04|platillo fallido |+18|

723 60 3
                                    

(Perdón por las faltas de ortografía, nunca había escrito algo así)

La clase de cocinero que eres siempre dependerá de que tan bueno eres cocinando y a quien le cocinas, si es a personas pobres por lo general eres un cocinero común pero si cocinas para grandes personas con mucho dinero seguramente eres un cocinero gurmet de la alta cocina. por lo general aquellos que lo son siempre escogerán con cuidado cada ingrediente que entra en su boca, por más mínimo que sea debe estar todo perfecto. En estos casos recurren a su increíble cerebro que siempre está lleno de información, a estas increíbles mentes jamás se les debe interrumpir en su pensar, arruinaría su humor y probablemente su comida. Esto le ocurrió en un hermoso día al cocinero de los sombrero de paja, Sanji tenía todo controlado, desde la temperatura hasta los ingredientes, todo estaba tan bien calculado que fue arruinado por una mente inquieta y un ser libre que no recibe órdenes.

—¡Maldición! ¡Arruinaste mi plato!— El molesto hombre apagó el fuego y sacó el sartén, su obra casi perfecta humeaba con un agradable olor que atrajo inmediatamente el apetito del hombre. —¡Tu! ¡maldito idiota!— Humeante de enojo cual fuego ardiente se aproximó contra su objetivo, el pobre muchacho arrepentido se inclinó varias veces.

—¡Lo lamento!— Pero ninguna disculpa borraría el fracaso de plato que ocasionó, la furia del cocinero ya estaba desatada, —¡Puedo hacer cualquier cosa! Pero por favor no te enojes.— El espectáculo que se estaba formando seso tan rápido como se formó, había logrado convencerlo, ahora solo faltaba cumplir.

—¿Cualquier cosa?— Repitió las palabras lugo de un rato, indeciso miró hacia todos lados inseguro, —No. eres un invitado. No podría obligarte aún si quisiera, eres el hermano de mi capitán— agarró un cigarrillo de su bolsillo y lo also dispuesto a encenderlo, el enojo causó el estrés y por conveniencia su apetito por nicotina, sostuvo con una mano su cigarrillo y con la otra el encendedor, a casi metro del fuego el moreno extendió su dedo y prendió en fuego la punta del cigarro. — Gracias. — inhaló y luego soltó todo el humo, esto calmó el estrés que había crecido en su interior y sin darse cuenta se relajó, pasó horas cocinando ese nuevo platillo y gracias al hermano de su capitán perdió horas de trabajo. Necesitaba una compensación.

—Estás estresado...— la culpa carcomió el corazón del muchacho, encender su cigarrillo no bastaba como una disculpa, algo más grande y de gran impacto necesitaba hacer, cualquier cosa, y cual estrella fugaz una idea llegó, sin importar lo incómodo que fuese tomó de los hombros al cocinero. —Tengo una idea, solo espero que también te guste porque ya me quedé con ella—

—¿Qu..? — Sus palabras no lograron terminarse porque en cuanto abrió la boca unas grandes manos comenzaron a masajear sus hombros, jadeo de sorpresa al sentir el toque, No era agresivo, ni mal intencionado, era reconfortante y bastante agradable, se atrevía decir que relajaba su cuerpo como cuando dormía. Elevó su cabeza y la echó hacia atrás por reflejo. Había olvidado cuánto lo relajaban los masajes simples.

Una leve sonrisa apareció en la cara de ace, una simple disculpa no borraría el desperdicio de comida que causó, el lema de sanji sin duda alguna era uno de sus lemas favoritos. "Nunca derrochar ni desperdiciar alimentos..." una simple frase que le encantaba, sobre todo porque estaba grabada en su mente desde que entró a la cocina y lo escucho tarareando una canción, esta simple frase causó un gran interés en el que jamás nunca había sentido, no era solo esas palabras, todo de él lo volvía loco. Su aroma lo llamaba, su cuerpo pedía por el y sobre todo sus labios. Desde que lo vio fue en lo primero que se fijó, blanco, delgado, rubio, cocinero y por sobre todo, el más leal.

Todo de sanji lo llamaba, lo atraía como un imán y no estaba dispuesto a dejarlo ir. El ya había puesto sus ojos sobre ese cocinero y si era necesario lo secuestraría si con eso podían estar juntos. —Sabes, creo que con esto si puedo perdonarte.— esto excavó en la mente de ace hasta sacar su pequeño monólogo interno y volverlo a la realidad, — No creas que con simples masajes se me va a pasar el enojo, pero con esto es suficiente. — ahora, nuevamente sintió que se le encendió el foco, este día había estado utilizando mucho sus neuronas, en fin, había resuelto nuevamente una incógnita, necesitaba un premio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mon amour   {acesan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora