Capítulo 3: Mejoras y Recaidas'

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Yami

Yugi necesita más pastillas para la garganta, así que me cambié para acompañarlo, en el camino me di cuenta de que se ahogaba de vez en cuando, y apenas conseguimos los medicamentos nos regresamos a la casa, Yugi leyó los medicamentos y se sirvió algo de comer mientras yo miraba los otros medicamentos, no quiero que al final vayamos al hospital por una sobredosis, la parte buena es que ya casi termina el tratamiento con dos medicamentos, así que me alivia un poco eso, miraba a Yugi y al parecer ya se está mejorando, cosa que me alegra un montón, ya vamos a completar la primera semana en casa, no sé si es algo bueno o malo, porque Yugi se ha mejorado bien, pero muy despacio.

Después de que él comiera, miré unas cosas del trabajo para ayudar a Kaiba, todo el tiempo diciendo que quería mi puesto y ese tipo de cosas, y ahora que literalmente lo tiene mientras cuido a mi omega, se queja de que es muy complicado, y muchas otras cosas, no estás para un puesto tan alto como el mío Kaiba, apréndelo de una vez... y unos sonidos me detuvieron, ay no, subí corriendo y Yugi estaba vomitando, no entiendo... después de que él pasara por ese malestar otra vez, le serví agua y me quedé con él todo el rato...

Yami: Aibou, ¿qué fue lo que te cayó mal?, ¿qué comiste?- esperé a que tomara agua.

Yugi: Solo la pasta que encontré en la olla negra- ah no, ese fue mi error- ¿por qué?

Yami: Esa pasta tenía queso amor, debí haberte dicho que el tuyo estaba en la otra olla- le acaricié la cabeza y besé su frente- perdón, fue mi culpa.

Yugi: No es nada, solo tengo que volver a cuidarme con los alimentos- suspiré triste y me hundí en el pecho de mi omega- que adorable eres Yami- sus caricias me hacen sentir un poco mejor, pero de todas formas... tengo la culpa de lo que acaba de pasar... y justo cuando ya estaba mejorando.

Yugi se volvió a dormir y yo lo miraba, mi aibou se ve hermoso cuando duerme, acaricié sus mejillas un rato... pobre de mi omega, no terminas de recuperarte de una cosa y ya te volviste a enfermar, ¿qué hago?, me siento infeliz de saber que no te sientes bien y lo único que puedo hacer es tratar de ayudarte, porque realmente no puedo hacer nada, de la nada Yugi se movió, le presté atención, se acurrucaba más y sus manos se dirigieron a su estómago, va a vomitar otra vez, me levanté, encendí la luz del cuarto y del baño, y apenas él se levantó, corrió al baño y otra vez en la misma situación, acaricié su espalda y cuando sentía como tensaba el cuerpo, me daba pesar, sé que no le gusta la sensación, pero prefiero esto a que quede internado en el hospital.

Yami: ¿Mejor?- cuando dejó de tensarse, asintió, se lavó los dientes y se recostó en mi hombro- ¿quieres ir a la cama?- negó con la cabeza y se recostó en el inodoro- amor, ¿no vas a dormir aquí como hacen algunas personas, o si?

Yugi: Me siento demasiado mal para ponerme de pie, además no creo que sea la última vez.

Yami: ¿Cómo sabes eso?

Yugi: Porque me duele el estómago otra vez y me siento mareado- cuando vi que sus lágrimas se asomaron, intenté secarlas, pero no dejaban de salir, acomodó la cabeza y otra vez...

Al día siguiente...

Yugi

Desperté y sentía el estómago vacío y me dolía, pero de una forma diferente, menos mal, me levanté con cuidado del piso y caminé a la cocina, lo primero que vi fue una manzana, la corté en pedazos pequeños, me serví un vaso de agua y empecé a comer, muy despacio, aunque de hecho, lo disfrutaba mucho, comer tranquilo, teniendo cuidado, me siento de cinco años otra vez, mi mamá se reía de verme comer manzana así.

Yami: Vaya, me alegra que comas algo más sano- le sonreí y se sentó al frente mío a comer- ¿te sientes mejor?- asentí y seguí comiendo, nos quedamos tranquilos y cuando terminamos de comer, salimos a caminar un ratito, nos sentamos en un parque y al respirar aire fresco me sentí mucho mejor.

Me recosté en su hombro y cerré los ojos un momento, cuando empezó a hacer frío nos devolvimos a casa, volví a comer fruta, pero ya podía comer pedazos más grandes, así que me alegré mucho, en un momento miré a Yami y se quejaba con su primo Seto, me hacía caras de aburrimiento y yo me reía, y después nos fuimos a dormir... que bien, no siento nada de nada, creo que podré dormir tranquilo esta noche, y también Yami, mi alfa me ha cuidado todos estos días, que también se merece un descanso.

Hasta el próximo capítulo....


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