Just A Villain Heart

XVI

En cuanto la puerta de aquella habitación se cerró, comenzaron las especulaciones sobre qué es lo que estaba pasando, así como cuál sería la decisión que ambos hermanos tomarian. Dentro de aquellas paredes, sin embargo, ambos héroes solo podían entrar en pánico.

—¡Nos van a matar, nos van a matar!

—Cálmate.

—¿¡Como quieres que me calme!? Es mas ¿¡Por qué estas tu tan calmado!?

—¡No estoy calmado! – Ese grito por fin paro el pánico de Bright. —Pero dejar que nuestras emociones nos dominen ahora no nos hará ningún bien.

—Si, bien, tienes razón... ¿Pero entonces que haremos?

—... No lo se. – Hubo silencio antes de que el más bajo le diera un golpe.

—Eres un tonto ¿Lo sabias?

—De todas las personas en el mundo eres el menos indicado para decir eso. – Y solo con eso el ambiente se relajó lo suficiente.

—Entonces ¿Ahora que haremos?

—Para empezar, debemos salir de aquí.

—De acuerdo... ¿Como haremos eso? Tenemos ahí afuera a cuatro villanos, un traidor y un mini villanito. Dudo que nos dejen salir fácilmente.

—Tengo ya un plan para eso, solo debemos ser pacientes.

—... Bien, tú eres el jefe. – Y sin más se quedaron dentro de la habitación por el resto del día.

En cuanto cayo la noche, Gears puso en marcha su plan. Sabia que no los dejarían salir sin mas y que probablemente vigilarían el lugar por turnos, así que solo tuvo que esperar. Ya en las ultimas horas de la noche fue el turno de Gerald de vigilar y fue ahí donde vio su escape.

Usando una de las muchas armas secretas de la fundación empezó con su plan. Hacia algún tiempo habían creado un arma sónica capaz de confundir y a veces dejar inconsciente a sus objetivos, simplemente usando una frecuencia infrasónica. Sintiéndose no demasiado culpable, accedió al servidor de la fundación, desvió la dirección a la de su oficina y reprodujo aquella arma por los altavoces del sistema de sonido que Clef había instalado.

—Cubre tus oídos. – Fue la única advertencia de Charles.

Unos minutos después Rodney comenzó a sentirse mareado y desorientado.

"—Tal vez debería ir a buscar a Benjamín."

Fue su único pensamiento antes de sentir como lo agitaban ligeramente.

—¡Rodney! – Llamo su prometido, viéndose preocupado. Al lado suyo estaba el dueño del departamento.

—¿Uh? ¿Qué?

—¿Estas bien?

—Supongo... ¿Qué haces despierto?

—¿Cómo que que hago despierto? Ya es de mañana. – Fue entonces cuando noto que ya había salido el sol.

—¿Qué? Pero si apenas había empezado mi ronda. – Sin decir una palabra más, Alto corrió a la habitación que los hermanastros estaban ocupando el día anterior, solo para encontrarla vacía.

—Ah, esos malditos...

—¿Cómo carajos hicieron eso? – Pregunto más para si Kondraki.

—Ni idea, pero si usan ese truco constantemente, será problemático.

Mientras los villanos discutían el cómo habían logrado escapar, en el departamento del héroe malherido ya se encontraba el mismo junto con su ayudante escapista. En ese momento se encontraban atendiendo las heridas del más bajo.

––Al parecer tu factor curativo ya está de nuevo funcionando.

––Al fin.

––En un par de días deberías de poder moverte con total libertad. – Gears comenzó a guardar el botiquín. ––¿Qué harás entonces? – El ambiente se puso tenso.

Era difícil saber qué resultado tendría las decisiones que tomaran en ese momento, pues si decidían caminos diferentes entonces las cosas podían terminar muy mal para todos.

Fue una discusión difícil y muy larga, pero necesaria. Después de varias horas llegaron a una conclusión y por fin Charles se retiro de ese departamento. Sabía que, si se dirigía a su propio hogar, encontraría a su pareja, así que decidió ir directo al trabajo, donde encontró a su otro compañero de trabajo, el cual se veía molesto.

––Eso fue injusto. – Fue lo primero que reclamo el más bajo, entrando a su oficina y cerrando con llave.

––Pero necesario.

––¿Exactamente qué hiciste?

––Es confidencial.

––Eso es muy malvado de tu parte. – Reclamó, aunque no se veía muy molesto ya. –Pero ¿Eso sígnica que nos entregaras? – Hubo silencio.

––No.

––¿¡No!? – Grito muy emocionado.

––Sinceramente, tampoco es motivo de festejo.

––Oh... ¿Por qué? – En aquella oficina, Charles Gears le contó una terrible verdad no solo a un compañero, si no también a uno de los pocos amigos que tenía.

––... Deberías retirarte ya, esta información es importante. – Rodney solo asintió y volvió al departamento de Clef. No tardo nada en repetir la información que Gears le había entregado.

––Entonces... Nos estas diciendo que aquellos investigadores que nos torturaron en nuestra mas tierna infancia por su propia sed de poder y control... ¿¡Son los malditos padres de esos dos!? – Gerald solo puso asentir.

En el sofá del departamento se había quedado Iceberg, teniendo una pequeña crisis existencial al saber en que clase de familia se había metido, a su lado, de pie y viendo a la nada, estaba Alto contemplando si mandar al mundo a la mierda o no. Bueno, al menos eso explicaba sus reacciones al ver los videos.

––¿Y eso en que afecta? – Pregunto Draven. –Que sean sus hijos no significa que sean iguales ¿O sí?

––Bueno, ese no es el problema...

––¿Entonces cuál es? – Siguió cuestionando con esa rebeldía adolescente que tenía. –Aparte, si quisieran entregarlos ya lo hubieran hecho. – Aquellas palabras parecieron despertar de su trance a Clef.

––Entonces ¿mi cuñado está trabajando, verdad?

––¿Uh? Si, pero ¿eso que tiene que...? – Al instante entendió, pero ya era tarde.

Sin siquiera pensarlo, Clef se dirigió al departamento de Jack en un segundo, apareciendo en medio de la sala del lugar. Dio un rápido vistazo al lugar antes de acercarse al sofá más grande y sentarse junto al mueble, en el suelo, pues no quería molestar a su hermoso novio que se encontraba durmiendo en ese lugar. Fueron varias horas en las que se dedico a verlo, sin moverse ni un centímetro hasta que por fin comenzó a despertar, fueron algunos segundos los que le tomo a Bright el despertar y darse cuenta de quien estaba frente a él.

––¿¡Que carajos haces...!? – La respuesta de Clef fue callarlo con un muy apasionado beso.

––No te muevas tanto, lindura, o abrirás de nuevo tus heridas. – El villano se levantó y dirigió a la cocina para prepararle su cena a su amado, dejándolo muy confundido sobre que estaba pasando.

Mas aun cuando descubrió la nueva pieza de joyería que tenía ahora en su mano.