II

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Las dos amigas se encontraban en el comedor del colegio, cada una sosteniendo su bandeja de almuerzo. Desde la perspectiva de Hyein, el plan era sencillo: simplemente debían sentarse con Danielle y sus amigas, tener una conversación casual y luego presentar a Haerin. Sin embargo, la mayor veía varias fallas en el plan. ¿Cuál sería la razón para unirse a la mesa de Danielle? Necesitaban una excusa, una mentira que justificara su presencia. ¿Y si no las querían en la mesa? Podría ser un momento íntimo entre amigas. La falla más evidente, que ambas notaron, era que Danielle no estaba acompañada por sus amigas.

A pesar de todo eso, Hyein no se detuvo.

—Hola—saludó al sentarse al lado de la chica más baja.

—Hola—respondió la chica sin inmutarse y sin dejar de comer—. Minji no está interesada en mujeres —dijo rápidamente, cerrando los ojos cuando recibió una patada bajo la mesa.

—Oh, no vengo por ella. Vengo porque a mi querida amiga le gusta Danielle—anunció Hyein con confianza, señalando hacia Haerin, quien estaba completamente sonrojada y tratando de esconderse bajo su cabello.

—Hola...—saludó Haerin tímidamente, tensa y con ganas de enterrarse bajo tierra en ese mismo instante. 

Las dos chicas se miraron entre sí, y la más baja tomó el cuello de la camisa de Minji para acercarla, ambas tapando sus rostros con las manos mientras murmuraban entre susurros. La más baja era la que expresaba sus pensamientos en voz baja, mientras Minji asentía y negaba en respuesta. Haerin observó la escena con ansias. Hyein esperaba, con una sonrisa y con su boca un poco abierta, la aprobación de las mayores. Habia tratado acercarse para escuchar, pero las mayores estaban hablando un ingles tan fluido que se rindió al darse cuenta. De todas formas tenía la esperanza de que, con el respaldo de las amigas de Danielle, su misión no pudiera fallar.

Finalmente, Minji se apartó y miró a Haerin durante unos segundos. Haerin se encogió ligeramente, sintiendo que estaba siendo sometida a juicio para determinar si era aceptable para su amiga.

Desde la perspectiva de Haerin, sentía que no era la persona adecuada para ser algo más que amiga de Danielle. La veía como alguien que tenía mucho de todo: extrovertida, feliz, hermosa, peculiar (¿ya mencionó hermosa?). En los ojos de Haerin, Danielle parecía un ser como un hada de la felicidad, la típica estudiante que siempre sonríe, es amiga de todos y siempre está dispuesta a ayudar. Era algo así como Hyein, pero más, mucho más.

Minji la miró de abajo hacia arriba, negó con la cabeza y luego de que la más baja le susurrara algo, asintió y ambas volvieron a sentarse.

—Las vamos a ayudar—dijo Minji—pero si le hacen algo malo, Hanni y yo la vamos a matar—no apartaba la mirada de Haerin.

—No te preocupes—dijo Hyein—es una chica fantástica, no le haría daño ni a mosca. 

—Si Danielle te hace daño, no nos haremos cargo—dijo Hanni, asustando a las menores. 

—No te preocupes—dijo Haerin—prometo no llorar por ella. 

—Entonces ¿Cuál es el plan?—preguntó Minji.

—Este era el plan—dijo Hyein. 

Las mayores asintieron. No esperaban mucho de ellas, total, tenían tan solo 16 años. Nadie piensa bien en esa edad. Tampoco a los 17 años, por lo que ellas tampoco se pusieron a hacer un plan. Para todas el plan era no tener un plan, que dejara que fluyera todo y que se ayudaran entre sí a improvisar ¿Qué podía salir mal? Son solo adolescentes amando. 

Hanni le hizo una serie de preguntas, quería saber todo y más ¿Cómo la conoció? ¡Ah! Toman el mismo autobús ¿Cuál fue su primera impresión? Ah, sí, ese día era su cumpleaños. Si la conocía hace mucho ¿Por qué no le hablaste? Entendible, Danielle es muy extravagante para la gente tímida ¿Qué es lo que más te gusta de ella? ¿Estás segura de que es su rareza? A veces es mucho hasta para ella. 

Luego le contó un poco de ella. De que venía de Australia, que se había ausentado porque se quedó dormida, le pasaba seguido. También le contó que es muy distraída con sus cosas, pero muy atenta con la gente. Que le iba mal en el colegio, pero solo porque no le pone atención. Que su mochila de conejo se lo ganó en un juego de la calle y que sus moñitos se lo ha hecho tan seguido que los puede hacer mientras camina. 

Minji miró con atención a Haerin, que asistía y preguntaba más por su amiga. Ni siquiera había tocado su comida. Era completamente diferente a lo que pensaba, esperaba una chica callada que tan solo se dedicaría a escuchar, pero parecía que no era muy buena escuchando al interrumpir a Hanni con preguntas. 

Aunque, bueno, luego de ver a una chica por 5 meses ¿Quién no está llena de preguntas? Tenía tantas que pensaba que no iba a poder tener la oportunidad de saber todas las respuestas en los 4 meses. 

Cuando sonó la campana, cada una fue a su salón y cuando Haerin se sentó en su puesto, agarró su mochila para abrazarla y ocultar su cabeza. Cuando Hyein le iba a preguntar que le pasaba, chilló de la emoción. 

¡Iba a hablar con Danielle!

Iba a ser amiga de la chica que le gusta y, si es que todo iba bien, podría que fueran algo más que amiga ¡Era el día más feliz de su vida! Apartó la cara de la mochila y miró la ventana. Siempre le gustó el mes de agosto y ahora pensaba que podría ser porque estaba destinada en hablarle a Danielle en agosto. 

No tenía sentido, pero Haerin siempre fue de creer cosas que no tenían sentido. 

Soltó un largo suspiro. 

¿En qué creerá Danielle? 

Se imaginó sentada al lado de ella, hablando sobre los reptilianos. Ella estaría mirándola, escuchándola con mucha atención sobre que tal vez dios era un alien o que algún famoso hizo un pacto con el diablo. Quería saber que es lo más imposible que creía Danielle y por cuanto tiempo podía hablar de eso. Quería escuchar lo que pasaba por su cabeza. 

Puso su mano sobre su corazón. Se imaginaba a su órgano bailando de la felicidad mientras caminaba en círculo y diciendo sin parar el nombre de Danielle. Hasta podía escucharlo y sentirlo. Sonrió y cerró los ojos para disfrutar la sensación. Era la primera vez que se sentía feliz por ser una persona que sentía mucho. 

—Ya quiero que sea mañana—susurró. 

—Yo igual—dijo Hyein, emocionada por ver a su amiga tan enamorada. 


Heart Shaker [Daerin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora