Mattheo se prometió a sí mismo no utilizar nunca el servicio de entrega. Por eso sus pasos eran rápidos y su mirada aguda. Cuando el voto está sólo en su mente, es tan fácil de romper como una ramita. Tratar de encontrar a la chica Hufflepuff resulta ser una tarea bastante difícil. La nota estaba doblada, casi quemándole en el bolsillo trasero.Ya asustó a un grupo de estudiantes de primer año que intentaban encontrar a la niña, buscó desde las mazmorras hasta las torres y no la encontró por ningún lado. Si tuviera que adivinar, la chica era sólo unos pasos más rápida que él. Entonces, cuando llegó al invernadero donde se imparten clases de herbología, juró que los ángulos estaban sobre él cuando un rayo de luz iluminó a la niña.Por alguna razón, ella estaba sentada en lo alto del gabinete más alto. Aquel en el que hay que escalar para llegar a la cima. Ahora, Matteo ha aprendido a no cuestionar la forma en que Hufflepuff se sienta en los lugares más incómodos y en las posiciones más incómodas. Una vez la vio colgarse boca abajo de la escoba, intencionalmente.Se dirigió hacia ella, la niña parecía dormida y tomando el sol bajo la luz del sol. Tenía el pelo suelto pero aún podía distinguir el lazo amarillo en él. Tocó los gabinetes para llamar la atención de la chica. Ella lo miró sin otra reacción. "Oye", dijo mirando hacia arriba. Ella no le respondió, solo lo saludó con la mano mientras balanceaba las piernas hacia adelante y hacia atrás. Mattheo tuvo que hacerse a un lado, de lo contrario le habrían dado una patada en la cara. "¿Puedes bajar?" Pregunta agarrando su pierna, evitando efectivamente que se balancee. Intentó moverla, pero su agarre era fuerte. "¿Y por qué haría eso?" Ella respondió, mirándolo y se aseguró de proteger sus ojos del sol. "Porque quiero hablar contigo". Él siseó en respuesta al verdadero estilo Slytherin. Ella simplemente lo miró y le indicó que hablara. Él simplemente suspiró y aceptó su destino y el hecho de que ella no bajaría de su trono. Supuso que en el momento en que ella hubiera bajado, otro Hufflepuff salvaje habría ocupado su lugar en segundos. "Necesito usar el poste Badger", dice evitando sus ojos. Mirando a su alrededor, asegurándose de que nadie los escuche. Ella le levantó las cejas. Ninguno de los chicos ha pedido ni una sola vez utilizar sus servicios. Sí, han recibido notas y cartas de amor, pero ni una sola vez han devuelto algo. Realmente jugando con los personajes rompecorazones. Tuvo una expresión de asombro en su rostro por un segundo antes de convertirse en una sonrisa salvaje. "¿Oh? ¿Y quién tiene el honor de recibir una nota de amor tuya?" "Es un placer" "Oh", hace una pausa. "Eso tiene sentido." Ella le extendió los brazos. Por un momento pensó que ella le estaba pidiendo que la ayudara a bajar, pero rápidamente se dio cuenta de que ella quería la nota. Metió la mano en el bolsillo trasero, lo sacó y se lo entregó a la chica. Ella se lo quitó y lo abrió inmediatamente."¡Ey!" Él gritó y trató de quitárselo, sin embargo, ella lo puso fuera de su alcance. Él murmuró algo sobre privacidad, ella simplemente lo saludó de nuevo. "Por favor, eso se aplica a las notas de amor, no a esto. Quiero saber a quién quieres matar. De nuevo." Dijo y terminó de leer. Impresionada, le dio a Mattheo el visto bueno. Él le puso los ojos en blanco."Bien. ¿Lo entregarás? Él le pregunta con urgencia. Algunas personas que pasan le lanzan miradas extrañas, por lo que él les lanza una mirada asesina. Ella simplemente levantó la nota contra el sol."Ya sabes, estaba hablando con mi amigo el otro día". Ella dice ahora mirándolo. Él le dio una mirada extraña, sin entender a dónde quería llegar con esto."Y uno de ellos dijo que mi papá es sexy. ¿Tu papá es sexy, Mattheo?"Él es el señor oscuro"."Ahh, ¿entonces es un no?" Él simplemente sacudió la cabeza, eligiendo no responderle a la chica. Por el bien de ambos."¿Podrías entregarlo por favor?" Él le pregunta de nuevo. Ella le tendió la mano e hizo un movimiento que sólo podía significar una cosa. Mattheo vuelve a buscar en su bolsillo trasero. Sacando 5 galeones y dejándolos caer en su palma. La chica los mira con el pulgar y luego los guarda en el bolsillo de su falda. La nota pronto siguió."Por favor, haga negocios con usted". Dice levantando las piernas y comenzando a tomar el sol nuevamente. Mattheo resopló con incredulidad."Necesito que lo hagas ahora". Dice, moviéndose nerviosamente de un lado a otro. Ella hizo señas y lo miró de nuevo. Bajó los pies y se deslizó hasta el borde del gabinete. Mattheo la estaba mirando. Le tomó unos segundos comprender que ella estaba entrenando para bajar. Mirando a nuestro alrededor tratando de calcular cómo y dónde saltar. Sus ojos se posaron en él."Atrápame." Ella dice. Él simplemente hizo una seña y extendió las manos para atraparla. Él colocó sus manos alrededor de su cintura antes de que ella saltara. La ayudó a bajar lentamente, colocándola suavemente en el suelo. Estaba demasiado cerca. Podía sentir su aliento en su rostro. Estaba tan cerca que podía contar las pestañas de sus ojos. Sus ojos brillaban de una manera que él nunca había visto antes. Sus ojos se dirigen a sus labios por un segundo antes de volver a sus ojos. Uno de sus bazos dejó su cintura, moviéndose hacia su cara y empujando un mechón de cabello detrás de su oreja. Se inclinó un poco."Es extra". Se detuvo en seco. Alejándose para mirarla directamente a la cara."¿Qué?""Entrega urgente, son 2 galeones adicionales". Dice mirándolo con cara muy seria. Él se ríe y le quita unos cuantos grapas. Asintiendo con la cabeza, alcanza su espalda y saca los 2 galeones. Colocándolos en su mano. Ella no mueve un músculo y lo mira con los ojos muy abiertos."Eres imposible, ¿lo sabes princesa?" Le preguntó a ella. Su nariz se arrugó antes de encogerse de hombros hacia él."Recibiré esto esta noche". Ella dice, ahora volviendo a su personalidad feliz. Ella lo saludó con la mano y se fue. Él la observó mientras ella saltaba por el pasillo. Su bata siguió cada movimiento de ella. Estaba tan cerca y tan lejos. Quizás la próxima vez ella no se le escape. Y tal vez no esté tan en contra de utilizar el servicio de entrega.
