Streaming
El vehículo se detuvo frente al hotel y Louis, luego de despedirse escuetamente de Zayn, prometiendo que sería obediente y no se escaparía a ninguna parte, bajó con una mueca resignada. La emoción y el éxtasis con el que había bajado del escenario luego de tan increíble concierto se desvanecieron poco a poco, siendo reemplazados por la desilusión de una noche que no iba a ser como lo había esperado. Luego de una escueta señal de despedida definitiva, Louis hundió sus manos en los bolsillos de la sudadera que usaba y echó andar al interior del lugar, volteó una última vez y resopló al darse cuenta de que Zayn no se marcharía hasta que no estuviera seguro de que realmente iba a quedarse ahí.
¿Tan poco confiaban en él? Entrecerró los ojos y estuvo tentado a sacarle el dedo, pero prefirió simplemente entrar. Entendía que la confianza en él fuera nula, era rebelde y atrevido, nunca obedecía y probablemente estaban un poco hartos de él, pero tenían que soportarlo. Sin él no había una banda así que... Oh, no olvidemos que también era un poco, quizás demasiado, engreído. ¿Qué podía decir? Estaba en la cima. Era exitoso, y guapo. Muy guapo.
Le guiñó el ojo a la recepcionista y le dedicó una sonrisa coqueta mientras se desplazaba por el vestíbulo del lujoso hotel. Ella acomodó un mechón de su cabello rubio detrás de su oreja y sonrió de lado, tímida y sonrojada. Seguro que en algún momento la invitaría a pasar el rato en su habitación, preguntaría discretamente por su número y también por su día libre. O tal vez no. No era muy fan de follar con chicas, después de todo. Pero hey, era una noche de mierda, cualquier pensamiento estaba permitido.
Tenía que admitirlo, le gustaba más pasar el rato con chicos pero también amaba las tetas. ¿Que si era gay? No. ¿Que si era hetosexual? Tampoco. ¿Bisexual? Joder, prefería simplemente apartarse de las etiquetas y mantenerse en un ‘Me follo a quién quiera’ y ya está. A veces de verdad quería ponerle un nombre a su orientación sexual, quizás dedicar uno o dos temas a ello, tenía un público diverso, lo sabía, era importante el apoyo, pero no estaba muy seguro de la reacción que eso provocaría, así que por la salud mental de Niall y el bien de la banda, seguía manteniéndose en la ambigüedad respecto a eso. Lo que era cierto, era que le importaba una mierda lo que dijeran las personas si un día estaba tomando la mano de un chico y al día siguiente tomaba la de una chica. Quizás lo etiquetarían como un casanova, pero no podría importarle menos.
Estuvo dedicándose miradas cómplices con la recepcionista hasta que el ascensor llegó, se despidió de ella con un beso al aire y luego entró cuando las puertas se abrieron, se rió consigo mismo y presionó el botón del penthouse. Se recargó en las paredes de aluminio y esperó con paciencia hasta que las puertas volvieron a abrirse, resopló una vez más y finalmente entró al interior del lugar.
El penthouse era enorme y estaba completamente vacío, los chicos preferían tener su propia habitación y él prefería una que tuviera jacuzzi, pero en ese momento no le apetecía nada más que simplemente recostarse. Ni siquiera se molestó en encender las luces, recorrió los espacios hasta su habitación y se deshizo de su sudadera. Exhaló con cansancio e hizo su camino a la ducha, donde se desvistió y simplemente se metió debajo del agua. ¿Qué otra opción tenía ya, de todas formas?
Al salir se vistió con un pijama, encendió un cigarrillo y salió a la terraza. Lo fumó con tranquilidad esperando que el aire fresco le hiciera olvidar la situación en la que se encontraba e incluso trató de tomar un poco de alcohol, pero no logró distraerse. Tan solo se frustró más. Volvió al interior de la habitación y analizó sus opciones con ambas manos en su cintura.
Encendió la televisión, intentó ver algún programa, se aburrió con rapidez. Puso algo de música y le irritó con facilidad. Se preparó otro trago, ni siquiera pudo pasar más de la mitad. Tomó su libreta de canciones e intentó escribir algo, pero cada palabra tenía menos sentido que la anterior, así que se rindió pronto. Tocó un poco la guitarra, resopló delante del teclado tocando notas aleatorias e incluso jugó con el ajedrez que siempre llevaba en la maleta, gruñó cuando se hizo jaque mate a sí mismo y desistió después de la tercera partida.
Pasó demasiado tiempo antes de que finalmente se tumbara de espaldas en la cama y resoplara con pesadez. No pasaban ni siquiera las doce de la noche y él ya había agotado todas sus opciones para combatir su aburrimiento, ninguna siendo suficiente para entretenerlo un poco o mantenerlo ocupado, al menos.
Observó el techo encima suyo y chistó. Era jodidamente increíble.
Era una de las estrellas de Rock más populares del momento e iba a pasar su noche del sábado en un jodido penthouse, solo, aburrido y sin nada qué hacer, en lugar de estar en alguna jodida discoteca de la ciudad, bebiendo, bailando y disfrutando de terrible música de ambiente, pero divirtiéndose hasta vomitar o terminar follando en algún lugar que al día siguiente no recordaría. Eso sonaba a un plan de puta madre, pero en cambio, estaba ahí. Agonizando de aburrimiento.
Bufó con irritación y deslizó una mano por su pecho desnudo, pues solo estaba usando una bata desatada por la cintura y un pantalón, ni siquiera se había preocupado por la ropa interior, pellizcó la piel de su estómago e hizo una mueca.
¿Por qué dejaba que Niall le manejara así la vida? Ese es precisamente su trabajo, idiota. Se recordó. Bien, pero al menos Niall tendría una noche interesante con Zayn. Ni siquiera iba a pensar demasiado en eso, era extraño porque desde que conoció a Zayn lo tachó con la terrible condición de heterosexualidad, pero en ese momento resultaba que se follaba a su manager... Frunció el ceño. ¿Cómo podía Zayn soportar a Niall? Era irritante y desesperante, y demandaba cosas, y siempre quería que todos hicieran lo que decía, ordenaba, exigía, y le obligaba a hacer cosas que no quería, como ir a entrevistas, alfombras rojas o reuniones con otros artistas, especialmente cuando tenía resaca a había tenido la noche más intensa en el universo. Una vez más, imbécil, ese es su trabajo. Sí, bien, Niall era bueno en eso, al menos. Le debía una o dos cosas a Niall, o tal vez le debía demasiado. Sí, definitivamente le debía demasiado a él. Lo estimaba, a veces.
Su mano continuó bajando y oh, parpadeó con suavidad y sus labios se separaron suavemente... Oh bueno, ¿cómo no había pensado en eso antes? Su mano acarició por encima de la ropa el bulto en su entrepierna e hizo una mueca, pensativo, decidiendo si debía o no hacer el próximo movimiento.
Realmente no solía masturbarse con frecuencia, otras personas lo hacían por él, pero si no podía follar con alguien en ese momento, podría hacerlo. Sí. Al menos podría dormir cómodamente después de eso. O lo relajaría y distraería lo suficiente como para sobrevivir hasta el amanecer. Era algo entretenido para hacer. Mastubarse por excitación o aburrimiento, era igual de placentero con tal de que acabara en un exquisito orgasmo.
No perdió tiempo, se mordió un labio, comenzó a tirar de sus pantalones y luego alzó las caderas para bajarlo solo lo suficiente dejándolo a la altura de sus muslos y pronto tuvo su miembro a la vista. Se irguió para alcanzar del mueble al lado de la enorme cama un lubricante que siempre llevaba con él (no iba a explicar nada) y echó una almohada detrás suyo, en la cuál se acomodó antes de poner manos a la acción.
Mordió su labio, tomó un pequeño respiro y frotó el lubricante en su mano antes de encerrar con su palma su miembro. Se acarició a sí mismo durante un rato, con ojos cerrados, imaginando tetas y penes, penes y tetas, respiró profundo, removió las caderas, mordió más su labio intentando sentir algo pero... Nada pasaba.
La magia no sucedía. Su pene seguía flácido en su mano mientras él intentaba desesperadamente hacerlo reaccionar.
Se aclaró la garganta, se relajó más y dejó fluir su imaginación. El chico rubio de Londres, la morena de España, la japonesa en Florida... Grandes tetas, hermoso culo, gran pene... Su mano subía y bajaba, su pulgar se concentraba en su glande. Nada.
—¡Joder! —exhaló con irritación—. Maldición. Puta madre, Tommo, concéntrate. —refunfuñó.
Pasó ahí quince minutos. Intentó con frustración excitarse y despertar una erección pero nada sucedió. Sabía que quería hacerlo, pero simplemente la inspiración no llegaba. Lo repetía, siempre estaba acompañado cuando su cuerpo exigía algo como eso, después de tan increíbles compañías, parecía estúpido siquiera intentar sentir algo estando solo. Iba a rendirse, pero entonces... Su portátil brilló en la esquina de la habitación.
Quizás su imaginación no bastaba, quizás podía encontrar algo interesante en esos sitios que visitaba cuando era un virgen adolescente...
ESTÁS LEYENDO
Streaming | Larry Stylinson
FanficDónde Harry es un joven chico que hace transmisiones en una página de adultos y una noche comenta en uno de sus en vivos que desea conocer a su artista favorito. Harry no se esperaba que un usuario nuevo y generoso en la página se ofreciera a pagar...