❝𝕷𝖆 𝖕𝖊𝖑𝖎𝖓𝖊𝖌𝖗𝖆❞ ᴇɴɢʟᴏᴛ

Capítulo 2.

Una serie de ruidos fuertes despertaron a Charlotte del mejor sueño que había tenido en meses. Una agradable calidez rodeó su cuerpo y fuertes brazos la rodearon protectoramente. Charlotte suspiró cuando sintió el agradable dolor entre sus piernas, recordándole que las actividades de anoche realmente sucedieron, y no fue solo un loco sueño controlado por el calor.

De repente, la puerta de su habitación se abrió de golpe y apareció una figura en el umbral.

"Bueno, bueno, bueno", Aoom se rió mientras se cruzaba de brazos, "No sabía que ustedes lo tenían dentro, pero les agradezco". Ella descruzó los brazos y comenzó a aplaudir.

Engfa gruñó y apretó con más fuerza para poder acariciar más el cuello de Charlotte e inhalar su aroma embriagador. "No es lo que parece". Ella intentó.

Aoom se rió en respuesta y se apoyó contra el marco de la puerta. Por supuesto, no era lo que parecía. Un Alfa con un Omega en la cama, desnudos, el aire oliendo a sexo caliente. Era ridículo negarlo a estas alturas. "Oye cariño, me debes 20 dólares".

"De ninguna manera". Meena se echó a reír cuando se paró junto a Aoom mirando la vista frente a ellas.

"Pensé que Engfa era inocente".

"Pensé que Charlotte estaba demasiado asustada para tener relaciones sexuales con un Alfa".

Charlotte y Engfa gimieron en desacuerdo mientras todavía estaban medio dormidas. Charlotte cubrió su cuerpo desnudo con una manta y se levantó para cerrar la puerta frente a Aoom y Meena. Todavía se reían y Aoom gritó que iban a hacerlo de nuevo detrás de la puerta. Charlotte se dejó caer en la cama junto a Engfa y volvió a cerrar los ojos.

Después de un rato sintió que el colchón se hundía y comenzó a sentir suaves besos en su espalda. Charlotte tarareó su aprobación. Le dolían los músculos del cuerpo y los suaves besos de Engfa se sentían como un bálsamo calmante. Los besos se detuvieron después de unos momentos y Charlotte ya estaba expresando su queja cuando la voz calmante de Engfa resonó en la habitación. "No te preocupes bebé, ya vuelvo". Engfa la tranquilizó.

Engfa se puso un par de boxers nuevos de color azul marino y una camisa blanca de manga corta que sacó de su bolso. La forma en que esos boxers azules definían su firme trasero hizo que Charlotte se retorciera. Engfa se dio la vuelta y vio a Charlotte mirándo su trasero. Ella sonrió y se dio la vuelta para caminar hacia la puerta. Mientras caminaba, flexionó las nalgas y Charlotte gimió en respuesta.

Pasaron unos minutos cuando Engfa regresó con una sonrisa radiante y una bandeja en las manos. En la bandeja había un cuenco con trozos picados de las frutas favoritas de Charlotte, su yogur favorito y su habitual café negro. El corazón de Charlotte se derritió. ¿Cómo podría alguien ser tan perfecto?

"Desayuno para mi hermosa chic- um... amiga- uh... para ti Charlotte". Engfa tartamudeó mientras llevaba la bandeja a Charlotte, que estaba sentada en la cama.

No fue difícil pasar por alto el error de Engfa, hizo que Charlotte se diera cuenta de que no habían hablado sobre lo que eran. ¿Amigas? ¿Amigas con beneficios? ¿Novias? O nada de eso. ¿Dónde están? Se preguntó Charlotte. Quería preguntárselo a Engfa ella misma, pero no sabía cómo iniciar la conversación. Mentira , se dijo Charlotte. Sabía cómo sacar el tema, pero estaba ansiosa por el resultado. En lugar de preguntar, Charlotte murmuró su gratitud y buscó en el cuenco de frutas.

"Charlotte", comenzó Engfa tímidamente. Cuando Charlotte tarareó, continuó: "Espero que no te importe que te pregunte, pero ¿qué somos?".

Charlotte dejó de masticar por un segundo y miró al suelo a su lado. "No sé." Ella respondió.