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Un demonio peliplata de ojos arcoíris sonreía tontamente abrazándose a uno de los brazos del Rey Demonio, caminando juntos bajo la luz nocturna en un hermoso campo de flores.

-Lo amo tanto Muzan-sama.- Sonrió tontamente Douma besando dulcemente la mejilla del mayor.

-Yo también.- Murmuró Muzan viendo hacia el frente. -Cuándo me vas a demostrar tu amor?- Preguntó el pelinegro deseando por fin tener relaciones sexuales con su pareja.

-P-Pero ya se lo demuestro con mis besos en la mejilla y abrazos.- Tartamudea haciendo un puchero adorable.

-Douma, llevamos dos años en relación y hace un año te convertí en demonio, así que no puedes decirme que tienes miedo de que te duela.- El ojirojo volteó a ver seriamente al menor.

-P-Pero tengo miedo. S-Soy virgen e inexperto y-y no se complacerte. T-Tengo miedo de hacer algo mal y q-que no te guste.- El menor suspiró con tristeza y apoyó dulcemente el mentón en el hombro del ojirojo. -M-Me puedes esperar un año más al menos? Q-Quisiera comprar algún libro con información sobre el sexo para saber que hacer, como cuidarnos y como mimarte.-

-Tsk.- Se quejó Muzan frunciendo el ceño y soltó bruscamente el brazo del peliplata. -Mañana te daré ese puto libro. Lo vamos a hacer la próxima semana.-

El más alto chilló asustado por tener relaciones sexuales la siguiente semana y correteó atrás del de yukata negra con detalles plateados, abrazándose nervioso a sus hombros. -T-Tiene que ser tan pronto Muzan-sama? A-Apenas tengo 19 años, n-no esperaba perder la virginidad tan pronto.-

-Eres molesto. Ya te dije que lo vamos a hacer. Te esperé dos años, estoy cansado de esperarte. Estoy siendo amable contigo, si no vas a hacerlo por tu cuenta te someteré a la fuerza.- Muzan empujó bruscamente al demonio sin rango y siguió caminando hasta entrar en el bosque.

Douma sollozó aterrado sintiendo su cuerpo temblar al saber que de una forma u otra acabaría perdiendo su virginidad sin estar completamente listo. Su cuerpo, ahora demoníaco, podría aguantar a Muzan, pero su mente aún no estaba lista.

Por un lado quiso escapar, pero sabía que de una forma u otra Muzan lo encontraría y sería para peor. Suspiró frustrado y avanzó por el bosque buscando al hombre del que está enamorado.

Y allí estaba con el un demonio de 72 años y seis ojos, Kokushibo.

Para Douma era normal ver como ese par estaba siempre juntos, pero como su Muzan le afirmaba que solo era su colega el le creía ciegamente.

...

Los días pasaron y finalmente llegó la semana nueva y el trato se cumplió.

El cuerpo de Douma temblaba desnudo en la tina sintiendo su entrada aún sensible mientras se regeneraba y con sus uñas largas se rascaba los brazos en un ataque de ansiedad.

-E-Estoy sucio... E-Estoy sucio... E-Estoy sucio.- Sollozaba y se hundió por completo en la tina cerrando los ojos dispuesto a morir.





Yoriichi gruñó molesto. Había intentado asesinar a Muzan cuando lo vió salir de una cabaña pero logró escaparse por un pelo.

-Ese maldito, si no fuera porque mi katana aún está rota.- Gruñó molesto, pero algo en su corazón le decía que volviera, y eso hizo.

-Ay no!- Entró corriendo al baño al sentir la presencia de una persona al borde de la muerte y observó fijamente en la tina a un demonio completamente desnudo y hundido en el agua. Fácilmente cargó al menor, notando lo débil que estaba, le hizo rcp viendo como escupía el agua en sus pulmones tosiendo y abrió sus hermosos ojos arcoíris con las pupilas negras y afiladas cuál demonio.

El peliplata observó débilmente al cazador de cabello blanco, alguna que otra arruga en los ojos y la frente y aretes de hanafuda. -P-Por qué me salvaste? S-Soy un demonio y estoy sucio, m-merezco morir.- Susurró antes de desmayarse en brazos del mayor al estar aún agotado.

El de cabello blanco sonrió con ternura cubriendo al ojiarcoíris con su haori bordó, alzándolo en brazos cual princesa. -Es verdad que eres un demonio, pero no pareces merecer morir. Te voy a evaluar.-

Ahora eres mío [YoriiDou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora