor, "todo sea por recuperarla" pensó
- La suya no, no puede ofrecer un alma a su padre que ya es suya, tampoco creo que quiera ver muerto a su hijo; tiene que ser alguien que haya burlado la muerte.
- Me estás hablando de un asesinato - reclamo Nico a la vez que sus ojos ensombrecían.
- Es justicia o venganza
- No son lo mismo
Aquel fantasma soltó una risa irónica y añadió - descubrirás otras cosas cuando seas viejo
- ¿Porque no puedo convocarla?, quiero hablar con ella, se que me ayudaría
Protesto mientras contemplaba aquel río, como si estuvieran esperando a que se terminarán de quemar aquellos objetos que tanto amaba o que aparecieran de vuelta.
