III.

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POV TN

Como siempre, me encontraba cuidando a winter, observando cómo se divertía junto a sus amigas, pero, al pasar el tiempo tuvo que retirarse, era hora de ir a descansar, al menos eso era lo que ella había dicho, aunque no sé muy bien que signifique, nosotros siempre estamos despiertos, muchas de las cosas que hacen los humanos, para nosotros es completamente desconocido, pero interesante a la vez.

Observaba como ella se despedía de sus amigas y salía de aquel lugar ruidoso, no sé cómo a los humanos les gusta estar en lugares así, son muy raros.

Me gustaba observarla, se veía muy tranquila, hasta que se acercó aquel humano llamado Jeno, muchas veces los vi cuando se encontraban muy cerca, pero, ella siempre lucía feliz, sin embargo, los últimos encuentros con él ya eran diferentes, ella lucía triste y cansada, en esta ocasión era uno de esos casos, lo alejaba, pero él se oponía, hasta que la llevó a la fuerza a un lugar oscuro.

No me gustan los lugares oscuros, ya que esos son los lugares favoritos de los demonios para atraer a los humanos y hacerlos caer en alguna tentación y corromper su alma para siempre.

Winter comenzó a forcejear con él, pero le era imposible quitárselo de encima, era obvio que ese hombre era mucho más fuerte que ella, no me gustaba para nada lo que estaba observando, no quería que le hiciera daño, no lo permitiría, sin importarme que no me encontraba sola, sin pensar en las consecuencias, extendí mis alas, pero una voz detrás de mí me detuvo antes de que logrará saltar.

X: lo que sea que estés pensando hacer, espero que te detengas.

Esa voz me hizo quedar quieta como piedra, gire para encontrarme con Raguel, el arcángel encargado de la justicia, de la imparcialidad y la armonía, se encontraba justo detrás de mí, solo observándome.

Raguel: sabes que no se nos está permitido interferir en los asuntos de los humanos, así que no lo hagas, habrá consecuencias graves si intentas interferir- era un hombre de cabello rubio, alto, esbelto, su vestimenta era algo de admirar, solo los arcángeles vestían sotanas blancas con detalles dorados, era lo que los distinguía de los ángeles como yo, y solo ellos eran los únicos que podían ver a nuestro padre, Raguel sostenía una lanza en su mano derecha y su rostro solo reflejaba tranquilidad, en realidad todos los arcángeles tenían la misma expresión. -

Tn: no puedo permitir que la lastimen, se supone que soy su ángel, se supone que tengo que cuidar que nada le pase, esa es mi misión ¿Por qué me quieren atar las alas cuando ella más me necesita? Mi deber es protegerla- creo que he cometido el peor error, nunca le había hablado de esa forma a un superior, y su rostro que no reflejaba expresión alguna, solo me miraba directo a los ojos, sabía que había sido imprudente, algo que en un ángel no estaba bien- perdóname, no quise hablar de esa forma, por favor, perdóname.

Raguel: ¿Estás segura de que la quieres ayudar? ¿Sin importar las consecuencias?

Tn: estoy muy segura, asumiré la responsabilidad de mis acciones.

Raguel: entonces no te detendré, solo quiero que recuerdes lo que acabas de decir, - sin más desapareció. -

Volví a la escena donde aún se encontraba winter peleando con ese sujeto, tratando de alejarlo, y escuché su voz en mi cabeza, la escuché claramente, "por favor, que alguien me ayude, no quiero que él me viole, no quiero que lo haga, por favor, Dios, que alguien me ayude... Por favor".

Sin dudarlo, sin temer al castigo que podría recibir por bajar a la tierra sin el permiso de Dios, extendí mis alas y bajé a brindarle ayuda a winter, la luz que desprendía mi cuerpo causó que tanto ella como su atacante cerrarán sus ojos, con una sola mano tomé el hombro de ese humano y lo lancé lejos del cuerpo de ella, logrando que cayera al suelo y quedará inconsciente por el golpe, traté de acercarme a winter, pero no pude, sentí como tomaban mis alas con fuerza y fui arrastrada nuevamente al cielo, al llegar, pude observar una figura delante de mí, solo que no pude distinguir quién era en ese momento por el brillo que desprendía todo su cuerpo.

X: sabes que lo que hiciste estuvo mal ¿Cierto?

Reconocía esa voz, era el arcángel Uriel, el encargado de las tierras y los templos de Dios, pero no estaba sólo, también estaban Gabriel, Raguel y Sariel.

Uriel: responde tn, ¿Sabes que eso fue incorrecto?

Gabriel: te lo dije tn hay líneas que no debías cruzar.

Sariel: yo, soy el único encargado de los espíritus de los humanos que pecan, ese hombre era mi trabajo, no el tuyo.

Raguel: sin embargo, ella aceptó hacerse responsable por sus actos, así que tendrá que aceptar el castigo que se le imponga.

Tn: lo lamento, sé que estuvo mal y tienen razón yo aceptaré el castigo - incliné la cabeza, ellos eran mis superiores y los había desobedecido. -

X: Entonces que así sea, ella se hará responsable de la acción que acaba de hacer.

Un quinto arcángel hacia acto de presencia era Miguel, el jefe del ejército celestial, era un poco más alto que los demás y no solo vestía con su túnica, también portaba una armadura, lo que lo hacía ver un poco más imponente, al escucharlo supe que nada bueno iba a ocurrirme, pero no me arrepentía de haber ayudado a winter, me encontraba tranquila porque ella estaba a salvo, así que solo me agaché y esperé a escuchar cuál sería la última palabra de mis superiores.

Gabriel: lo que has hecho es algo imprudente, se te dijo que no podías interferir en la vida de los humanos.

Raguel: todas las decisiones y acciones que ellos eligen ayudan a crear su futuro, algo para lo que ya están predestinados y nosotros no podemos cambiar nada de eso, podríamos causar un gran caos en la historia de los humanos.

Sariel: sin embargo, tú lo has hecho, así que será Miguel quien decida cuál será tu castigo.

Miguel: Tn mírame - levanté la cara poco a poco- ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te arriesgaste para salvar a esa humana? ¿Tan importante se ha vuelto para ti?

Tn: lo es, es importante para mí, si tuviera que darle mis alas para salvarla, entonces lo haría sin dudarlo- en ese momento la expresión del arcángel Miguel cambió, era la primera vez que había visto que algo así sucediera. -

Miguel: bien, entonces que así sea, a partir de ahora se te serán retiradas tus alas, - se escuchó un fuerte ruido y de un solo golpe de su espada corto mis alas, - dejarás este reino y vivirás en la tierra como una simple mortal, pasarás miedo, hambre, frío, dolor, tristeza, soledad... sentirás todas las emociones humanas que nunca has tenido que experimentar mientras fuiste un ángel.

Una luz cegadora golpeó mi rostro y segundos después sentí mi cuerpo golpear fuertemente en algo, dios, eso realmente me había dolido, jamás había sentido algo así, mi espalda dolía, no sabía dónde me encontraba, tampoco sabía cuánto tiempo llevaba así, hasta que escuché su voz.

Winter: ¿Quién eres tú? ¿Co... ¿Cómo entraste?

Tn: winter, ayúdame por favor, - cómo pude logré hablar, de verdad sentía mucho dolor en todo mi cuerpo y mi cabeza. -

Winter: ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Nos conocemos? ¿Por qué me conoces? ¿Cuál es tu nombre?

Tn: me llamo Tn yo... Yo soy tu ángel de la guardia- apenas terminé de hablar, todo a mi alrededor se tornó completamente oscuro, ya no pude seguir escuchando la voz de mi humana. -

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𝑀𝐼 𝐴𝑁𝐺𝐸𝐿 𝐷𝐸 𝐿𝐴 𝐺𝑈𝐴𝑅𝐷𝐼𝐴 -𝑊𝐼𝑁𝑇𝐸𝑅 𝑌 𝑇𝑈- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora