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Al cabo de unas horas, algunos de los empleados del hotel tocaron la puerta pidiendo permiso para entrar, trayendo consigo todos los artículos de lujo solicitados por el rapero. Tom se levantó nuevamente volviendo a tener cuidado en no despertar al modelo, agradeció los empleados con una sonrisa y cerró la puerta tras ellos.

Mientras el trenzado terminaba de acomodar las bolsas en el tocador, Bill empezó a despertar lentamente, sintiéndose ligeramente desorientado al encontrarse con la cama vacía.

— ¿Dónde estoy? — preguntó en voz baja frotándose los ojos, buscando alejar el sueño de su sistema. Lo último que recordaba era haber cedido nuevamente a los encantos del rapero, dejándose arrastrar al cuarto otra vez por él — ¿Será que me lo soñé?

Tom se dió la vuelta, se acercó a la cama con una sonrisa juguetona y le respondió.

— No, estás aquí conmigo. — luego le extendió una taza de café que había pedido especialmente para él, anticipando que se despertaría poco después de que sus encargos llegaran.

Bill se incorporó en la cama, sosteniendo la taza entre sus manos y mumurando un agradecimiento. Mientras bebía el café, sus ojos se posaron en las bolsas de Dior, Urban Decay y Vivienne Westwood esparcidas por el tocador.

— ¿Qué es todo esto? — preguntó confundido, volteando a ver a Tom con una ceja alzada. — ¿Fuiste tú? — preguntó, se sentía ligeramente incómodo con el trato del artista y más aún sabiendo que probablemente era porque se había encaprichado de él.

« Lo que faltaba.. »

Pensó mordisqueandose ligeramente el labio inferior, aunque no podía negar que internamente se sentía feliz de ser "escogido" por el chico que había admirado toda su adolescencia, en el fondo sabía que probablemente no era más que un capricho algo pasajero para Tom.

« Por algo se dice que se metió con medio victoria secret cuando termino su relación anterior Bill »

— ¿No te gustó? — preguntó Tom, arrugando el ceño algo confundido, creía haber atinado a los gustos de su acompañante gracias a que David baso sus busquedas en las últimas campañas que había realizado. — Si es así puedo pedir que las cambien, no hay problema

Bill se apresuró en tranquilizar a Tom, sintiéndose de cierta forma, halagado por su atención a pesar de sus propias dudas.

— No no no, no es eso. Solo no estoy acostumbrado a este tipo de regalos si no es por parte de algunas marcas — explicó un tanto nervioso. — No soy popular entre las personas del medio, si sabes a lo que me refiero

El trenzado lo miraba como si le estuviera diciendo que los aliens venían a conquistar la tierra, totalmente incrédulo.

— ¿Estás hablando en serio? ¿Realmente nadie del medio se ha interesado ni siquiera un poquito en ti? — preguntó abriendo los ojos de sobremanera, sintiéndose hasta molesto por enterarse de ese dato.

¿Acaso eran ciegos que no veían al chico tan bello que tenían frente a sus ojos? Por el momento solo podía hablar de la belleza física del pelinegro, pero por lo poco que había convivido con él la noche anterior veía que era una persona de lo más dulce.

B-Bueno, hubo una persona... Anis, ¿Lo conoces? — preguntó Bill jugando con sus dedos, evitando mirar al otro a los ojos.

Tom fruncio aún más el ceño ante la mención del otro artista, siendo notoria la molestia en su rostro.

— Si, lo conozco — respondió cortante. — No es mi persona favorita dentro de la industria

No era secreto para nadie que él y Bushido nunca habían tenido una buena relación, ni antes ni cuando entro a la industria de la música de forma formal, se podía que Tom decir que lo detestaba y mucho.

— Tampoco la mía — respondió el pelinegro de vuelta. Recordando la incómoda propuesta que le había hecho el otro rapero hace un año atrás cuando recién había cumplido su mayoría de edad. — Uh, Tom ¿Puedo hacerte un pregunta?

El trenzado asintió con la cabeza, retirando la taza vacía de sus manos para dejarla en el plato que estaba sobre una de las mesas de noche.

— Claro, pregunta lo que quieras cariño

Bill se sonrojó ligeramente al escuchar al otro llamarlo "cariño" sintiendo como las mariposas volvían a revolotear dentro de su vientre.

« Deja de comportarte así conmigo.. »

— Sabes cuantos años tengo, ¿Verdad? — contestó luego de unos segundos, originalmente iba a preguntar el porque de su desagrado a Bushido pero creía que aún no había la suficiente confianza entre ellos para preguntar algo así.

Tom sonrió de lado ante la pregunta de Bill, disfrutando de la dinámica que se había formado entre ellos.

— Sí, Bill, sé que tienes 19 años. — respondió Tom con una expresión cómplice, notando el leve rubor en las mejillas del jóven modelo. — Y yo tengo 20, no soy tan grande para ti ¿Sabes? —

« Eso ya lo se, tonto. Pero te metes con personas que podrían doblarte la edad »

Bill tuvo que morderse la cara interna de su mejilla para no soltar algún dato que lo dejase expuesto como el autoproclamado "fan n°1 de T.K" se supone que Tom creía que él no lo conocía de nada, que solo sabía lo básico sobre él cuando en realidad venía siguiendo su carrera desde su debut en los escenarios.

— Lo sé, solo quería asegurarme de que supieras que aún soy considerado como un adolescente y que eso podría dar de que hablar— respondió finalmente Bill, levantándose de la cama para poder arreglarse. Ya había descansado lo suficiente, era momento de que pusiera su día en marcha.

Con la gracia que le caracterizaba camino hasta el tocador donde descansaban las bolsas de diseñador y maquillaje de alta gama, sintiendo mirada de Tom recorrer su cuerpo desnudo haciéndole sentir ligeramente cohibido. Al abrir las bolsas se percato de que incluso había un juego de joyería, las cerro de golpe, sintiéndose abrumado por tan costoso regalo.

« Santa mierda »

— Dior y Vivienne Westwood... — susurró para si mismo, podía ser casi un supermodelo -casi porque él no se consideraba uno- pero ni siquiera en su propio guardaropa tenía tantas cosas de casas de moda de alta costura. — Dios, Tom, es demasiado —

« Bien Bill, parece que le has ganado al cast de Victoria Secret »

Tom se acerco a donde estaba él para abrazarlo por la espalda y aprovecharse de su ligera diferencia de altura para depositar un beso en su nuca, justo encima del tatuaje oriental que el modelo escondía tras su larga cabellera.

— Nada es demasiado para alguien como tú — respondió. — Eres como un muñequito de porcelana, uno que merece ser cuidado y consentido con lo que desee, ¿Me dejarías consentirte Bill?

Sintiendo la cálida respiración de Tom en su nuca, otro escalofrío le recorrió el cuerpo. La proposición resonó en su mente como una melodía tentadora. Una mezcla de emociones confusas lo envolvían pero la atracción que sentía por él y la curiosidad lo llevaron a aceptar con una tímida sonrisa.

— Supongo que podría dejar que me consientas un poco. — respondió, disfrutando de la cercanía de su cuerpo y con el de Tom.

El trenzado sonrió complacido por la respuesta y deposito un suave beso en su mejilla antes de soltarlo.

— Vistete, bonito, daremos una vuelta por la ciudad
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Nos vemos

ONE NIGHT (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora