Capítulo 11

98 6 7
                                    

Capítulo 11
DURANTE tres días, Mati le mandó mensajes para invitarla a cenar, pero ella lo rechazó. Una cosa era ver sus pies en Internet, pero otra muy distinta era verlos en la primera página del periódico de Chantaine. Se negaba a poner en peligro le reputación de Mati y, además, le sorprendía que ella no estuviese más molesta.

Después de cabalgar con Black, volvió a llevarlo a su cajón con su nueva amiga Cupcake, una cabra sin cuernos.

Oyó unos ruidos y cuando miró detrás de ella vio a Mati con Stephenia en brazos. El corazón le dio un vuelco.

—Hemos venido a buscarte —comentó —. Te hemos echado de menos.

Ella notó una opresión en el pecho al captar la emoción de su mirada. Ella también los había echado de menos.

—He pensado que, después del artículo del periódico, debería dejarme ver menos.

—El periódico de Chantaine no es famoso por su rectitud periodística —replicó ella con ironía.

—Lo sé, pero no quiero ser el motivo de que se elucubre sobre ti. —Siempre habrá elucubraciones sobre mí, aunque no haya fundamento. No puedo permitir que eso me aparte de lo que es importante para mí.

Ella no había querido ser tan importante para Mati y tampoco había querido que ella y su familia fuesen tan importantes para ella.

—Po favoo... —le pidió Stephenia señalándole el sombrero. —Has dicho las palabras mágicas —le dijo Evelyn con una sonrisa mientras le daba el sombrero.

—Hablando de magia, parece que tu idea ha dado resultados — comentó Mati mirando el cajón de Black—. Había oído decir que las cabras tranquilizaban a los caballos de carreras, pero nunca pensé que diera resultado con Black.

—Estaba solo. Son animales gregarios, y si no tienen compañía, se ponen nerviosos.

—Bueno, ya que has terminado la jornada, a Stephenia y a mí nos gustaría que nos acompañaras a cenar.

Además, no vamos a aceptar un «no» por respuesta.

¿Verdad, Stephie?

La niña levantó los brazos para que Evelyn la tomara. Evelyn , conmovida, la tomó en brazos y miró a Mati de soslayo.

—Es una jugada rastrera. —Todo vale en...

Ella lo interrumpió aterrada de oír el resto de la frase:

«En el amor y en la guerra».

—De acuerdo. ¿Qué hay de cena?

—Es una sorpresa.

Ella le abrió la puerta y la limusina se acercó. Después de un corto trayecto, el coche se paró delante de la puerta lateral del palacio y Mati subió a sus aposentos con Stephenia en brazos y Evelyn a su lado.

—Todavía no me fío de que suba las escaleras. El mármol es peligroso —le explicó.

Ella sintió un arrebato de cariño por lo protector que era con su hija. —No le vendría mal cuando está acabando con tu paciencia. Le ventaja de dejarle andar o subir escaleras es que...

—Se cansa —la rubia terminó la frase mientras entraban en sus aposentos—. Sí, estoy aprendiéndolo. Así no tiene tanta fuerza para gritar. Evelyn se dio cuenta de que la mesa para la cena ya estaba preparada y de que había otros cambios.

—¿Barreras para niños? ¿Has quitado las piezas valiosas? Tienes la casa a prueba de niños...

—Me han dicho que es algo provisional —contestó con una resignación burlona—. Con un poco de suerte, dentro de dos o tres años volverá a ser como siempre.

❤️‍🔥 Pasión en Palacio Mati y Evelyn 🫅🏻🐎❤️‍🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora