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Como todas las jovencitas de quince años, Eunjoo también estuvo ansiosa por conocer a un caballero que la cortejara, algún hombre guapo y cautivador como el que relataban los cuentos de princesas que su hermano solía contarle de vez en cuando.

Cuando Jisung partió de su hogar para permitirle una mejor vida sus hermanos menores, supo que los extrañaría mucho, pero salió de esa casa con la certeza de que volvería hecho alguien de quien enorgullecerse, motivado por el deseo de ampliar sus conocimientos y convertirse en un hombre grandioso se despidió de las personas que lo amaban y a quienes siempre guardaría en lo profundo de su corazón.

–¿Y qué piensas hacer?

–No hay pensamientos en mi cabeza que sean demasiado fuertes para hacerme moverme, todavía. –Jisung observó curiosamente al hombre delante suyo, y él le sonrió. –Hay un poema que me gusta mucho. "Que abraces los árboles y bebas el agua dulce junto al amargo mar resplandeciente. –Minho, de pelo castaño claro como la canela, se acercó a Jisung y cuidadosamente inclinó su cabeza hacia su hombro, Jisung quien era soñador e inquieto se paralizó, no supo lo qué debía hacer y el sentimiento que aguardaba en su pecho fue difícil de comprender. –Que te inclines una vez más y siempre sobre mi rostro y que yo abra los ojos para verte."

Jisung, quien poco había experimentado los placeres de un hombre, se sintió como un chiquillo mientras su corazón latía desesperadamente dentro de su pecho, el miedo cubrió su existencia, estuvo aterrorizado de sentirse tan cómodo con la cercanía de Minho, otro hombre.

–Me iré mañana, antes de la luz del amanecer. –Minho también era un ser muy querido para Jisung, lo consideraba su mejor amigo y el más cercano, a quien podía confiarle tantas cosas, como parte de su corazón.. –Minho, cuando esté lejos y Eunjoo me necesite, por favor, si eres mi amigo. Dime que harás lo que sea por ella.

Minho permaneció apoyado sobre el hombro de Jisung, mantuvo sus ojos cerrados antes de suspirar y ver nuevamente a esos ojos que tanto le robaban. –Por ti haría muchas cosas Jisung. Tenlo por seguro.

–Gracias..

–Y estaré aquí para cuando vuelvas. –Jisung no esperó tales palabras, mucho menos que en el momento menos imaginado, Minho se aferró de tal manera a él que podría retenerlo si se lo proponía. –Cada latido que de mi corazón contará los segundos de tu ausencia y cada suspiro que dé enviara mis más sinceros deseos para ti, porque mi alma siempre te pertenecerá Jisung.

Jisung realmente lo sabía, él sabía muy bien lo mucho que Minho le apreciaba, pero era demasiado inseguro como para reconocer sus propios sentimiento, aún si eran correspondidos, no pudo hacerlo y Minho no se lo reclamó.

Minho se abstuvo de pedirle más de lo que Jisung quiso darle, aceptó sin dudas lo mínimo que Jisung pudo ofrecerle y eso fue suficiente para hacerlo feliz. Entonces Jisung sintió culpa al saber tal cosa, pero contuvo sus palabras dentro de su garganta, los guardó únicamente para él mismo e injustamente se aprovechó del amor que Minho le profesaba, por primera vez besó los labios de su mejor amigo, y fue tan maravilloso como el amanecer.

Los brazos temblorosos de Minho rodearon la cintura de Jisung, quién se dejó sostener por las manos del chico y trató de guardar en su memoria el húmedo beso, la forma en que los labios de Minho tocaban los suyos y como eso podía destruir su equilibrio.

El amor era un sentimiento tan profundo y fuerte que tenía incluso la capacidad de arrastrar a una persona, llevarla al lugar más genuino y magnífico jamás antes visto, algo indescriptible con tan solo palabras. Pero cuando era igual de intenso en ambas personas se volvía imposible de parar.

Para Minho era como tener alas que lo elevaban hasta el cielo, donde solo había nubes claras y aves de colores brillantes, rayos de sol cálidos y conciliadores, era sumamente dichoso mientras tenía entre sus brazos a Jisung y sus bocas trataban de conocerse por completo, así se sentía ser correspondido para Minho.

Las manos de Jisung de pronto recorrieron la espalda entera de Minho, quiso recordar lo que podía sentir por encima de la camisa que Minho llevaba puesta, y la forma en que el chico se estremeció ligeramente. –No sé lo que será de mí lejos de aquí.. –Jisung dijo con lamento al separarse de los labios de Minho. Se permitió ver detalladamente el rostro del chico y acariciar esas mejillas sonrojadas.

–Vas a estar bien. –Minho le aseguró con cariño, y luego, un beso lleno de ternura tocó la frente de Jisung.

Jisung quiso morirse entre los brazos de Minho y eso lo haría feliz. Fue superado por el deseo internó de querer más de lo que creía merecer, Jisung no pudo contenerse más y besó los labios de Minho nuevamente, esta vez se entregó por completo al anhelo y amor que Minho sentía hacia él.

Era menos de lo que Minho le hubiera dado, pero el chico no se quejó, nunca lo hacia. Minho besó una vez más a Jisung, ardiente por la necesidad que los consumía a ambos.

–No puedo con esto Minho..

–Entonces dime qué hago, dímelo Jisung. –Minho observó con súplica a los ojos de Jisung, estaba desesperado también, pero no quería retener los sueños de volar de Jisung, no podía cuando lo amaba tanto. –Dime, pide que te siga a donde vas.. llévame contigo, muy abajo, hasta el final de la tierra si quieres, pero pídemelo tú Jisung.




















Única parte.



Tenía ganas de escribir algo, entonces escuché volcano y escribí esto..

....

*Algunos deseos;

Que abraces los árboles y bebas el agua dulce junto al amargo mar resplandeciente.

Que te inclines una vez más y siempre sobre mi rostro y que yo abra los ojos para verte.

- David huerta

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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El chico de EunjooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora