CAPÍTULO 2

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A medida que los días se deslizan con la suavidad de la seda, me hallo cada vez más tentada a desafiar al destino y entablar una conversación con aquel ser enigmático que puebla mis pensamientos.

Su presencia es un misterio envuelto en un aura de fascinación, y sus ojos, oh, sus ojos, destilan una lujuria tan profunda que parece buscar algo específico, algo que solo yo puedo ofrecerle para saciar su deseo.

Confieso que experimento una emoción indescriptible al divisarlo desde la distancia, observando cómo su figura se recorta contra el horizonte, elegante y misteriosa.

Cada gesto suyo, desde el modo en que arregla su cabello hasta la coqueta curvatura de sus labios, despierta en mí una intriga irresistible, un deseo insaciable por descubrir cada secreto oculto en su mirada.

En las profundidades de la noche, cuando el mundo se sumerge en el manto oscuro y la luna derrama su luz plateada sobre la tierra, me veo envuelta en sueños cargados de romanticismo y sensualidad.

Nos imaginamos juntos, compartiendo momentos de pasión desenfrenada en un santuario íntimo donde el tiempo se detiene y solo existimos tú y yo. La luz tenue juega en nuestros cuerpos desnudos, mientras la brisa acaricia nuestra piel con su suave caricia, avivando el fuego que arde entre nosotros.

Sus detalles físicos me fascinan: su figura esbelta y musculosa, su abdomen marcado que invita a ser acariciado con ternura, y esos lentes que ocultan la profundidad de su mirada, revelando solo una pizca de su verdadera esencia.

Pero no me engaño, sé que detrás de esa apariencia inocente se esconde un ser ardiente y apasionado, capaz de despertar mis más profundos deseos con solo una mirada.

En los rincones más íntimos de mi mente, me sumerjo en fantasías atrevidas y provocativas, donde él y yo nos entregamos sin reservas al placer y la lujuria. Sus palabras, sus gestos, todo en él me incita a explorar los límites de mi propia sensualidad, llevándome a lugares donde solo el deseo reina supremo.

Pero, ¿qué es este poder que él ejerce sobre mí? ¿Cómo es posible que sin siquiera tocarme, sea capaz de encender el fuego que arde en mi interior con solo una mirada? Son preguntas que me atormentan en las horas silenciosas de la noche, cuando su presencia se hace más intensa y mi deseo por él se vuelve casi palpable.

Mis ojos lo siguen con devoción cada vez que nuestros caminos se cruzan, mi cuerpo reaccionando con un estremecimiento imperceptible mientras él pasa cerca de mí. En esos fugaces encuentros, mi mente se llena de imágenes y recuerdos de nuestros encuentros imaginarios, y por un breve instante, el mundo a nuestro alrededor se desvanece, dejándonos solos en nuestra burbuja de pasión y deseo.

Aunque por ahora nuestros caminos se separen, sé que el universo conspirará para reunirnos una vez más en un torbellino de pasión y deseo. Mientras tanto, guardaré en lo más profundo de mi ser cada roce, cada gemido ahogado y cada mirada cargada de promesas ardientes, alimentando la certeza de que el próximo capítulo de nuestra historia será aún más sensual y cautivador.

𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora