En el momento en el que salí del subte ya era completamente de día, mire el cielo respirando hondo antes de comenzar a caminar tranquilamente las calles que ya me sabía de memoria y que me llevaban a la cafetería mientras disfrutaba de la sensación del sol calentando mi rostro, antes de entrar me pare en la ventana mirando hacia el interior y vi que la luz de la cocina estaba encendida, eso solo podía significar que Dulce ya se encontraba cocinando, Dulce era la primera persona en llegar a la cafetería y era la encargada de preparar todos los alimentos que íbamos a vender a lo largo del día, así que rápidamente agarre la llave de mi bolso y abrí la puerta.
"Buenos días, Dulce. ¿Qué estás horneando? ¿Tom ya está aquí?" Dije mientras me acercaba a la cocina.
Unos instantes después Dulce salir de la cocina y me sonrío cálidamente. Ella era una mujer de 50 años, hacía mucho tiempo que se había dejado el cabello canoso y largo, le llegaba hasta la cintura, sus ojos eran color chocolate, como tanta de las cosas que horneaba a lo largo de los días. Y era inexplicable el nivel de calidez que desprendía su presencia. Tom y yo habíamos tenido la suerte de conocerla en el mismo curso donde nos habíamos conocido nosotros dos, y cuando el proyecto de "El pequeño refugio" comenzó a convertirse en una realidad, decidimos comunicarnos con ella, ya que no podíamos pensar en una mejor pastelera que Dulce.
"Como sabes muy bien, Tom todavía no está aquí y hoy es día de muffins. Hoy vamos a tener 7 sabores diferentes."
Deje mi abrigo y bolso detrás del mostrador y me acerque a abrazar a Dulce, una vez me aleje de ella la mire pensativa. "Mmm, por experiencia puedo decir que te van a quedar riquísimos ¿De qué sabor son?"
Dulce me sonrío y se giró hacia la cocina.
"Chocolate, vainilla, banana con nuez, naranja, avellana, Vainilla con chocolate y de chocolate con frutos del bosque" Dijo mientras entrábamos en la cocina y señalaba cada uno de los muffins. Al entrar detrás de ella me invadieron los olores de cada una de las cosas que había cocinado.
"Dulce, cada día que entro a esta cocina el olor que sale de tus comidas es más magnífico que el del día anterior, no sé cómo lo haces" Dulce me sonrío ampliamente y levanto una fuente ofreciéndome un muffin, lo tome y me gire hacia el mostrador.
"¿Quieres café o té?"
"Té de hierbas. Gracias, Casia"
"No hay de que" Dije sonriéndole mientras comenzaba a preparar nuestras bebidas, un té para Dulce y un capuchino con avellana para mí. Desde que habíamos abierto la cafetería habíamos tomado la costumbre de que los lunes, miércoles y viernes desayunábamos los tres juntos antes de tener que abrirla, mientras nos poníamos al día y arreglábamos los últimos detalles para el día, y como costumbre Tom siempre era el último en llegar.
"Dulce, creo nadie te lo dijo, pero Matt volvió a casa" Dije al mismo tiempo que me giraba y la veía sonreír suavemente.
"¿En serio?" Dijo ampliando su sonrisa "¿Cómo lo viste? ¿Está bien? ¿Comió bien durante el viaje? ¿Se divirtió?"
Mientras la escuchaba hacerme una pregunta tras otra, no pude evitar sonreír al ver su lado maternal. Desde el momento en que nos conoció a Tom y a mí decidió adoptar a todos nuestros amigos en el mismo momento en el que los vio por primera vez y siempre nos estaba cuidando y sobre todo vigilaba que nos cuidaremos bien. No me había dado cuenta de que me había perdido en mis pensamientos hasta que vi que Dulce me estaba mirando con una ceja levantada.
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Mi pequeño refugio
Romance⬷⬷⬷⬷⬷♥⤐⤐⤐⤐⤐ En un mundo donde los dioses griegos existen Casia conoce a Dylan, desde el momento en el que coloco su mirada sobre él las chispas comenzaron a volar. En medio de momentos robados, recuerdos, metas y una cafetería llamada "Mi pequeño r...