Capitulo II

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Alcohol, tragos y mucha música por todo el club.

Muchas personas bailando y bebiendo whisky, Ron, cervezas y muchos tragos de quién sabe que, muchas luces de colores y personas bailando en la pista me motivan a moverme hacia ella dejando a mis otros compañeros atrás.

El alcohol ya corre por mis venas y ya nada me importa.

Ay el alcohol.

Me encuentro en la pista de baile moviendo mis caderas al ritmo de la música que se escucha de fondo, de repente tener a tantas personas cerca provoca que mi cuerpo sude mucho. Siento unas manos rodearme la cintura pero no paro de moverme mientras que la persona detrás de mí guía el movimiento de mis caderas cada vez más suave.

No sé cuánto tiempo pasa pero ya han pasado tres canciones y sigo bailando con aquella persona que no se quien era, al ritmo de la música me doy vuelta poco a poco y me encuentro de frente con la persona que menos creí.

Luis está en frente de mi bailando conmigo sin separar sus manos de mis caderas, su mirada ahora era más profunda y atrevida. Queriendo seguirle el juego me pegue más a su cuerpo y el contacto se hizo más íntimo, mi piel se erizó y un escalofrío recorrió mi cuerpo pero de una extraña manera me gustó esa sensación.

Efectos del alcohol.

Luis uso sus manos para profundizar aún más el contacto y por un momento sentí su rostro muy cerca del mío, nuestras respiraciones se aceleraron al sentir nuestros labios tan cerca a pesar de nuestras diferencias de alturas.

Otro escalofrío me recorrió el cuerpo y me causo nervios esa situación así que decidí salir de allí.

Salí a paso rápido de la pista de baile dejando a Luis detrás y me dirijí a la barra donde aún se encontraban los chicos.

- ¿Por qué tardaste tanto? <Erica al igual de ebria que yo estaba bebiendo una cerveza y su rostro estaba adormilado como si no hubiera dormido en años >

- La verdad ni yo sé el por qué. <Dije fingiendo una sonrisa>

Erica me ignoro por completo ya que sus ojos se cerraban y abrían constantemente.

- ¿Quieres irte? <Pregunté un poco preocupada, no sabía cuánto había bebiendo y no se veía nada bien>

- No te preocupes, <dijo como si le pesará hablar> me iré con Jeremías y Eduardo así que tú solo diviértete, y en caso de que se te atraviese por la cabeza perder la virginidad en una noche de locura, usa protección.

No dejo que le respondiera, después de lo dicho me guiño el ojo y se marcho con los chicos que solo agitaron su mano en forma de despedida.

Luego de cuatro cervezas, no se cuántos tequilas, chistes de Angel y risas me siento un poco más ebria de lo normal. Me sentí un poco mal por haber dejado a Luis solo en la pista de baile pero la situación hizo que me sintiera muy incómoda y la verdad nisiquiera lo conozco bien.

Sentí a alguien sentarse al lado de mi.

Hablando del rey de Roma.

A pesar de la música del club el silencio que se torno entre él y yo era muy incómodo.

Ninguno trato de romper el silencio ni nos miramos el rostro y era comprensible después de lo que pasó. Perdí totalmente la noción del tiempo, tal vez ya eran las cuatro de la mañana y las personas empezaban a irse. Buscamos una mesa en donde pudiéramos sentarnos en círculo y cada uno empezó a charlar sobre lo que haríamos ahora que entraríamos en la universidad.

Aúnque ellos tenían una carrera, la única que tendría que preocuparse por el nuevo ingreso sería yo.

Angel y Vicky estaban sentandos juntos al igual que Kris, sin embargo Luis y yo seguíamos sin romper el silencio.

Un Desastre Bien Bonito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora