Iba a morir.
Lo supe cuando estuve delante de él y lo miré a los ojos, una pregunta silenciosa que se escapaba de mi rostro llegó a su comprensión y entonces de su boca salió la respuesta a mi pregunta no pronunciada, una respuesta que si bien en el fondo (muy en el fondo) me la esperaba, no pensé que la llegaría a decir.
Pensé que tal vez, (en mi estado de completa ingenuidad) él entendería mi situación, o al menos intentaría entenderla, sobre todo después de todo lo que habíamos afrontado juntos; pero él tomó una decisión y en ella iba la respuesta de si mi vida continuaba o no. Lamentablemente para mi la consecuencia de su respuesta fue mi pronta muerte; claro que él no lo sabía, no tenía ni idea de mi situación y desde hasta qué punto él afectaba en ella puesto que si sé lo hubiera dicho pues hombre, todo habría empeorado a mi parecer.
Pero era así y no podía dar vuelta atrás al tiempo e intentar cambiarlo pues por más que me doliera el resultado siempre iba a ser el mismo; así pues mientras él decía aquellas palabras yo no solo sentía mi corazón quebrándose en miles de millones de trozos que se incrustaban en mi como los cristales cuando se rompían, sino que también sentía mi cuerpo adormecerse, todos mis músculos empezaron a cansarse de repente y no podía mantenerme en pie por lo que me caí al suelo; todos mis sentidos se embotan, podía escuchar voces a lo lejos pero no podía distinguirlas al igual que mi vista empezó a tornarse borrosa y cada vez más pesada, solo había una cosa de la que estaba completamente segura, el reloj que marcaba el tiempo de mi vida iba inusualmente rápido.
Dicen que a la hora de morir toda tu vida pasa ante tus ojos, tal vez fuera por mi condición o simplemente el karma pero yo no podía recordar nada de mi vida, y mientras iba perdiendo la conciencia para siempre, pude distinguirlo a él, su mirada de desesperación al no saber qué ocurría y ver como nadie hacía nada pues mis familiares y amigos más cercanos allí presentes ya sabían lo que iba a ocurrir; al final solo pude ver sus hermosos ojos ámbar y susurrarle un uĺtimo “te amo” antes de cerrar completamente los ojos y despedirme de todo aquello que conocía y a los que conocía.
Al final solo era una más como otros tantos escritores de antaño, iba a morir por amor, amando a alguien que no me amaba y dándole todos mis pensamientos y sentimientos hasta mi último suspiro, dedicándole todas mis historias y siendo él el ángel precioso al que nunca podría alcanzar, supongo que después de todo sigue siendo la forma más bonita de morir.
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Hanaki
RomanceEvelyn no pensó que el que el amor de su infancia la rechazara cambiaría su vida pero lo hizo. Ahora solo tiene 10 meses para conquistarlo de nuevo o entonces... Acompaña a Evelyn en esta corta novela para averiguar si se queda con el amor de su vid...