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La alarma del móvil de Gustabo sonaba indicando las siete de la mañana. La luz se colaba por la ventana de la habitación haciendo que el rubio se tapara la cara con la almohada resoplando. Una noche más en la que solo había dormido un par de horas. Suspiro incorporándose y alargó el brazo para apagar ese molesto sonido. Se quedó mirando por unos segundos la estancia donde se encontraba. El suelo estaba lleno de ropa sucia y podía jurar que tenía toda la vajilla de la cocina allí. El olor no era muy agradable, pero tampoco tenia intenciones de recoger y limpiar. Volvió a poner el móvil en la mesita, haciendo que un pequeño bote naranja cayera al suelo derramando todas las pastillas que tenia en su interior. Las miró. Ya había pasado una semana desde que se tomo la última. Se levantó y las lanzó debajo de la cama con el pie. En la esquina vio su camisa verde favorita y en una montaña de ropa cogió los pantalones negros de siempre. Se dio una ducha, se vistió y salió de la habitación.
En la cocina estaba Isidoro desayunando.
-Buenos días bombón -dijo animado.
Gustabo le hizo un gesto en forma de saludo y cogió una taza para echarse café. Se sentó frente a aquel hombre, pero no tenía intención de entablar una conversación.
-Oye, ¿Sabes por qué Conway ahora me putea tanto? Desde el día que me echo la bronca solo me manda a patrullar con Freddy y es jodidamente aburrido. ¿Tu con quien estas patrullando estos días?
Gustabo sonrió un poco al saber el verdadero motivo del enfado del superintendente. Era como un niño teniendo una rabieta porque no le han comprado el juguete que quería.
-No se tío -mintió -A mi siempre me manda que me encargue de H-50. Me voy a pegar un puto tiro.
Isidoro se quedo pensativo.
-Es como si no nos quisiera ver juntos.
Hasta el mismísimo Isidoro se había dado cuenta de la rabieta de Conway.
-A lo mejor le gustas Gustabo.
El rubio casi se atraganta con el café.
-Seguro -bromeó -Solo sabe decir que le chupe la polla, a lo mejor quiere que se la chupe de verdad.
Los dos rieron ante el comentario.
-¿Tu crees que le irán los jueguecitos? Seguro que le pone dar porrazos y que le pellizquen los pezones.
-Estoy seguro de ello, ¿aunque tu crees que se le sigue levantando?
-Yo creo que esta demasiado “cascao” para eso Gus.
Volvieron a reír.
Cuando terminaron de desayunar, salieron rumbo a comisaria. Al llegar se pusieron en radio como siempre y como era de esperar la voz de Conway se hizo presente.
-Gustabo encárgate de H-50 -dijo seco -Isidoro hoy patrullas en binomio con el agente Casanova.
Se miraron y Gustabo le dio una palmada en la espalda despidiéndose de su compañero.
Entró a la armería y se equipo con todo lo necesario. Notó como alguien abría la puerta.
-Hooombre Gustabin, ¿Cómo te va? -le hablo Gordon detrás suya.
-Pero bueno gordis, ¿Cómo tu por aquí y no chupando tinta en algún despacho?
Gordon se rio dándole un pequeño empujón.
-Fíjate illo, hoy me apetecía más patrullar, ¿hacemos binomio? -dijo efusivamente.
Gustabo sonrió inconscientemente. Hacia mucho que no veía a alguien alegrarse tanto al verle.
-No se yo gordita, eres malísimo conduciendo y yo solo puedo tener éxitos. -bromeó.
-Pero pedazo de subnormal si yo competía en fórmula 1 en mis tiempos mozos.
-¡Joder! Pues que bajón haber acabado de chupatintas.
Gordon le dio un golpe en el pecho.
-¡Venga va! Que lo estás deseando.
-Lo hago solo porque se que no tienes muchos amigos. -dijo sarcásticamente -¿esto subirá karma o algo, no?
-Que imbécil eres illo.
Gustabo echó a correr gritando “tu conduces” y se metió al asiento del copiloto. Gordon llego unos segundos después abriendo la puerta del conductor y sentándose frente al volante.
-Que cabrón eres. -dijo entre risas.
Gustabo le guiño un ojo en respuesta.
-Como a ti te gusta rey.
Encendió el motor y dio marcha atrás para poder salir del aparcamiento. La ciudad a estas horas de la mañana no tenia mucha actividad, así que solo daban vueltas por las calles.
-¿Sabes? A veces me recuerdas a un antiguo agente. -dijo Gordon cortando el silencio.
Gustabo miro a Gordon sorprendido.
-¡No jodas! ¿A quien? A lo mejor le conocía.
-No creo, no estabas en la malla cuando estaba de servicio.
-Prueba, yo estoy en todas partes.
-Era un agente infiltrado o algo así, siempre tenía que llevar pasamontañas por alguna movida de protección de identidad, desconocía el motivo. Creo que se llamaba Fred o algo así.
Gustabo se echo a reír a carcajadas y Gordon se sorprendió por su reacción.
-Si que le conocía si. -Gustabo tosio un poco.
-No jodas, pero... ¿cómo?
-Porque era yo gordito. -Gordon le miró desconcertado -En esos tiempos éramos agentes infiltrados en la mafia. Gustabo y Horacio movían drogra y Fred y Dan la incautaban. Fue divertido mientras duro.
Gordon estaba atónito ante sus palabras.
-Es verdad, Dan era el otro agente -asintió como si lo tuviera que asimilar -¿y que paso? ¿desmantelasteis a la mafia?
-Fue duro, pero si, mas o menos.
-¿Mas o menos?
-Los metieron en federal a la mayoría y yo acabe reventando una iglesia con Conway dentro.
Gordon abrió los ojos y la boca.
-¿Cómo?
Gustabo se revolvió incómodo en el asiento por el recuerdo y suspiro.
-Es una larga historia, otro día te la cuento gordita.
El moreno asintió entendiendo la situación de tocar ese tema ahora, pero tenía que preguntarle una cosa más.
-¿Qué paso con Dan? Bueno, más bien con Horacio.
Gustabo miro por la ventana intentando evitar el contacto visual. Bufó.
-Sinceramente Gordon, no lo se -su voz sonaba triste -No le he vuelto a ver desde ese día y tampoco me coge el teléfono.
Gordon se dio cuenta que se estaba metiendose en asuntos delicados y prefirió cambiar de tema.
-¡Joder! Ya decía yo que ese culo le había visto en algún sitio.
Gustabo se echo a reír y Gordon sintió alivio.
-¿Acaso le mirabas el culo a tus superiores? -levantó una ceja divertido.
-A todos no, solo el suyo.
El rubio le miraba atónito por la sinceridad de sus palabras. Era la primera vez que Gustabo García no sabía que decir.
La pantalla de la Tablet se iluminó indicándoles que un robo se estaba produciendo en la zona rica.
-H-50 se dirige al último robo -Gordon hablo por radio.
Gustabo dio gracias mentalmente por la interrupción.
Había saltado la alarma de una casa. Se bajaron para comprobar la zona. Una moto estaba aparcada en la puerta del garaje.
-Voy a entrar, haz perímetro y asegura la parte de atrás. -dijo Gustabo.
-10-4.
Gustabo forzó la cerradura y abrió la puerta intentando hacer el menor ruido posible. El interior estaba en completo silencio. Gustabo no tuvo un buen presentimiento ante la situación.
Entro al salón. Todo la estancia estaba impecable, excepto por la gran calavera dibujada en una de las paredes. La pintura era roja como la sangre y de los ojos gotas descendían hasta el suelo dando la sensación de sufrimiento.
Gustabo se acercó y toco la pared manchándose los dedos. Era reciente.
¿Iba dirigido a él o solo había ido en el momento equivocado?
"¿Jacob seguía vivo? -pensó -¡mierda! no debe estar muy contento"
-¡Policía! Salgan con las putas manos en alto.
La casa seguía en completo silencio.
Un fuerte ruido proveniente de fuera le hizo ponerse en completa alerta. Echo a correr hacia la salida. Una camioneta había arrollado el patrulla con tanta fuerza que había acabado unas calles mas adelante totalmente destrozado. Su instinto hizo que fuera a buscar a Gordon.
-¿A dónde vas tan deprisa caperucita?
Una voz grave hizo que frenara en seco. Reconocería esa voz hasta en el mismísimo infierno. Levantó las manos y se giro lentamente. Seis personas enmascaradas le miraban fijamente. Su vestimenta era totalmente negra. Gustabo intentó fijarse si habían dejado algún tatuaje o marca al descubierto y así, si salía vivo de allí, poder identificar a alguno. No vio nada.
-No has cambiado nada Gustabo -Jacob junto las manos en forma de disculpa -Perdona mis modales, ¿le puedo llamar Gustabo o prefiere Fred? -hizo una pausa -O tal vez… ¿Pogo?
-No tengo ninguno favorito -la voz de Gustabo era tranquila -puede llamarme como quiera.
Vio a Gordon arrodillado a su lado. Tenia las manos atadas y en su cuello se encontraba un brillante cuchillo que sujetaba uno de los matones. Unas gotas de sangre bajaban por su cara y supuso que le habían dado un culetazo. Gordon miraba al inspector angustiado, sabía que ese hombre no quería a Gustabo para salir a tomar algo y él no podía hacer nada para impedirlo.
-Tengo que admitir que de todas tus personalidades, Pogo se gano un sitio en mi corazón. Y eso no lo pueden decir muchas personas. -dijo -Supongo que no se encuentra aquí para saludarle.
Gustabo le miro ladeando la cabeza y acto seguido la sacudió volviendo a su antigua posición. Jacob se quitó la máscara y sonrió.
-Aunque me decepcione al enterarme de la explosión tan penosa que llevaste a cabo.
-Ya ve -Gustabo se encogió de hombros -El viejo es más duro que el puto Superman.
Jacob se rio amargamente.
-Sube -le hizo un gesto señalando el vehículo -Tenemos que arreglar unos asuntos pendientes mi querido Gustabo.
Gordon no había apartado la vista de él en toda la conversación.
-Rajarle el cuello y tirarle en la puerta de la comisaria, quiero dejarle un pequeño regalo a Conway. -Ordenó Jacob.
El matón que le tenia agarrado clavo el cuchillo en la piel del subinspector haciendo que sangrara.
Gustabo rio fuerte.
-No recordaba que fueras tan idiota -dijo Gustabo -Este tío me importa una mierda, pero si dejas “ese regalito” en comisaria tendrías a toda la puta malla encima y creo que la conversación que quieres tener es mejor sin interrupciones, ¿no crees?
Gordon pareció sorprendido ante el comportamiento del rubio.
Jacob dudo, pero finalmente se acercó a Gordon agachándose para poder mirarle. Su mano fue hacia la placa de su camisa, acariciándola lentamente, después, le dio dos palmaditas en el hombro y se volvió a poner de pie. Una fuerte patada golpeó el estómago de Gordon haciendo que cayera hacia un lado tosiendo. Otra patada fue directa a su cara haciendo que su nariz sangrara y su vista se volviera borrosa.
-Venga Gustabo, monta de una puta vez.
Jacob se dio la vuelta indicando a sus matones que montaran en sus respectivos coches.
Gustabo echo a andar y al llegar donde se encontraba Gordon, aprovecho el ajetreo que estaban formando para tirar con cuidado la radio que llevaba en el cinturón y dándola una pequeña patada, la situó a los pies del subinspector. Gordon todavía estaba un poco desorientado por los golpes, pero con un movimiento ràpido escondió la radio bajo sus piernas. Gustabo le dedicó una sonrisa y se metió al coche, desapareciendo por la carretera.
Gordon se revolvió por el suelo hasta que la radio toco una de sus manos atadas. Gruño un poco por el dolor. Cuando se pudo incorporar se dio cuenta que la herida de su cuello seguía sangrando, pero todo lo que podía pensar es que se habían llevado a Gustabo. Apretó el botón rojo de aquel walkie y un “QRR” informó a toda la malla que había un agente en riesgo.

☆☆☆

Conway y Freddy se encontraban en el despacho hablando de temas cotidianos. Los dos sujetaban un café y de vez en cuando un bostezo salía de sus bocas. Era temprano y podían permitirse no hacer nada por un rato. Tampoco había muchos avisos que atender y la comisaria estaba desierta. La pantalla de la tablet se iluminó avisando de un QRR. Se miraron y negaron con la cabeza al mismo tiempo.
-¿Será de verdad o algún inútil habrá apretado el botón con el puto culo? -dijo Conway cansado.
Antaño estás preguntas ni se las planteaban. Un QRR solo significaba una cosa, muerte.
-¿Ese QRR que? -dijo a Freddy por radio.
-Zeta 40 en camino -contestaron.
-Copiado, mantenerme informado con lo que veáis.
-Como sea un agente que se ha caído de la moto te juro que dimito y te dejo todo el marrón a ti.
-Una mierda neno -rio.
Al cabo de unos minutos la radio se volvió una locura. Parecía que toda la malla quería hablar a la vez. Conway y Freddy se tensaron por lo que eso podía significar.
-¡CALLAOS! De uno en uno joder -gritó por la radio Conway.
-Superintendente, ¡es Gordon! Le hemos encontrado atado de manos y gravemente herido. Tiene un corte profundo en el cuello y un fuerte golpe en la cabeza. Estamos de camino al hospital.
Los dos superiores salieron de la habitación casi tropezando.
-Vamos para allá, ¿os ha podido decir que ha pasado?
-No, estaba inconsciente.
La voz de Isidoro interrumpió:
-Compañeros, ¿A Gustabo le han hecho algo? ¿estáis con él? Estaba patrullando con Gordon.
-¿Gustabo? -dijo la voz de un alumno dudando -Aquí solo se encontraba Gordon, hemos hecho perímetro y no hemos visto a nadie más.
Conway paro en seco. Se tenso y los nervios aparecieron haciendo que el estómago se le revolviera. Freddy también paro por la reacción de Conway.
-¡Quiero a toda la puta malla buscando al inspector! Es una puta orden. -dijo.
Volvieron a retomar el camino hacia el garaje, pero esta vez, el corazón de Conway latía más rápido. Se montaron en un zeta y fueron directos al 10-20 que los habían mandado. Conway bajo dejando la puerta abierta y el coche encendido. No hablo a nadie. Llegó hasta la puerta de la vivienda y con una fuerte patada tiro la misma. Entro apuntando con el arma. Freddy le seguía unos pasos más atrás. Las habitaciones estaban impecables y la casa estaba tranquila. Llegaron hasta el salón donde la enorme pintura se alzaba frente a sus ojos. Imponente.
-¿Qué cojones es esto? -dijo Freddy.
Conway sentía que estaba a punto de vomitar. Si era quien creía que era, Gustabo podría estar ya en algún acantilado con un tiro en la cabeza. Se dio la vuelta y agarro de ambos brazos a Freddy mirándole serio.
-Freddy tenemos que encontrarle ¡YA!
-No estoy entendiendo bien la situación -Freddy parecía estresado -¿Qué es esta puta pintada? ¿Otra puta banda?
Conway agachó la cabeza.
-Mucho peor.
-Vale -asintió- ¿y por donde coño empezamos? No tenemos ni una sola pista de donde se lo podrían haber llevado.
Conway le soltó los brazos y empezó a dar vueltas por el salón, pensando en las posibilidades que había, en cada escondrijo de la ciudad. ¿Dónde escondería Jacob Smith a Gustabo García? La voz de Horacio sonó de repente en su cabeza haciéndole recordar una conversación que tuvieron hace años:
“-No se viejo, nos ha llevado a una especie de casa vieja en el norte, a unos metros del aparcamiento para caravanas y allí nos ha interrogado.”
Podría estar allí. Horacio le confesó que era el único sitio donde habían estado a solas con el calavera. Podría ser su escondite.
-Puede que sepa donde está.
Freddy le miro extrañado, pero no hizo preguntas y le siguió hasta el patrulla. Conway ordenó a Noah que les siguiera. No quería mucha gente implicada. Sabía como podrían ponerse las cosas. Condujo hasta el norte en completo silencio. Llegaron en media hora adelantando coches de tal forma que hasta el mismísimo Toreto habría estado orgulloso. Dejaron el patrulla a una distancia considerable del aparcamiento de caravanas para que no pareciera sospechoso. Caminaban despacio, o por lo menos todo lo despacio que la paciencia de Conway le permitía. Todas las casas parecían viejas y asquerosas. Caminaban a ciegas.
-¿Qué buscamos exactamente Conway? -Freddy parecía frustrado.
-Una casa vieja.
-¿Me vacilas neno? -Freddy hablaba más alto de lo normal -Mira a tu alrededor, esto esta lleno de casas que se caen a trozos.
Conway se sentía más nervioso. Freddy tenía razón. Estaban buscando una aguja en un pajar. Pero cada minuto que pasaba podría ser el último para Gustabo.
-Tiene que estar aquí -su voz no sonaba del todo convencida -se que tiene que estar aquí joder.
-¿Estoy alucinando o hay personas llevando putos subfusiles? -Noah dijo señalando hacia un pequeño barrio en frente de ellos.
Tres hombres se paseaban de un sitio de la calle a otro amenazantes.
-Me da que hemos encontrado lo que buscábamos -dijo Freddy mirando a Conway. -Vale, primero tenemos que crear una distracción, no podemos entrar pegando tiros.
Conway no le dejo terminar la frase y disparo a uno de esos hombres justo en la cabeza dando en el blanco. Cayo al suelo al instante y los otros dos dispararon contra ellos poniéndose a cubierto.
Se agacharon y se pegaron a un muro para evitar las balas.
-Lo sabía joder -Freddy grito -¿No puedes por una puta vez hacer las cosas bien?
Conway tenía la adrenalina disparada y una risa malévola salió de su boca.
-¡Noah a tu derecha!
Noah disparo a la pierna de el segundo matón dejándole fuera de juego. El tercero disparó contra ellos y corrió hacia atrás entrando en una casa. Conway corrió detrás de él. Un fuerte golpe fue directo a su estómago cuando cruzó el umbral. Cayo de rodillas llevándose las manos a la zona afectada por el dolor. Aquel matón alzó los brazos para pegarle otra vez. En sus manos sujetaba un bate metálico. Un disparo sonó antes de que llegara a darle.
-Levanta joder.
Freddy le ayudo. Su cara expresaba de todo menos amabilidad. Se incorporó todavía dolorido y llegaron hasta el final del pasillo donde había una habitación con las ventanas tapiadas con tablones de madera que hacían que la luz no pasara del todo. Sus ojos estaban entrecerrados para poder captar algo en esa oscuridad.
-No podéis estar aquí -la voz de Gustabo era casi imperceptible.
Freddy le agarro del brazo antes de que empezara a andar. Le miro fijo y desafiante.
-Es una trampa -advirtió.
-Tengo que ver como está -se zafo del agarre -Suelta coño.
Cuando Conway estuvo más cerca de Gustabo vio como estaba sentado en un rincón de aquella sala. Sus brazos envolvían sus piernas y su cabeza reposaba entre ellas. No tenía heridas a la vista.
-Por favor, iros de aquí.
-No me voy a ir a ninguna parte -dijo intentando levantarle la cabeza.
-Ha vuelto -hizo una pausa -no quiero que te vuelva a hacer daño.
Conway sabía que no hablaba de Jacob.
-Gustabo mírame.
Le cogió suavemente de la cabeza e hizo que le mirara. Analizo su cara, visualizando que su labio estaba partido y su mejilla tenía un corte que aún sangraba. En un acto impulsivo Conway se acerco un poco más y se puso a la altura de sus labios, besando la comisura de estos, donde se encontraba la herida, después, subió un poco hasta repetir la acción anterior con su mejilla. Lo hacía despacio, como si los labios de Conway pudieran curarle. Gustabo se tenso por el contacto repentino. Sus ojos desprendían sorpresa.
-Por lo que veo, hoy es mi día de suerte -una voz salió de la habitación de al lado.
Una figura se hizo presente. No podía verle del todo bien, pero sabía quien era. Caminaba lentamente.
-No muevas un puto paso más -hablo Freddy apuntándole sorprendido por la repentina aparición.
Conway cogió las manos de Gustabo y le entrego su arma. Se levanto y camino poco a poco hacía él.
-Te creía muerto Smith -Conway hablaba calmado.
-Ya ve, siempre me las arreglo para evitar las balas -rio -Pero usted, ¡wow! Se le cae una iglesia encima y recibe un machetazo en el pecho y ¡mírese! Sigue como una rosa.
Conway rio.
-Para compensar, uno de los dos tiene que morir, ¿no cree?
Jacob le apunto directo a la cabeza mientras sonreía. Conway miro a Freddy y le hizo un gesto para que no disparara. Gustabo se levantó de repente y con pasos acelerados llegó hasta la escena poniendo la pistola en la nuca de Jacob.
-No sabía que Poguito ahora estaba de su lado Conway.
La mirada de Gustabo ya no expresaba miedo, más bien gritaba que lo estaba disfrutando. Conocía esa expresión muy bien. Quería apretar el gatillo. Quería matar otra vez.
Conway apartó los ojos de Jacob para mirar a "Gustabo"
-Pogo enfadado -susurro Conway -Pogo triste.
Los ojos del rubio le miraron fijamente.
-Dispara.
Un fuete ruido de bala retumbó en los oidos de Conway dejando un molesto pitido. Jacob cayó desplomado al suelo.

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Muchísimas gracias a todos los que estáis apoyando esta historia. Me hace muy feliz compartir este proyecto.
Pd: puede que dentro de poco se vengan cositassss jugosas *guiño guiño*

 
Pd: puede que dentro de poco se vengan cositassss jugosas *guiño guiño*

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sex after death 《intenabo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora