|•| Capítulo 1

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El primer amor no siempre es el último y muchas veces lo descubres de la peor manera.

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Un día tranquilo...

Pude observar las gotas de agua que corrían en direcciones diferentes por el ventanal de cristal que decoraba mi oficina. La oficina del manager Sigma, o sea yo.

El casino mostraba niveles de actividad neutrales, debido al clima húmedo muchos clientes preferían admirarlo estando en sus habitaciones lo cuál en cierto modo era frustrante, pues este lugar era un sitio de juegos para perder y enviciar a todos, no un hotel o zona exclusiva de relajación, claro que ofrecía eso a la estadía de los que apostaban, pero era momento de hacerlos salir de sus habitaciones.

— ¡Sigma! ¡Es hora de un exámen!

La animada voz del bufón Nikolai hizo un ruido insoportable por toda todo el lugar, no podía creer lo molesto que podía ser todo el tiempo.

— No estoy de humor Nikolai, regresa con Fyodor. — sin levantar la vista lo corrí, estaba agotado por memorizar a tantos clientes la noche anterior y lo último que necesitaba era la voz chillona del payaso.

— Oh palomita, te ves agotado. — mis palabras le importaron tan poco que lejos de irse, ya estaba a mi lado pellizcándome la mejilla. — ¿Quieres que te prepare un té? — sonaba un poco burlón, ni siquiera disimulaba sus malvadas intenciones.

— La última vez que me preparaste uno tenía veneno para ratas. — aparté su mano de un golpe.

— Up's. — fingió lamentarlo. — En mi defensa me equivoqué, ese era para Fyodor, cuánto quisiera poder matar a mi mejor amigo. — una nota dramática acompañó sus delirantes palabras. — ¡Pero es tan inteligente que cambió las tazas aquella vez!

Era cierto.

Gógol y Dostoyevsky tenían una relación de locos, porque eso eran ambos, un par de hombres completamente salidos de un cuento de terror y carentes de humanidad. Aunque yo estaba en el mismo barco que ellos, por ende no me quedaba atrás.

— Sea cómo sea, no quiero que me prepares nada, eres completamente capaz de agregar una sustancia rara. — abrí mi laptop tecleando palabras con velocidad, necesitaba ocuparme para ignorar su presencia.

— Entonces te daré un masaje.

Era tan insistente que me provocaban ganas de golpearlo. Fyodor podría ser su mejor amigo, pero yo era su diversión diaria.

— No te atrevas, es más, ya te había prohibido la entrada a mi casino, ¿Cómo fue que entraste? — entrecerré  los ojos sospechando de todos los posibles métodos que pudo haber usado.

— Un mago nunca revela sus secretos. — susurró como si fuera lo más confidencial de la vida.

— Quisiera poder ponerte una orden de alejamiento.

— No puedes. — soltó una risa tapando su boca con su capa. — Oh vamos Sigma, solo vine a jugar contigo ¿Tan malo es?

— Tus juegos me dan miedo.

— Eso es lo que los hace divertido.

Rodé los ojos mientras golpeaba mi rostro con la palma de mi mano derecha. Cerrando los ojos pensé en cómo podría quitármelo de encima y una idea cruzó mi cabeza.

— Está bien Nikolai, acepto.

— ¡Tengo tantos trucos de magia que mostrarte! — de su capa sacó una motosierra y cuchillos, los cuáles me hicieron tambalear en mi lugar por el susto.

Elígeme  |★l Siglai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora