III

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El cielo había pasado de una eterna tranquilidad a una gran e inquietante guerra en contra de los simples mortales en la tierra, enormes nubes cubrían por completo lo que alguna vez fue un hermoso océano azul flotante. Algunas gotas comenzaban a caer y golpear suavemente los techos de las casas que rodeaban un lindo y viejo vecindario.

El joven padre muy apenas logrando alcanzar a preparar el desayuno de su pequeño y amado hijo, eso sin contar que se duchó y arregló lo más rápido posible porque para su muy mala suerte se había quedado completamente dormido.

Maldijo por quinta vez en voz baja para después despedirse de su tesoro y su querido cuñado, quien recientemente había llegado para cuidar a jimin. Tomó su termo de café y suspiró, viendo la ahora pequeña llovizna y formando una mueca con sus labios en el momento exacto que tomó un sorbo y notó lo amargo del café.

Había olvidado ponerle azúcar, pero eso era el menor de sus problemas.

Suspiró nuevamente, casi derrotado y salió despavorido en busca de un taxi para poder llegar lo más pronto y rápido posible al trabajo, no podía llegar tarde... O bueno, más tarde. ¡Era su primer día y ya había roto la primera regla que le había impuesto su amargado jefe!

Felix suspira aliviado en el momento que sus pies pisan la entrada del gigantesco edificio en donde trabajaba, al entrar saluda educadamente a yeji, la amable Secretaría que lo había atendido justamente ayer. Nuevamente aliviado subió al ascensor, su jefe aún no había llegado y en menos de un minuto se encontraba en el piso correspondiente. Entró a la Oficina y inmediatamente comenzó a arreglar el no tan desordenado lugar; para cuando finalmente terminó se sentó en su silla para esperar al alfa.

Su jefe había llegado luego de unos diez minutos, Felix se levantó con pesar para saludar al ogro que tenía por jefe, el alfa

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Su jefe había llegado luego de unos diez minutos, Felix se levantó con pesar para saludar al ogro que tenía por jefe, el alfa. Este simplemente se quitó su saco y se lo aventó a su cara, importandole muy poco el ser amable con su nuevo asistente.

Paciencia, Felix. Paciencia.

── Tráeme un café, y que sea rápido. No estoy de humor, Lee. ── ordenó el alfa, dejando a un Felix completamente enojado, maldiciendo por lo bajo y asintiendo a regañadientes.

Suspiró y lanzó el saco de su jefe por algún lugar de la Oficina, importandole muy poco la mirada con reproche del alfa. Bajó en busca de yeji para preguntar por el tío de café que bebía el alfa, pero al no encontrarla dio otro fuerte suspiros se dirigió a la cafetería, pidiendo así un café americano con azúcar extra pues para el, su jefe realmente necesitaba algo dulce que le quitara el exceso de amargura que se

cargaba en el cuerpo.

Una vez listo el café, subió nuevamente hasta la Oficina del alfa, tocó la puerta pero nadie respondió; así que entró, pensando que su jefe no se encontraba en la Oficina.

──No te permití entrar. ── Dijo el alfa tras él.

──Toqué la puerta, y no respondió; así que eso ya no es mi problema, su café está aquí.

Stupid Boss╶ HyunLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora