capitulo 12

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Ana: Buenas tardes señor...
Fernando: Mi amor... que pasa?
Ana: Quiero hablar contigo
Fernando: sobre qué?
Ana: Sobre nosotros
Fernando: Dime lo que quieras hermosa

Salió de la biblioteca y entró de nuevo con un ramo de flores en la mano

Fernando: las traje para ti...
Ana: Gracias

Se acercó a la silla donde estaba sentada y se arrodilló frente a mí

Fernando: Perdóname... perdóname por favor.
No sé cómo ganarme tu confianza de nuevo, no sé cómo lograr que tu corazoncito se vuelva a abrir hacia mí pero aún así haré todo lo que se pueda para poder estar contigo amor. Yo te amo como no tienes una maldita idea, mi corazón es tuyo, mi vida es tuya, mi alma es tuya... todo, todo es tuyo, yo soy tuyo y así será para siempre porque te amo, te amo y eso nunca va a cambiar

Quiero estar el resto de mis días contigo, poder amanecer abrazándote y darte un beso de buenos días, quiero hacerte mamá y casarme contigo, quiero que hagamos una familia...

Ana: Fernando, yo quiero todo eso y más, quiero pasar el resto de mi vida contigo, pero si tú no pones de tu parte no podremos dar más .
Yo te amo, no lo vez, no lo entiendes, eres el amor de mi vida, no quiero terminar pero me dejas constantemente, te alejas cuando quieres, vuelves cuando quieres, no te todos, no de los demás... pero me dejas, así que te pregunto, si no vez un futuro para nosotros, si no estás en esto, te pido que por favor le pongas fin porque yo no puedo... ya no me hagas sufrir
Fernando: Amor... si tú me das una oportunidad más te juro que no voy a fallarte nunca más... solo dame una oportunidad y te voy a demostrar que soy el mejor hombre que puedes tener, te lo prometo preciosa, esta vez no te vas a arrepentir
Ana: Me lo prometes? No quiero que me vuelvas a engañar Fernando
Fernando: No amor... te lo prometo que no
Ana: Ven y dame un beso

Se acerco rápido y beso mis labios sin pensarlo ni un segundo, sus labios se sentían tan bien, extrañaba tanto esos labios hermosos, tan suaves pero tan duros a la vez, extrañaba sentir su lengua entrar a mi boca, sentir su lengua rozar con la mía, sentir como mordía mis labios,  extrañaba sentir sus manos grandes en mi pequeña cintura.


ana: mi amor, no tienes ni idea de lo mucho que te extrañe

Fernando: yo te extrañaba muchísimo mas hermosa


me levanto de la silla y yo enrede mis piernas en su cinturas, con una mano tiro las cosas que estaban en el escritorio para poder sentarme en el

me sentó y se puso entre mis piernas para tener mas acceso a mi cuerpo. sus manos pasaron de mi cintura a mi espalda por debajo de la ropa, de ahi fueron hacia el broche de mi sostén para desabrocharlo, saqué los brazos de los tirantes y sus manos fueron directo a mis senos

2 horas más tarde

-no sabes lo mucho que te extrañe, cariño
- yo muchísimo más Fernando
-ya todo está solucionado entre nosotros?
-no
-por qué no?
-quiero que le pongas un alto a isabella, quiero que hables con ella. yo no pienso estar soportando estas faltas de respeto de tu parte, no tengo por qué aguantarlas
-lo sé cielo, tú sabes que isabella no me interesa para nada. pero igual te prometo que hablaré con ella, ¿si?
- está bien, gracias
-no me tienes que agradecer amor

pasaron toda la tarde juntos, haciendo comida, viendo películas y platicando.
habían perdido mucho tiempo en ese mes que estuvieron peleados

-amor
-mande?
-como habíamos estado separados este mes no pude decirte que la semana que viene tengo que salir del país
-por? a dónde vas?
-tengo que ir a washington para firmar unos contratos
-y por qué no me habías dicho nada? yo sé que estábamos peleados pero igual me lo pudiste haber dicho
-lo sé cielo, pero pensé que no te importaría
-claro que me importa
-cielo por favor no te enojes
-no me enojo, solo pienso que me lo debiste de haber dicho antes
- lo sien tío- tono desanimado-
-ya no pasa nada

Labios rojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora