Capitulo 3

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—Alastor querido, deberías de levantarte, me preocupa verte en ese estado, ya llevas tres días así

Decía Rosie mientras abría las cortinas de la habitación de Alastor, quien se metía bajo la sabana para evitar ver la claridad del sol

—Qué sentido tiene la vida, si cuando finalmente logré sentir amor me lo arrebatan

Su amiga lo escuchaba refunfuñar mientras se auto lamentaba, Rosie estaba con sus manos en sus caderas mientras pensaba en qué hacer con ese pobre hombre que se negaba a creer era su amigo

—Vamos querido, no puedes estar así por siempre, necesitas salir de la cama

—¿Con que propósito? —Asomo su cabeza mirando a Rosie algo cabizbajo —¿Volver a la misma rutina? Me está comenzando a hartar Rosie, Lucifer es... Era, algo nuevo en lo vida, y curiosamente me hacía sentir feliz el poco tiempo que llegué a interactuar con el

Rosie bajo la cabeza algo triste por Alastor, lo conocía desde siempre y nunca lo había visto así por nada ni nadie, dejo salir un suspiro y se sentó en una esquina de la cama

—No puedo decirte que lo entiendo Alastor, Sabes lo que pasó con lo exesposo, pero, debes aceptar cuando algo no es para ti —Alastor salió de la cama y se sentó a la par de Rosie, dejando caer su cabeza sobre el hombro de ella hombro mientras la escuchaba — puedes seguir a su lado, pero como un amigo Alastor, no puedes forzar a nadie a sentir lo mismo que tú sientes cariño

—¿Amigos? —Soltó con una sonrisa melancólica, pensando en que estaba sufriendo por un amor unilateral —Tienes razón Rosie

Dicho eso se levantó de la cama y se comenzó a desvestir, lo cual sorprendió a Rosie

—¿Ahora que se supone que estás haciendo querido?

—No lo he visto en tres días, quiero verlo —Hablo con su amplia sonrisa que hace tres días había desaparecido de su rostro, pero volvió nuevamente

Rosie sonrió al ver como se acomodaba su saco, Pero algo llegó a su mente, y miro decepcionada a Alastor —Alastor, debes tomar un baño antes de irte —Le dijo en regaño

—Desde luego...

Incluso a él se le había olvidado el pequeño detalle de que gracias a su pequeña depresión no se había bañado ni comido en las últimas 72 horas

—¡Papá!

El grito de Charlie asustó a Lucifer tanto que se cayó de la silla en la cual estaba, en su defensa estaba inmerso en sus pensamientos cuando su hija le grito cerca del oído

—Char Char, te he dicho que no grites —Dijo mientras sostenía su pecho y se volvía a sentar

—Pero papá, te llamé varias veces y no respondías

Lucifer llevo una de sus manos a su cabeza mientras sus dedos quedaban dentro de los mechones de cabello, su mente estaba perdida pensando en Alastor ya que intentaba saber si tenía sentimientos románticos hacia el

Sabía que Alastor tenía alguien especial en su vida así que no quería darle mucha importancia sus conversaciones o las ocasiones en que sus cuerpos y manos se llegaron a rozar, solo quería saber si después de tanto tiempo logro volver a enamorarse, ya que, si ese era el caso, intentaría que tomar distancia y tratarlo como lo que es "Un cliente"

—¿Pensabas en el hombre de chocolate papa?

Lucifer miro sonrojado a su hija por el comentario que hizo —Charlie, no puedes llamar así a las personas

Fragancia a RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora