𝗛𝘅𝗛 | " Nunca habías sentido el más mínimo interés por alguien vivo hasta que lo conociste a él. Nunca habías podido ver a la muerte como algo serio hasta que lo sentiste desde su perspectiva...y de repente, te sentiste mal por tu morbo. Eras tú...
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Flashback.
─¿Cómo dijiste que te llamabas? - Le preguntaste al cadáver del niño frente a tí, que estaba recostado en el suelo.
─ Pairo...qué pasó...? ¿Yo...me morí? - Él cuestionó con una suave y dulce voz - Alguien nos atacó...
─ Sí, te moriste. Te matamos a vos y a tu gente.
No te equivoques con esto. No eras algún asesino despiadado que iba matando gente por ahí y ya se había acostumbrado a los cadáveres, solamente le habías dado la mano a la Brigada fantasma, eras un simple aliado.
Pero claro, algo tenías que tener para ser aliado de esas personas y no sentirte perturbado.
─ ¿Cómo es que...estoy hablando contigo?
La Brigada le había arrancado los ojos a los Kuruta de sangre pura, eran al menos unos 128 en aquel lugar. Claro que tú habías ayudado en eso. Los hombres adultos eran los que más heridas tenían, puesto a que eran los que más resistencia habían puesto.
Hasta donde sabías, los ojos escarlata causados por sentimientos como ira y dolor eran ricos en el mercado, altamente valorados en el bajo mundo. Era por eso que Chrollo había decidido tomarlo.
Los niños, como con el que hablabas, habían sido asesinados antes y de formas brutales frente a sus padres, con la intención de que los ojos de los mismos fueran de la tonalidad escarlata más vívida posible.
─ Es un poder, se llama nigromancia. - Respondiste sin rodeos. Tampoco es como que le ibas a ocultar al que ya estaba muerto algo, no era como que podía divulgarlo.
Esperabas recibir una buena recompensa de la Brigada al menos, no querías admitirlo, pero te convenía.
Trabajar con la muerte era complicado, más considerando que era literalmente de lo que tu negocio iba.
Como futuro dueño de un velatorio, te encargabas de organizar todo respeto al descanso del difunto, o del cuerpo para ser más precisos. Tenías un terreno enorme que por herencia familiar sería tuyo eventualmente, o sea que estabas implicado en esto hace años.
Eras pequeño cuando abriste tu primer cuerpo, todavía lo recuerdas con claridad. Eso, entre otras tareas que serían grotescas para alguien más. No era de extrañar tu familiaridad con esto.
Quizás esto no era justificación para tu morbo, pero daba igual.
La cosa era que si tras tener un negocio relacionado a la muerte era difícil, había algo que se tenía que procurar en todo momento; el respeto. Es fácil arruinar cualquier relación con el cliente si el respeto al difunto se ve afectado, y es increíblemente sencillo que esto suceda.
Hay un montón de locos intentando saquear las tumbas para poder hacer un uso inmoral del cadáver, y era ahí donde estaban las faltas de respeto que ya mencionamos.
